La juventud puede pensar que la música cubana no gusta, que está pasada de moda o es más de lo mismo, pero hay orquestas conformadas por jóvenes que apuestan por rescatar y enriquecer la buena música. La agrupación Toques del Río es ejemplo de ello.
“No hacemos nada nuevo, solo buscamos la raíz de la música y la llevamos a nuestro tiempo. Adaptamos los géneros de antaño a la modernidad. La Isla tiene demasiada riqueza musical como para bailar con un solo género. Eso es lo que proponemos, unirlos todos, hacer sentir bien; no hay por qué escoger uno cuando puedes disfrutar de todos”, explica Gilberto Enrique Rodríguez Meriño (Kike), director artístico de Toques del Río, mientras conversa con el periódico Girón.
La agrupación surgió interpretando música flamenca en Pinar del Río. Ahora combina géneros como el rock, son, funk, mambo, rock and roll, hiphop, polka, entre otros, para conformar un ajiaco sin caer en lo puramente comercial, atemperando lo tradicional a estos tiempos.
—¿Por qué utilizar la música cubana, no tan difundida por el público, como base para sus canciones?
—Escogimos la base de música cubana porque eso es lo que somos y nos representa. Aunque se haga cualquier tipo de música, debe primar la esencia cubana, y eso lo defendemos en nuestra propuesta. ¿Cómo lo haces o qué receta aplicas, con qué lo combinas?, ahí está la clave. Nosotros decidimos experimentar con ritmos de todo el mundo y crear esquemas propios”.
—La experimentación con sonoridades, la búsqueda de caminos nuevos y el rescate de otros olvidos representan lo distintivo de la banda para crear una fórmula fresca. ¿Tiene buena aceptación el estilo que proponen?
—La respuesta del público ha sido satisfactoria. Muchos conocen el repertorio de Toques del Río y, los que no, disfrutan, se sienten bien igualmente; eso es lo más importante, contagiar con la buena energía y la alegría, con lo visual o con el show. Usamos disímiles vías para llegarle a la mayor cantidad de personas posibles. Cada presentación es un medidor de hasta dónde está bien hecho el trabajo y cuánto más se puede enriquecer. Nuestra guía es aprender y mejorar el modo de hacer.
“Nos gusta mucho el público matancero. Tiene gran riqueza musical, conoce nuestro trabajo. Es como una cola-loca que nos impregnó desde la primera visita y siempre tenemos que volver”.
—En el panorama actual los términos popularidad y calidad musical no tienden a ir sincronizados. ¿Creen ustedes que es posible llevar de la mano popularidad y buena música?
—No nos gusta manejar el concepto de buena o mala música, sino más elaborada, más compleja en cuanto a ejecución. Intentamos alejarnos del término buena, porque depende de los puntos de vista y la apreciación. Existe música bien hecha, bien ejecutada, con buenas facturas de sonido, pero sin valores musicales que aportar. También está la otra cara del asunto: una música sin tanta factura en cuanto a sonido o ejecución, mas, el concepto puede ser diferente.
“Cuba cuenta con buenos ejemplos. Si bien todos los jóvenes no consumen tanto Van Van u otros piquetes que defienden la música cubana, hay una gran parte que sí los conocen. Tal vez lo que se llame buena música no sea lo más popular, pero aun así llega al público. Van Van, Elito Revé, Alain Pérez, Habana de Primera, son grupos consagrados de música cubana buena, bien hecha y con valores musicales que son populares en la actua Si bien todos los jóvenes no consumen tanto Van Van u otros piquetes que defienden la música cubana, hay una gran parte que sí los conocen. Tal vez lo lidad”. (Por: Laura González Solés. Fotos: Henry Rodríguez y Sergio Jesús Castillo)
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