Los talleres de verano del proyecto Adolescentes por Matanzas, de la Oficina del Conservador de la Ciudad, concluyeron hoy con las expectativas cumplidas de hacer nuevos amigos, salir de la rutina, aprender sobre la urbe, disfrutar más las vacaciones y lograr la superación personal.
Desde el lunes último, sobre robótica e historieta, manualidades, audiovisual, periodismo, identidad, diversidad y antirracismo, conocieron una treintena de participantes con edades desde los 11 hasta los 17 años, mediante procesos participativos en los que también los coordinadores aprendieron de los más jóvenes.
Celín Arleen Buergo Reyes, quien acudió ante la convocatoria de Adolescentes por Matanzas con la experiencia previa de los talleres del 2023, agradeció el tiempo compartido, y destacó la colaboración lograda.
Desmitificamos aquello de que la adolescencia es la edad difícil, porque la palabra adolescencia quiere decir en crecimiento, por tanto si estás en crecimiento hay que acompañarte, y a eso nos dedicamos los coordinadores en el verano, explicó Magalys Menéndez Peñate, jefa del proyecto Adolescentes por Matanzas.
Betty Correa, madre de Liu García, uno de los participantes, en representación de las familias de los talleristas, agradeció a la Oficina del Conservador por tejer con hilos de amor a los adolescentes, con historia, tradiciones, cultura; por dar un regalo de verano cada año.
Los adolescentes llegaron con expectativas, deseos, alegría, juventud, compartieron todo eso, y nosotros las ganas de enseñar -expresó Yimara Lavastida, una de las coordinadoras-, se llevan un poco de nosotros, de lo que les dimos, y la Oficina quedará más grande, con un pedacito en cada uno de los barrios.
