La ministra de Educación Naima Ariatne Trujillo Barreto intercambió con profesores y directivos del sector en Matanzas sobre las complejidades y retos del nuevo curso escolar que iniciará el próximo 4 de septiembre en todo el país.
Las aulas matanceras se enfrentan a un año escolar complejo con carencias en la base material de estudio y dificultades para completar el claustro de profesores. Los estudiantes, por su parte, vienen de un período convulso y tendrán que adaptarse a las rutinas escolares y recuperar la motivación por el estudio.
El curso 2022-2023 será el primer curso post-pandemia que contará con 46 semanas presenciales, lo cual garantizará la normalización de los plazos establecidos para el proceso de enseñanza y aprendizaje, y a su vez una mayor preparación de los estudiantes y técnicos.
La funcionaria hizo un llamado a aplicar flexiblemente las disposiciones que sean necesarias para contribuir a una mejor enseñanza y afirmó que el sistema educativo es de todos y así lo deben sentir profesores, padres y alumnos. También manifestó que no hay circunstancia alguna a nivel de país que no parta del sistema educativo, y que tanto nuestras derrotas como nuestras victorias nacieron en un salón de clases.
El nuevo curso cuenta con la particularidad de que se efectuarán dos exámenes de ingreso para los diferentes grupos que culminan estudios, lo cual representa un reto organizativo. A los estudiantes que se gradúen primero, o a los que tengan carreras pre-otorgadas, se les dará la posibilidad de ayudar y contribuir en la escuela que los formó hasta que matriculen en la universidad.
Trujillo Barreto aclaró que los profesores tienen el deber de motivar a los estudiantes y de estar más pendientes de las situaciones que puedan generar las diferencias económicas actuales entre familias y los problemas sociales en el día a día de sus alumnos.
Respecto al tema de cubrir el déficit de profesores en algunas instituciones, insistió en la necesidad de recurrir a aquellas personas que puedan aportar al proceso educativo, incluso, aunque carezcan de formación pedagógica: una tendencia que no debe marcar una generalidad, pero sí aportar soluciones efectivas que beneficien al estudiante.
Sobre el tema del transporte, la ministra mostró preocupación, un aspecto que debe ser prioridad y cuya solución ha de ser multifactorial. Además, enfatizó en la protección a nuestros docentes y en la necesidad de buscar todas las maneras posibles para incentivarlos.
Además, aseguró que los libros nuevos no podrán distribuirse en agosto y probablemente tampoco en septiembre, pero confirmó que llegarán durante el presente curso y que el Ministerio tendrá la tarea de introducirlos en el programa de estudio lo antes posible.
En este sentido comentó: “Son libros recientes que forman parte de una colección, con un diseño atractivo, y lo más importante, incluyen las transformaciones que exige el tan ansiado proceso de perfeccionamiento de la educación cubana”.
Entre las propuestas de los profesores matanceros destacó la urgencia para reestructurar los sistemas de evaluación cualitativos para que se adapten a las capacidades de los estudiantes y sean premiadas sus verdaderas potencialidades.
Sobre el tema, Trujillo Barreto recomendó evitar el academicismo, ser flexibles y respetar los proyectos educativos a nivel de institución y de grupo: «Recordemos que es mucho más fácil enseñar que formar a mejores personas».
Preocupa la vocacional Carlos Marx de Matanzas, que ha perdido 30 profesores y cuenta actualmente con un solo maestro fijo en una asignatura tan importante como Matemáticas. Esta es una situación que complejiza otras dinámicas internas, como las guardias docentes. El director del centro hizo un llamado para crear estrategias con las que atraer a jóvenes profesionales, y así integrar el claustro y mejorar las condiciones materiales.
Ratificó la ministra que es preciso analizar todas las alternativas posibles en términos de contratación, así como ser objetivos con el pago a los propios profesores fijos que asuman una carga de trabajo superior.
Asimismo, mostró sus inquietudes ante la competencia desleal que padece el sector educativo en términos de salario y reconoció el compromiso y la entrega que han demostrado todos los educadores en estos años tan difíciles.
Evidenció también su interés por que participen todos los sectores de la sociedad posible en los actos de inicio de curso, para que la familia cubana sienta la importancia que merece este momento: “El primer día de clases tiene que ser una fiesta por todo lo alto: se lo debemos a nuestros estudiantes, a nuestros maestros y a la educación cubana”.