Cate Blanchett en la serie Disclaimer
Si una cosa debemos tener clara en la narrativa cinematográfica y televisiva moderna es que el narrador ya no es una fuente confiable. Parece mentira que esta máxima haya sido puesta en práctica hace más de 50 años, cuando Akira Kurosawa convertía su película Rashomon en una escuela de cine, remarcando que pueden existir tantas versiones de un mismo hecho como testigos lo hayan presenciado. Kurosawa utilizaba el romance, el folk horror y la venganza como elementos característicos de aquella cinta, a la vez que la lluvia del país nipón se vertía sobre los escombros de las fortalezas y los pobres hambrientos, quienes se encargaban de revivir y versionar lo sucedido.
Todo depende del punto de vista de quien estuvo allí y de los factores que le hayan llevado a ese preciso espacio y lugar, además de sus intereses.
Rosamund Pike estaría interpretando a una esposa desaparecida y muerta más si su Amy no expusiera una vendetta contra su marido en el diario que le dejó a la policía. El giro llega a mitad de filme y le otorga una nueva esencia a la película. Hablamos de Gone Girl, año 2014 y dirigida por David Fincher. Dejando de lado estudio que hace sobre el matrimonio y las apariencias y la muerte del deseo y la monotonía marital, la obra logra que creamos la versión de los sucesos según la cuenta Amy en sus memorias, no es hasta bien desarrollada la trama que conocemos que todo lo escrito es mentira.
Ocurre una subversión de los roles protagónicos: la víctima se ha convertido en victimario, y sorprendentemente aceptamos esta transformación porque cuenta la historia nos ha explicado los motivos que justifican sus decisiones, nos ha descrito una versión de su esposo tan engañosa, descuidada, precisa y perversa que nos es imposible no empatizar con su causa. El cine encuentra en la empatía su poderío. Queremos que los malos ganen porque así lo estipula la justicia del film, porque la pantomima creada construye pactos entre quienes observan y la pantalla. Como resultado, apoyamos al terrorista, al asesino, al amante.
Disclaimer es un terreno pantanoso rodeado por aguas turbias, no se dejen engañar por el erotismo, los cuerpos quemados por el sol o el romance idílico de sus primeros capítulos. Un prólogo que parece salir de una novela de romance idílico, edulcorado, calculado hasta la saciedad. La vida real de Disclaimer la viven hombres y mujeres macabros llenos de inseguridades, traumas y dolor. Los oponentes que sobreviven al conflicto son una novelista amateur fallecida y una periodista laureada que encuentra una parte de su vida escrita en las páginas de una novela.
Un Completo Desconocido es el nombre del libro que hará temblar los cimientos de todo lo construido por Catherine (Cate Blanchett): su reputación como reportera, su relación con su hijo, su casa y el matrimonio que la habita. Su supervivencia depende de con cuanta destreza cruce la cuerda floja de la verdad.
Ya extrañábamos a Blanchett en la televisión; estábamos a punto de perder la esperanza cuando se anunció que haría su regreso a la pantalla pequeña de la mano de Alfonso Cuarón. Su inserción en mundo televisivo fue con Mrs. América, donde se unió a un super elenco de intérpretes femeninas. ¿Qué podemos decir de una actriz que no decepciona? La habilidad con que se transforma física y mentalmente en otra persona es digna de elogios, la entrega con que deja atrás la persona que es fuera del escenario y la pantalla para dar lugar a una quimera es cuando más, admirable.
¿Qué no ha sido Cate Blanchett?
Ha defendido la Tierra Media de las huestes de Sauron; ha sido la reina justa, pálida y virgen de Inglaterra; ha sido una profesora acostándose con un estudiante, chantajeada por una herida Judi Dench; ha sido Carol tomando las riendas de su vida, desnudando su alma y el cuerpo de la mujer que ama; ha sido Bob Dylan; ha sido la protagonista de un manifiesto artístico; ha sido Lyida Tár acosando sexualmente a sus estudiantes a la vez que demuestra merecer cada premio, cada gesto de admiración; ha sido Jasmine enloqueciendo en un parque, cantando sentada en un banco, pensando en la vida que una vez tuvo.
¿Qué le falta por ser?
Bajo la dirección de Cuarón se convierte en una periodista cuyo pasado está siendo vendido en un libro del cual ella afirma todo es mentiras, “es una muy buena obra de ficción”, dirá en un episodio. En algún momento de su vida Catherine coincidió en Venecia con un muchacho de 16 años y con quien tuvo un amorío. La muerte surgió junto a una marea indomable durante una de las tardes que compartieron. El amante murió ahogado tratando de rescatar al hijo de la mujer que le había propiciado una noche de gozo.
Hay que tener cuidado con lo que se dice de ella. Cualquier pista de más que se dé, cualquier indicio o presunción puede dar lugar a que la experiencia se destruya. Es una obra difícil por sus constantes idas y venidas entre tiempos verbales distintos, por sus saltos entre lo real y lo ficticio, por las capas de subjetividad que aporta. El diálogo interno de los personajes hace que esta adaptación resalte entre otras por los precisos soliloquios que comparten los personajes con los televidentes. La experiencia resultante es la de estar viendo un préstamo perfecto de la literatura hacia el lenguaje cinematográfico donde cada línea está calculada al milímetro.
Quien esté relacionado con la obra de Alfonso Cuarón encontrará en ella vestigios de toda su filmografía. Empezando con escenas de sexo adolescentes al más puro estilo Solo con tu Pareja, para después ir subiendo de tono y llegar a conseguir encuentros tan eróticos como los de Y tu mamá también. Dejamos el México de Roma para meternos en la Inglaterra de Children of Men. Pero en este el contexto bélico/distópico desaparece para dar paso a una ciudad que se deja contar con las herramientas cinematográficas que hicieron famosa a la Cleo de Alfonso Cuarón, cuando la usó como punto catalizador capaz de explicar la revoltosa México de los años cincuenta.
La primera imagen que se compartió de Disclaimer era la de una mujer rubia que llevaba un bolso en su mano derecha mientras observaba al vacío, como quien acaba de perderlo todo y no sabe dónde poner tanta desesperación o hacia dónde dar el siguiente paso. Se había convertido en una perfecta desconocida que no daría su visión de la historia hasta bien desarrollada la trama, cambiando las tornas de todo lo conocido y aceptado dentro de su universo. Cambiando el statu quo con la simple acción de conversar.
¿Por qué no la dejamos hablar? ¿Por qué no la dejamos explicarse? ¿Por qué no la dejamos dar su versión de los hechos? ¿Por qué nos lanzamos a su garganta con las fauces de quien se cree amo y señor? ¿Por qué decidimos creer cualquier cosa antes de ponernos a escuchar la versión de quien sí estuvo allí? Sin dudas, cuando se ha dictado el punto final de esta obra, queda un sentimiento de vacío extraordinario en cada uno de nosotros. Sí, lo vivido ha entretenido en gran tamaño, a fin de cuentas, es un thriller soberbio, pero el verdadero crimen está en nuestra ignorancia.
El puzzle queda resuelto y todas las piezas caen en su sitio. Hay drama, redención, un asesino, una verdad que reemplaza la mentira y se impartida justicia. Hay consecuencias, por supuesto, nada será igual después de tan funesto período. Pero, sorprendentemente, entre tantas heridas, hay esperanza para una madre que comienza a sanar su relación con su hijo. No quiero seguir hablando de algo que me ha dado tanta dicha en las últimas semanas y de lo que estoy seguro seguiremos escuchando durante la temporada de premios.
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