Ha pasado un año ya de los dramáticos sucesos de la Base de Supertanqueros, que puso en vilo a un país y colocó a la ciudad Matanzas en el panorama mundial, tras la ocurrencia de uno de los incendios de mayor envergadura que se recuerden en Cuba.
Fueron días de dolor y pánico, y al paso de un año todavía despierta cierto resquemor el sonido de los truenos y de las sirenas de las ambulancias. Aunque ya ha pasado el tiempo, en algún momento del día los matanceros seguramente dirigirán la mirada a la zona de los Supertanqueros desde donde la vista no logra alcanzar el ajetreo constante que allí se suscita para recuperar la funcionalidad de la zona.
En cambio, a más de uno quizás no le alcance el valor para dirigir la mirada hacia aquel lugar que transformó su fisonomía abruptamente y donde 17 valerosos combatientes perdieron la vida.
Algunos bomberos de los que participaron en el combate contra el siniestro, aseguran que cada día cinco no pueden contener el dolor, y hasta las lágrimas. Por ello quizás se asuma con tanta solemnidad el primer aniversario del accidente, que se conmemorará el próximo cinco de agosto.
Cuán difícil puede resultar revivir esos instantes, constatar que a pesar del tiempo el dolor por la partida física de un ser querido continúa lacerando adentro, muy profundo, donde no logran apaciguar las palabras de aliento, ni los homenajes.
Pero a los hijos valerosos siempre deben recordarse, aunque creamos una y mil veces que la partida fue absurda, como todas las muertes, mucho más de jóvenes en la flor de la vida, o de aquel veterano que seguramente pensaba en el calor de su hogar cuando la muerte lo sorprendió, irremediablemente.
Por la heroicidad vivida y tantos dolores compartidos, los matanceros acudirán a la amplia jornada que se organizará para conmemorar la fecha.
«Con ese fin el Museo de Bomberos, en conjunto con el Ministerio del Interior, así como organizaciones políticas y de masas, desarrollará varias actividades en honor a los caídos en el cumplimiento del deber», aseguró a Girón Biolexis Ballester, directora de la institución.
El día jueves 3 iniciará la jornada con la inauguración de una sala expositiva en el Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez, ya que como reconoce la especialista, “en el caso de Matanzas, los fallecidos pertenecían a ese comando. Allí se realizará una ceremonia íntima con familiares y trabajadores del aeropuerto y personal del cuerpo de bomberos».
Por su parte, el Museo de Bomberos Cuartel Enrique Estrada, de la ciudad de Matanzas, abrirá sus puertas al público, para que este pueda asistir a Sala del Cinco de Agosto, dedicada también a estos acontecimientos.
Para la ocasión se contará, además, con la presencia de representantes de la Editorial Capitán San Luis, quienes presentarán varios títulos, entre los que destaca Entre fuegos, bomberos de Matanzas, que aborda la historia de los combatientes de esta provincia.
En horas de la mañana del viernes se efectuará un coloquio con la intervención de los antropólogos que participaron en la búsqueda e identificación de las víctimas, donde trasmitirán sus vivencias durante aquel difícil proceso.
El acto central transcurrirá el sábado a las 8:30 a.m. frente al Cuartel del Bomberos, con la presencia de familiares, soldados y oficiales del cuerpo de bomberos, dirigentes políticos, gubernamentales, y el pueblo matancero, quienes se trasladarán en peregrinación hasta el Panteón de los Caídos en la Defensa, en el camposanto matancero.
La ceremonia contará con varios momentos emotivos como la inauguración, después a las 11:30 a.m, de una muestra fotográfica del bombero voluntario Vladimir Zayas Zamora, quien estuvo en la primera línea de fuego durante los días amargos de agosto.
En horas de la tarde se le rendirá homenaje al combatiente Yosvany Companioni Bosque, oriundo de Ciego de Ávila y caído en el cumplimiento de su deber en el año 1998 en la propia zona industrial matancera, y que producto de esas rarezas del destino celebraría su natalicio el 5 de agosto. Hace un año, en igual fecha, las llamas llegaron muy próximas al obelisco que rememora su hazaña.
Con el tañer de las 17 campanas donadas por el artista Salomón, en la tarde del sábado culminará la sentida jornada, aunque quizás, muchos matanceros, decidan realizar un homenaje más íntimo, como el simple hecho de mirar el cielo azul sobre los Supertanqueros, imagen para algunos intrascendente, pero que solo los hijos de esta tierra sabrán por siempre, la connotación de su significado.
Sin dudas el paso del tiempo no logra disipar la tristeza de esos días en que Cuba entera, como si fuera un solo corazón, tenía su mirada en tan doloroso hecho. Leyendo este artículo no pude aguantar los deseos de llorar y fue inevitable que varias lágrimas cayeran al suelo, que en todo caso fueron menos que las que me corrieron por dentro. Esos 17 valerosos hombres merecen el tributo eterno del pueblo matancero y del pueblo cubano en general. Como lo dijera nuestro Martí: honor a quien honor merece. ¡Gloria eterna a nuestros héroes!