Crónica citadina: Cuando calienta el Sol.
“Cuando calienta el Sol, aquí en la playa…”, seguramente los hermanos Rigual al componer esta bella e internacionalmente conocida canción no estarían soportando, décadas atrás, esta super calurosa temporada veraniega.
Años más tarde, sería popular otra obra musical: “Eva María se fue, buscando el Sol en la playa, con su maleta de piel y su bikini de rayas. Ella se quedó,soleándose en la arena..”, mientras yo siento la pena —horas después— de verla sufrir por el ardor que se apoderó de su ahora enrojecido cuerpo, por su extensa exposición bajo los candentes rayos.
Se ha comprobado que la luz solar puede mejorar el estado de ánimo, disminuir la presión arterial, fortalecer huesos, músculos e incluso el sistema inmunológico, pero, todo en exceso puede provocar resultados contrarios a los deseados.
Y este es un caso típico, a pesar de las alertas que sobre el tema se emiten por los medios de comunicación, en cuanto a que a la playa se debe ir cuando menos fulgurantes sean los famosos rayos ultravioletas, o sea, después de las 5:00 o 6:00 p.m Los efectos serán menos nocivos.
En estos últimos meses del 2024 se han hecho sentir las elevadas temperaturas, hasta de noche se percibe un fatigante calor.
“Cuando calienta el Sol, aquí en la playa…”, también en las calles se padece esa fatigante sensación de calor incómodo, por lo que se ve a los paseantes diariamente caminar deprisa en busca de alguna sombra salvadora.
No obstante las advertencias al respecto, muchas personas deciden ir a la playa en los horarios en que el Astro Rey muestra su magnífica potencia y, personificándolo, él dirá: “quien ose desafiarme, pagará caro su osadía”.
Lo más lamentable del desoído consejo que orienta la ciencia es que observamos a padres y madres marchando hacia las diversas playas de la ciudad, en busca de un refrescante chapuzón, y llevan a sus hijos, incluso en cochecitos que, si bien tienen su tapadera, han de soportar el resplandor y el calor.
“Cuando calienta el Sol, aquí en la playa…”, “Eva María se fue buscando el Sol en la playa…”. Sí, pero en esta ocasión ella porta dentro de su maleta de piel una loción protectora contra los rayos ultravioletas, pues ya tuvo una amarga y quemante experiencia.
Quien no utilice dicha protección puede resultar “quemado” en demasía, en dependencia del horario y el tiempo de exposición.
“El Sol, la playa, la arena y tú…”. Cuídate.
(Por Fernando Valdés Fré)