Una controvertida y poco estudiada personalidad se vinculó al mayor humedal del Caribe insular: Ramón Pintó Llinas, nacido el 20 de junio de 1803, en Cataluña, España. Huyendo del régimen absolutista hispano, viajó a Cuba en 1824. Se desempeñó como contador público en la capital y, poco después, formó parte de la directiva del Liceo Artístico y Literario de La Habana.
Integrado a movimientos anexionistas, contrarios al sistema colonial y esclavista español, dirigiría una organizada conspiración extendida a zonas del interior de la Isla. Descubierto el complot, fue detenido y agarrotado en La Punta, el 22 de marzo de 1855.
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Una información sumamente interesante, asentada en el Archivo Histórico Nacional, refiere la solicitud, emitida por Pintó el 7 de julio de 1854 y enviada a la Junta de Fomento, con el objetivo de adquirir un terreno en la Ciénaga de Zapata para desecarlo y cultivarlo.
Finalmente, fue aprobada su petición, pues las autoridades consideraban que la supresión de bosques y pantanos reducirían los refugios de malhechores y apalencados.
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