Las bolas líticas o esferolitias son esferas de piedra, elaboradas con las técnicas de picado y pulido y forman parte del ajuar ceremonial de los grupos aborígenes del mesolítico medio o Ciboney Cayo Redondo. De disimiles tamaños, las bolas de piedra, de sorprendente pulido y esfericidad, eran colocadas al lado de los individuos sepultados, guardando relación entre la edad del fallecido y el diámetro de la esfera.
A partir del primer reporte de estas piezas, al sur de Camagüey en el año 1932, sus hallazgos se han multiplicado en todo el territorio nacional.
En realidad causa asombro imaginar como el artesano aborigen logró tal perfección, golpeando piedra contra piedra, sobre todo si tenemos presente la dureza de las rocas convertidas en esferolitias, muchas de ellas con un cien por ciento de esfericidad.
Sorprenden teorías emitidas que plantean que para el aborigen fueron tratadas como núcleo de concentración de fuerzas mágicas con el poder de protegerlos en su tránsito por las tinieblas de la muerte, o que fueron lanzadas por seres de otro mundo. Al respecto, en zonas cercanas a La Salud, en la actual provincia de Mayabeque, un grupo de personas que jugaban dominó en una vivienda avanzada la noche, sintieron un estruendo de algo “caído del cielo”. Ubican la “piedra” y la recogen. Era una bola lítica.
Un caso singular, le contó años atrás a este redactor, un anciano residente en Ciénaga de Zapata. Siendo joven, padecía una severa enfermedad siquiátrica. Un día, viviendo en un bohío en las Cuchillas de Guasasa, cayó un torrencial aguacero. Cuando escampó, observó una bola “caída del cielo”, y la recogió. Desde entonces y hasta que con más de 90 años falleció, recobró la cordura, según él gracias a su esfera enigmática. En realidad, había encontrado una autentica bola lítica aborigen.
(Adrián Álvarez Chávez)
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