
En esta crónica peculiar, le cedo la palabra al cine-teatro Velasco. La instalación expresará sus numerosos criterios acerca de su casi inexistente actividad como sala cinematográfica.
Así comienza su desahogo el vetusto cinematógrafo:
“Estoy indignadísimo. Ni tan siquiera se acordaron de que el pasado sábado 14 de diciembre cumplí 110 años. No respetaron mi edad, y eso que es una cifra cerrada, que son las que normalmente se celebran.
“Recuerdo que en el diario Juventud Rebelde el cronista Ciro Bianchi publicó que en La Habana en la actualidad existían dos o tres cines centenarios, pero que ya no exhibían películas. Entonces, debo ser el más longevo del país en tal menester, a pesar, muy a mi pesar, de que ya hace tiempo no se proyectan en mi pantalla audiovisuales, salvo en esporádicas ocasiones. Los estrenos brillan por su ausencia.
“Olvidaron que yo fui la primera subsede del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y la primera en otorgar un premio, el Vigía, a la mejor película exhibida en mi pantalla.
“Me deleitaba ver todas mis butacas ocupadas por un público ansioso de ver lo más novedoso de los realizadores de nuestra área geográfica. Todos estrenos, incluidas óperas primas.
“Matanzas contaba con un jurado base, integrado por amantes y promotores del cine: Carlos Manuel Deus, Jorge Jiménez, Cristóbal Mesa, Fernando Valdés y el fallecido profesor Luis Espino García. En algunas ediciones se incrementó hasta siete el número de sus miembros, por lo que también emitieron sus análisis Manolo García, Idania Álvarez, Lourdes Alfonso, Mario Naite…
“Eran días gloriosos para mí —añadió suspirando— ser subsede, la principal fuera de la capital del país. Disfrutaba ver la cola que alrededor de mi instalación hacían fervorosos fans de la imagen en movimiento.
“No puedo pasar por alto que las películas que se proyectaban en mi pantalla eran las mismas que se exhibían en los cines habaneros; sin mencionar que las obras aquí galardonadas con el Vigía casi siempre merecían, también, el Coral, lo cual dice mucho de la seriedad y profundidad analítica con que el jurado matancero realizaba su labor.
“Ya entrada la década de los años 80, un realizador extranjero no estuvo de acuerdo con que su obra saliera de la capital, quizá por el temor de que copiaran (‘piratearan’) su película, algo que jamás aconteció aquí en Matanzas, ni en La Habana, supongo.
“No obstante, varias ediciones más continuamos siendo subsede del FINCL, aunque otras provincias también habían sido seleccionadas para tal rol, así como algunas instituciones y organizaciones capitalinas otorgaban sus respectivos galardones.
“Sin embargo, año tras año se fue debilitando el flujo de estrenos en mi sala, y comenzaron a paliar la situación con la programación de filmes ya proyectados aquí, o sea, retrospectivas. Eso trajo por consiguiente que el público fuera perdiendo interés en visitarme, ‘¿para ver largometrajes repetidos?, qué va’, murmuraban entre sí los cinéfilos.
“Qué triste para mí verlos marchar hacia el parque de La Libertad y tal vez hacer el recuento de las buenas películas que apreciaron en esta subsede, mérito que ganamos por el apoyo que el público yumurino le dio al certamen desde la primera edición, lo que trajo por consiguiente que el entonces director nacional del evento artístico-cultural mantuviera esa honrosa designación.
“Permítame aclarar que el Vigía casi siempre constituía una pieza alegórica al séptimo arte, obra en pirograbado realizada por el reconocido escultor matancero Agustín Drake, que años después asumiría otro artista de la plástica.
“Hace alrededor de 10 años no se utiliza mi pantalla, salvo en esporádicas ocasiones.
“Sí, es cierto, también honrosamente he servido para brindar otras opciones artístico-culturales, incluidas funciones circenses, el Danzan Dos, certamen de la Compañía Danza Espiral. Mi salón ha presenciado, asimismo, graduaciones estudiantiles, reuniones…; pero mi objeto social es proyectar filmes; eso no admite la menor duda.
“Sí, tiempo atrás se dijo que ya Matanzas no era subsede, porque el formato en que están grabadas las películas en competición no es compatible con la añeja tecnología que poseo, y que nunca se renovó cuando hubo posibilidad de hacerlo.
“En fin, es probable que dentro de un lustro, cuando arribe a mi 115 aniversario, algunos decisores comprendan mis lamentos, mis reclamos de hoy, y tal vez yo vuelva a sonreír; o eventualmente resignarme a la idea de que ya exhibí, sin saberlo, mi última puesta en pantalla”.
Solo puntualizo algo: el cine porta en sí otras artes, por tanto, sostenerlo es parte de salvaguardar la cultura.
(Por Fernando Valdés Fré)
Mil disculpas escribí un comentario y al parecer a alguien no le agrado y no lo públicaron me da igual comparto 100% la opinión del cine Velasco y del periodista que la escribió, La situación del Velasco es la misma que la del Ateneo y el puente de la circunvalación que en pas descancen los tres
Felicitaciones al Velasco el emblemático cine de la ciudad, ciertamente una despreocupación total del minsiterio provincial de cultura he leido todo el comentario y da pena saber que algo tan valioso este en el olvido