«Una batuta sinónimo de sueños». Por: Flavia de los Angeles Contreras Vega/estudiante de Periodismo
Los músicos la reciben entre aplausos, entonces la delicadeza de Yoannia Calama desborda el escenario. No son pocas las ocasiones en las que llega acompañada de su clarinete, mas la batuta, llama la atención del público mientras el atril de directora la abraza.
La clarinetista cuya pasión por la música fortaleció sus raíces desde el hogar, agradece a la vida aquella elección, que hoy, la convierte en una artista afortunada, al contar con la compañía eterna y la melodía cautivadora del instrumento de viento y madera.
«El clarinete enamora, es muy agradecido, su sonido melodioso engalana formatos diversos de la música de concierto como la Banda, la Orquesta Sinfónica y la Jazz Band. Sin dudas le doy gracias a la vida por haberlo escogido» afirmó la directora del Trío Bonanza al referirse a ese compañero de conciertos.
Se dirige al atril y levanta sus manos sinónimo de comienzo. Sus compañeros la observan y la tranquilidad viaja en el baile entre notas y batuta. Los instrumentos cobran vida, entonces los nervios se convierten en energía y Yany, como muchos la conocen, irradia magistralidad.
La dirección orquestal -explicó la instrumentista formada en la Escuela Profesional de Música José White- constituyó un reto guiado por la entrega y las ansias de superación profesional. Formada de atril, asume esta importante labor junto a la Banda Provincial de Conciertos de Matanzas, que a día de hoy aún admira los pasos seguros de su directora titular.
Estar frente al podio -añadió la también directora de la Banda Infantil del Centro Kairós- es un momento único. La paz que habita en ese pequeño espacio en el escenario, se hace notar cuando miradas conocidas reflejan orgullo. Quizás los ojos de todo un público que inunda el auditorio se encuentren encima de aquella figura que guia, mas la confianza de Yany se encuentra justo en los responsables de hacer magia entre cuerdas y madera.
La Universidad de Matanzas reconoce la mirada dulce de Yany Calama. A 24 años de culminar su etapa estudiantil, la Educación Artística es sinónimo de superación para la profesora de la Escuela Vocacional de Arte Alfonso Pérez Isaac. El sueño de portar con orgullo el título de licenciada, unido al reto que supone regresar a las aulas convierten a la santiaguera en un ejemplo para las nuevas generaciones que hoy se forman en la enseñanza artística.
«Recordar hábitos de estudio 22 años después, adaptarme nuevamente a ser alumna constituyó un reto, mas agradezco a todos mis profesores y compañeros, agradezco las enseñanzas y las nuevas herramientas adquiridas en este tiempo» argumentó la estudiante de 5to año de la carrera de Educación Artística.
«Uno de mis sueños es seguir dirigiendo. Es única la sensación. Sueño con dirigir una orquesta a extramuros de nuestro país, conocer otras culturas. Para mi la música es amor, pasión, conocimiento, lo es todo. Nosotros los músicos vemos la vida con otros matices y que mejor manera de agradecer este regalo que compartiéndolo con los demás.» expresó la primer clarinete de la Orquesta Sinfónica.
Recuerda su primer hogar, la Orquesta Sinfónica de Matanzas. Entonces reafirma el deseo de rescatar tesoros musicales, de hacer y ser por esta pasión que vive en el alma. Vuelve a su lugar en el escenario, mueve el atril en busca de comodidad y segura, sostiene una batuta sinónimo de sueños.
Solo quién disfruta la música con todo amor puede escribir de forma tan sentida, el mérito mayor viene por ser una joven que pertenece a una generación que ama el Periodismo al punto de asumir un importante reto. Felicidades Flavia que la pasión te acompañe siempre. Felicidades a nuestra estudiante de educación artística y magnífica directora, ejemplo de entrega a la música.