Confirman Ciénaga de Zapata como territorio papero

La actual campaña papera confirma la Ciénaga de Zapata como territorio
idóneo para el cultivo de tan demandado tubérculo, al lograrse la sobrevivencia
de varias hectáreas por segundo año consecutivo.

Desde las áreas de la finca de Juan Luis Rangel Duarte, ubicada en Soplillar, ya se aprecian las primeras floraciones de las plantas en una extensión de dos hectáreas.

Debido a los buenos resultados obtenidos el pasado año tras la primera incursión en la novedosa experiencia de sembrar papa agroecológica, se retomó la siembra a finales del 2024, y las plantaciones exhiben excelente vitalidad, aun teniendo en contra la falta de fluido eléctrico que dificulta el riego.

En la actualidad, se decidió extender la experiencia a otros puntos del Humedal donde existieran niveles de tierras cultivables, lo cual permitió alcanzar una totalidad de cinco hectáreas.

“A pesar de la falta de estabilidad en el riego, el campo muestra un buen desarrollo, lo que augura un rendimiento de 20 toneladas por hectáreas”, expresa el productor.

A principios de marzo, iniciará la cosecha que tiene como destino los diferentes asentamientos del sureño municipio.

Con más de dos décadas como agricultor, Juan Luis Rangel demostró que los suelos de la Ciénaga lograban producir alimentos, y esto se constata alrecorrer las más de 30 hectáreas de su posesión.

En cada palmo de tierra se aprecian frutos como la guayaba, hortalizas, plátanos, entre otras producciones que se comercializan en los diferentes puntos de venta diseminados a lo largo del extenso municipio Ciénaga de Zapata.

Gracias al estrecho vínculo con instituciones, como la Estación Experimental
de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, han devenido abanderados de la
agroecología, al emplear métodos agrarios más amigables con el medio
ambiente.

El productor asegura que en sus predios nada se desecha, pues convierte los
restos de cosecha en abono verde; también emplean la lombricultura y los
restos de cenizas de carbón para aporcar en los arbustos, acciones que
enriquecen el sustrato.

Fundador, junto a su esposa Mariana, de la Cooperativa de Créditos y
Servicios Antonio Maure, han logrado mantener una producción estable
durante los últimos años, superando las 500 toneladas de alimento, entre
viandas, granos, vegetales y frutas.

Ello echa por tierra aquella errada concepción que sentenciaba la esterilidad de
los suelos cenagueros. A golpe de tesón, productores como Juan Luis han
demostrado que las ganas de producir pueden transformar áreas pantanosas,
donde prevalecía la turba, en un llamativo campo de papa.

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

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