De tabúes y espirales

De tabúes y espirales

Los temas tabúes son todas aquellas conductas, acciones o expresiones prohibidas o vetadas por una sociedad. Dichas prohibiciones —autoprohibiciones,en la mayoría de los casos— no suelen responder a razones objetivas, sino que se basan en prejuicios sociales, dogmas políticos o tan solo supersticiones.

La palabra tabú proviene de la cultura polinesia. En esta, por motivos religiosos, existen objetos o alimentos que no pueden tocarse, comerse o siquiera mencionarse. Si por alguna casualidad un miembro de la tribu llegara a violar un tabú determinado, la ira de los dioses recaería sobre todos sus habitantes. Nuestro país, como es de suponer, no está exento de la presencia de tabúes.

Entre ellos, sobre todo, hallamos la reticencia a hablar en voz alta de ciertos temas. Y es aquí donde aparece un concepto bastante interesante: la espiral del silencio, teoría que asegura que las personas, con tal de evitar el rechazo colectivo o posibles represalias legales por emitir sus verdaderos criterios, prefieren quedarse callados o aportar una opinión con la que no están de acuerdo, pero que concuerda con los puntos de vista dominantes.

En este sentido, la espiral del silencio advierte que la opinión pública no siempre coincide con los verdaderos criterios de la población, sino que está conformada por las opiniones “políticamente correctas” que emiten las personas en espacios públicos o declaraciones a la prensa; si bien existirá alguna idea que prefieren no manifestar, por diferentes motivos. En otras palabras, un tabú.

Entonces, a los medios de comunicación no llegan algunos criterios de las personas, y estas, a su vez, al observar los productos comunicacionales que se fabrican en base a la opinión pública y no ver reflejados sus tabúes, van a continuar considerándolos como tal; y así en lo sucesivo, en un bucle infinito: una espiral, como anuncia el concepto.

La sociedad cubana no logra desprenderse aún de algunos tabúes bastante nocivos, cuyo arraigo responde a un sinnúmero de tradiciones obsoletas que no poseen justificación alguna para llevarse a cabo.

El tabú hacia la diversidad sexual, por ejemplo, muchas veces se basa, simplemente, en el rechazo a lo que nos resulta extraño, desconocido y, por lo tanto, amenazador, pese a que en realidad se trata de percepciones erróneas infundadas por las reminiscencias heteropatriarcales de épocas pasadas.

Por estas mismas razones, persisten en Cuba tabúes como el sexo prematrimonial, la emancipación de la mujer, la religión, los tatuajes y piercings, la forma de vestir de algunas personas, entre muchos otros.

Asimismo, perduran otros tabúes relacionados con problemas y vicios de nuestra sociedad, como es el caso de la corrupción, los errores en la implementación de algunas estrategias del Estado, el juego, la prostitución y el tráfico de influencias,que se mencionan solo de pasada en los medios de comunicación o no se abordan en lo absoluto.

Urge superar con actitud crítica los tabúes que se mantienen en la sociedad cubana, en aras de dejar caer los lastres que nos impiden avanzar hacia ese proyecto de país próspero, soberano e inclusivo con el que todos soñamos. Un país libre de tabúes.


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Sobre el autor: Humberto Fuentes Rodríguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Matanzas en el año 2024. Egresado del Taller de Técnicas Narrativas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Jefe de la Sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas. Escritor, fotógrafo, trovador y guionista.

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