Las cuentas claras de Dorys

Las cuentas claras de Dorys

Con cuatro décadas de entrega al sistema bancario, Dorys Abrahantes Rodríguez, actual trabajadora de la Dirección Provincial del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) en Matanzas, ha sido testigo y protagonista de una transformación monumental. Su carrera comenzó en la era de lo analógico, dominando el arte de las “cuentas claras” con tinta, papel y la precisión impecable de los grandes libros de contabilidad; forjando, en esos primeros años, el rigor y la disciplina que hoy constituyen su sello profesional.

El viaje de Dorys a través de estos 40 años es la crónica de una evolución imparable: desde las calculadoras mecánicas hasta la nube digital; desde el archivo físico hasta la instantaneidad de un pago móvil. Esta transición, que para muchos representó un desafío, Dorys la abrazó con la curiosidad de una aprendiz y la sabiduría de una maestra, entendiendo que la tecnología no era un fin, sino una poderosa herramienta para seguir cumpliendo, con mayor eficacia, el mismo principio rector: ofrecer confianza a cada cliente.

Hoy, ante un ecosistema financiero que se redefine constantemente, la experiencia de Dorys se torna en faro para las nuevas generaciones de bancarios, demostrando que la verdadera transformación se logra cuando la tecnología va de la mano con el talento humano, la ética inquebrantable y, sobre todas las cosas, la convicción de que en la banca, al igual que en la vida, lo más importante es mantener las cuentas, y los principios, absolutamente claros.

—¿Cómo y con qué edad llega a trabajar en el sector bancario? ¿De niña y adolescente imaginó que esa sería su vida?

—Para nada. De niña mis juegos eran a ser maestra, médico; trabajar en el banco nunca fue una idea para mí. Llego a él con 23 años, una vez graduada de Licenciatura en Contabilidad.

—¿Qué recuerdo de aquellos primeros días en el banco le trae hoy una sonrisa y confirma que tomó la decisión correcta?

—Recuerdo con una sonrisa mis primeros créditos otorgados y mis primeros clientes, con quienes aún conservo una buena amistad y les agradezco por contribuir a mi crecimiento profesional en aquel momento.

—Después de 40 años, ¿cómo definiría la esencia del trabajador bancario cubano; aquello que no ha cambiado pese a las transformaciones?

—La resiliencia. A pesar de los cambios en el sector, siempre hemos mantenido un compromiso profundo con la atención al cliente y una ética de trabajo que nos distingue.

—En los momentos difíciles, ¿qué era lo que la mantenía firme en su puesto; aquello por lo que valía la pena el esfuerzo, los sacrificios?

—Hemos pasado por momentos muy difíciles en el banco. Recuerdo los años 90, por ejemplo, cuando hubo un gran éxodo de trabajadores hacia el sector del turismo. La pandemia, también. Lo que nos ha mantenido firmes es ese sentido de responsabilidad que tiene el trabajador bancario hacia sus colegas y también hacia sus clientes.

—¿Podría contarnos algún ritual o costumbre sencilla de la vida diaria en su centro de trabajo que refuerce la sensación de familia?

—En las mañanas siempre tenemos un momento muy agradable donde compartimos una taza de café y hablamos sobre nuestras vidas. Nos ponemos al día, sobre todo de nuestros problemas, nuestras vivencias. Es una costumbre que hemos mantenido siempre.

—Si hoy pudiera regresar en el tiempo y darle un solo consejo a aquella joven que empezaba su carrera, ¿qué le diría?

—Que confíe en sí misma y que cada desafío es una oportunidad de crecimiento. La perseverancia y la dedicación son clave para alcanzar los sueños.

—Se dice que la disciplina bancaria “moldea” a las personas, incluso en su vida familiar, social y de pareja. ¿Es esto verdad?

—La disciplina bancaria me ha ayudado mucho en mi vida personal, pues he llevado la planificación y la costumbre del trabajo en equipo a las tareas del hogar, superando cualquier obstáculo de forma exitosa.

—Ahora que mira hacia atrás, en una carrera tan larga y fructífera, ¿cuál es el sentimiento que predomina: el de satisfacción por el camino recorrido, o la esperanza y curiosidad por el futuro que usted ayudó a construir?

—La satisfacción por el camino recorrido. Sin embargo, hay también una fuerte curiosidad y esperanza por el futuro, pues sé que siempre habrá algo nuevo por aprender y lograr. En ese sentido, debemos cooperar en la formación de las nuevas generaciones.

Las cuentas claras de Dorys

Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Humberto Fuentes Rodríguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Matanzas en el año 2024. Egresado del Taller de Técnicas Narrativas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Jefe de la Sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas. Escritor, fotógrafo, trovador y guionista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *