“Era como mi padre”, apunta Ferrer sobre leyenda Mariano Álvarez

Armando Ferrer Ruz, manager y actual miembro del colectivo técnico del equipo nacional de Cuba de béisbol, reconoció este viernes que Mariano Álvarez Montalván, recientemente fallecido, fundador de las Series Nacionales, fue para él como un padre por la estrecha relación que sostuvieron.

En declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias, el director de Centrales en la I Liga Élite de la pelota cubana reconoció que al recibir la noticia vía telefónica, hace apenas unas horas, sintió un profundo dolor e inmediatamente se comunicó con familiares del legendario jugador, natural como Ferrer del Central España, en el matancero municipio de Perico.

Buena parte de lo que soy como entrenador y persona se lo debo a Mariano, y también a Erwin Walters, confesó el manager sobre otra de las figuras icónicas del pasatiempo nacional en la mayor de las Antillas, compañero inseparable de Álvarez Montalván y lamentablemente extinto en abril de 2018.

Ferrer Ruz contó que en sus años de juventud solía pasar tiempo en compañía del ya reconocido Mariano y conversar durante períodos prolongados sobre béisbol, porque a su criterio “los consejos que daba eran de gran valor y existía una gran empatía entre ambos”.

Inclusive cuando asumí el mando de Cocodrilos de Matanzas solía charlar a menudo con él sobre la forma de encausar mejor al equipo y sacarles el mayor provecho a los jugadores, comentó.  

Álvarez Montalván, miembro del Salón de la Fama Palmar de Junco, trascendió como uno de los buenos torpederos amateurs cubanos durante un tiempo, cuando iniciaba su exitosa carrera con el poderoso equipo del Central Hershey, de la Liga Nacional Amateur, considerado el segundo circuito más importante de Cuba después de la Liga Profesional.

 Destacó sobremanera en la Liga Pedro Betancourt en defensa de la franela de Central España al extremo de que, según historiadores, aficionados y peloteros, fue el mejor jugador de la misma, y participó en cinco Series Nacionales desde la primera de 1962, cuando ya tenía 33 años de edad.

En sus últimos años se mantuvo vinculado a la dirección del conjunto de Cocodrilos, compartió con atletas de las nuevas generaciones y disfrutó de manera particular el éxito de Matanzas en la Serie 59 bajo la égida de su discípulo y amigo Ferrer Ruz.

Recomendado para usted

Sobre el autor: John Vila Acosta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *