Del 23 al 25 de junio, se celebró la 23 Temporada Narices Rojas, auspiciada por Teatro Papalote, que promociona la imagen y el espíritu del payaso, pero también de su tradición en la agrupación anfitriona con una intensa historia en la que se encuentran los aportes dramatúrgicos del maestro René Fernández y su vocación pedagógica, los espacios de intercambio teórico y práctico, el trabajo con niños, en diferentes manifestaciones, el concurso de reprise y una programación de espectáculos callejeros.
Por suerte, varios de los grupos matanceros tienen al payaso como esencia de sus espectáculos, lo que ayudó a conformar la programación de esta 23 edición a la que también se integraron Teatro La Proa y Teatro de Camino, de La Habana y Villa Clara, respectivamente.
El payaso siempre atrae público. La dramaturgia con historias y personajes de payasos es quizás una de las fortalezas de nuestro teatro, desde la variedad de textos creados por Fernández Santana; los aportes de Teatro de Las Estaciones (ahora mismo con Flores de Carolina y Ajonjolí, un homenaje al libro de poemas de Dora Alonso, con una reinvención visual de Zenen Calero); de los espectaculares dibujos de Ares; la presencia en nuestros escenarios de Teatro Tentempié; los aportes de Teatro Icaron que, en este caso, potenció la programación con el homenaje al gran Charles Chaplin y su personaje de Charlot; la Compañía de Variedades Circense La Rueda y especialmente, Teatro El Mirón Cubano que desde de finales del siglo XX nos ha entregado puestas memorables como El Circo de los Pasos, Pasos Callejeros, entre otros, y ha sido un referente de este trabajo, para dignificar el arte del payaso, y las particularidades de este arte entre los cubanos.
De Teatro Papalote, aun recuerdo aquel hermoso espectáculo de El Circo de los Sueños, que rendía homenaje al cine y en el que estaban implicados varias generaciones de actores, desde los del taller de actuación de Teatro Papalote o una actriz como Miriam Muñoz, todos bajo la dirección de René Fernández, un poema visual que nos revelaba el potencial del arte del payaso en los escenarios.
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La Temporada Narices Rojas, tiene entre sus méritos estimular la significación del payaso, y de diferentes maneras lo ha logrado. Hay algo que me encanta, porque sirve para enriquecer repertorios y la creatividad, y son los concursos de reprises, algo que le es esencial a cada espectáculo, y es quizás una debilidad de muchos de los que he visto en varios escenarios y que este espacio dentro del evento fomenta con sensibilidad y sentido histórico, porque propicia un repertorio que puede enriquecer el de los que se dedican a este arte y constantemente repiten los mismos, ajenos a la innovación.
En la trayectoria artística del maestro René Fernández, marcado por su liderazgo creativo, pedagógico y de visión de un colectivo, está el de desarrollar la línea del arte del payaso, y reunir en nuestra ciudad a muchos de sus mejores exponentes, como es el caso de la presencia de Teatro Tuyo y el maestro Ernesto Parra, que han contribuido a encontrarnos con espectáculos esenciales y talleres que estimulan el rigor profesional.
Realizar 23 temporadas es un logro significativo, un punto de avance en la trayectoria de un evento y en la diversificación de la escena matancera.