Atardecer en Ceuta: Décimas a Juan Gualberto Gómez. Diseño: Luis Daniel Báez
Ves crepúsculos en Ceuta
Más allá de tus barrotes
Que exprimen como garrotes
Tus ganas de estar de vuelta.
Un rayo de sol te conecta
Al ya gris Mediterráneo
Y recuerdas ser foráneo
Lejos del mar que te clama,
Pues vuelve a quemarte la llama
Que arde en tus coterráneos.
Juan Gualberto, Hermes caído,
Mensajero de una diosa
Llamada libertad que goza
Despertando a los dormidos,
Has fallido en tus tañidos
De campanas en Ibarra:
Así se clavan las garras
Del vencedor en tu ser,
Por más que puedas querer
Que tu herida no se abra.
Llora un Martí semioscuro
Que invocas en tus penumbras,
Cuando apenas se vislumbra
En tu celda ni el futuro.
Y ese apóstol, hombre puro,
A un lustro del nuevo siglo
No quiere dejarle al libro
De Historia ningún pendiente,
Pero tus muros no entienden
De pureza ni de gritos.
En tu piel las marcas llevas
Del esclavo que no fuiste.
Son del padre que tuviste,
De tu madre, tus abuelas:
Son de tu raza entera,
Que aunque naciste liberto
Te tiende el muñón abierto,
Supurante, consternado,
Del pobre y del castigado,
Del sediento de respeto.
Ven, siéntate a la mesa,
Sucia de tinta y mendrugos,
Y ponte a escribir del yugo
Que te duele y te da fuerzas.
En lo que la claridad cesa
Te da tiempo a redactar
De nuevo, y a renombrar,
Lo que tanta furia provoca
En tu alma, y de tu boca:
Lo que en Cuba hay que enmendar.
Cada vez son más las sombras
Que se ciernen de la noche,
El instante en que el reproche
Comienza a robar tus horas.
Mas no lo permitas ahora:
Tal vez rechinen las puertas
Y el destierro fuese prueba,
Tormentosa cual Caribe,
De que Juan Gualberto fue libre
Hasta en la noche de Ceuta.
