Teatro Musical Vida: una historia de musas y sueños

Teatro Musical Vida: una historia de musas y sueños

Fotos: Cortesía de Ángel Román

De puntitas se adentran en el arte. Algunas con tutú giran a favor de las manecillas del reloj, mientras que otras, con el folclor en las venas, prefieren movimientos más contemporáneos. Esta vez fue la danza pero mañana el protagónico quizás lo tenga un violín al que se le desprenda La bella cubana, unos lápices con los que se pueden diseñar sueños, o algún que otro libreto que obligue a revelar dotes histriónicas que permanecían ocultas en cuerpos pequeños.

En la compañía de Teatro Musical Infantil Vida hay espacio para todo y para todos. El proyecto, nacido hace cuatro años gracias a las inquietudes artísticas de una niña y el empeño de sus padres por cumplirle los sueños, ha venido a cubrir importantes nichos educativos en la Atenas de Cuba y a convertirse en el espacio perfecto para germinar y desarrollar talentos.

EL NACIMIENTO DE VIDA 

Ángel Román es de las personas más versátiles e incansables que se pueden conocer: cantautor, productor musical, artista visual, actor y, desde hace cuatro años, profesor de teatro musical. 

Fue en medio de la covid 19, en una breve pausa epidemiológica en 2020, que se aventuró a crear junto a su esposa un espacio donde instruir a infantes que tuvieran vocación por las artes, y así nació Vida, una compañía que tuvo como musa a una niña. 

“Surge por una necesidad de mi hija, que estaba en un proyecto, y que mientras la llevábamos nos percatamos de las inquietudes de los infantes que iban más allá de solo la danza. Mientras esperaban las lecciones ellos cantaban y hasta dramatizaban. Por eso pensamos en algo combinado donde se mezclaran las diferentes manifestaciones.

“El nombre nace de una canción que hicimos, Maisha, que significa vida en suajili, y habla de tiempos muy difíciles, como el de la pandemia. Maisha nos abrió muchas puertas a nivel internacional con la música y pudimos conocer otras personas, socializar con artistas como Renny Arozarena, que fue nuestro profesor de taller de dramaturgia y teatro. Sería un momento de transición como profesores, como músicos, hacia el teatro”. 

Teatro Musical Infantil Vida tiene su punto de inicio el 20 de octubre de 2020, luego de que con anterioridad fuera lanzada la convocatoria en las redes sociales. La compañía comenzó con 60 niños, algunos de lugares distantes que hacían lo imposible por asistir a los ensayos. 

“Todo un reto porque fue en tiempo de covid 19, donde hasta las iglesias apoyaron en la transportación que incluyó el desplazamiento desde otros municipios como Limonar, Colón y Calimete. Llegamos a tener más de 100, dividiendo las secciones entre sábado y domingo.

Nuestra primera sede fue la sala de video de Pueblo Nuevo, luego tuvimos un espacio en la Oficina del Conservador de la Ciudad, y en estos momentos radicamos en el Callejón de las Tradiciones”.

A CUATRO AÑOS DE RETOS 

Actualmente son 47 los integrantes de la compañía musical. El descenso en la matrícula tiene entre sus factores a que muchos de sus miembros se han incorporado a escuelas de arte, y otros que se están preparando para el Instituto Superior de Arte o la licenciatura en Educación Artística. 

“Ha sido un espacio de crecimiento donde los niños han tenido muchas oportunidades, incluso, algunos se preparan para hacer televisión próximamente”, comenta Román emocionado por los logros. Casi el 50 % de los niños que se han presentado a las escuelas de arte, formados por nosotros, se han matriculado. Según estadísticas más de 300 niños han formado parte de la compañía en estos cuatro años.

“La labor pedagógica que se realiza desde el Centro de Educación Artística Konstantin Stanislavski mediante talleres, conferencias y clases magistrales ha sido el puerto de llegada de múltiples experiencias, de la mano de maestros dedicados a diferentes manifestaciones artísticas y que en su conjunto brindan una preparación cultural con herramientas útiles a la hora de asumir el género teatral musical”, enfatiza  Adys Santana, cofundadora de la Compañía de Teatro Musical.

Ondrey Ortiz, quien se unió a la compañía el 6 de noviembre de 2021, explica que en su caso empezó como profesor de danza de niños, adolescentes y jóvenes, y ya le ha dado clases a adultos también en los talleres de verano. “Los montajes de las diferentes obras han sido realizados por mí en la parte coreográfica. Lo docente ha sido una experiencia increíble. 

“Los niños te sacan todas las cosas positivas, el deseo de seguir trabajando, de hacer por la cultura de nuestro país, y hemos visto su crecimiento en todas las manifestaciones artísticas. En los talleres hemos tenido varios invitados como Osvaldo Rojas, René Fernández, Rubén Darío Salazar y Zenén Calero de los que han podido adquirir conocimientos tanto niños, como jóvenes o adultos”, refiere Ortiz, quien se desempeña como profesor de danza del Centro de Educación Artística y es además coreógrafo de Vida.

”Mi labor como profesora de artes plásticas es vital en la concepción escenográfica de los elementos que contribuyen a generar atmósfera y sensación de una obra, compuestos por aspectos visuales que forman parte de una escena tales como decorados, máscaras y títeres”, asegura  la doctora en Ciencias Isela Urra Dávila, profesora titular.

“Cada ejercicio creativo en función del diseño teatral parte del estudio y el análisis de la obra por los miembros del equipo de profesores y de la adecuada selección de los elementos a crear, para lograr la máxima expresividad en la obra teatral. Se aplican técnicas de las artes plásticas mediante la utilización fundamentalmente de materiales reciclados. Es importante reconocer la disciplina y constancia de niños y adolescentes en cada ejercicio de creación y el apoyo de la familia. 

“La inserción en Vida ha sido una experiencia maravillosa, desde donde se puede apreciar la interrelación de las manifestaciones del arte. Es un espacio especial donde los infantes desarrollan la confianza en sí mismos. Allí leen, hablan, juegan, crean y aprenden obras de los diferentes lenguajes artísticos y se estimula la imaginación, la creatividad y se inculcan valores humanos”, considera la licenciada en Educación Plástica, Máster en Educación y doctora en Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Matanzas, con 43 años de experiencia en el sector educacional.

Adys, por su parte, enfatiza en que en el transcurso de la conformación de la compañía se ha hecho necesaria la constante superación y ha sido escuela para sus propios profesores. “Pienso que no existe labor más loable en el mundo que la del maestro, el ser transformador por excelencia de la sociedad, y que todos en cierta forma fungimos como educadores siempre que estemos al servicio de transmitir valores humanos. 

“No ha sido fácil mantener por cuatro años el barco a flote. Muchos han sido los retos, pero nos quedan como historias para contar, pero son más importantes las historias que nos quedan por crear”.

PULIENDO DIAMANTES Y SUEÑOS

Angélica María, la musa inspiradora de Vida, es tímida y esquiva a entrevistas. Su llegada con más participación en talleres fue en este año en la temporada de verano con el Laboratorio de Ballet Introducción, otro espacio nuevo que se crea en nuestro Centro de Educación Artística y que vino para quedarse, donde participan 14 niñas y niños en su primera etapa, comenta Ángel, su padre. “Ella nos abre los ojos muchas veces con sus gustos y lo que le puede llamar la atención a niños y niñas entre cinco y 10 años. Tiene ocho, y su sueño es seguir bailando”.

Gabriel Moreda González tiene 13 años de edad, y cuatro de ellos han sido como integrante de la compañía. “Antes estaba en una de danza y buscaba ampliarme hacia otras manifestaciones. En este tiempo he hecho bastantes obras y diferentes ejercicios teatrales. Prefiero el teatro porque es en el que me siento más libre y disfruto eso. El personaje que más me ha gustado ha sido la manisera de Mercedes porque es el que más se apega a mi personalidad. En común tenemos que somos muy enérgicas y felices. Uno de mis sueños es entrar a la Escuela Nacional de Arte y gracias a la compañía estoy más preparada para poder ingresar en esa academia y seguir el camino de ser una gran actriz”.

De 12 primaveras, Mariam Llufrío Pérez, lleva tres en Vida. “Es una de las compañías más abarcadoras en las que he estado, porque te da teatro, música y danza. La primera obra que interpreté fue Navidad en el campo, cuya segunda presentación fue en el Sauto. Ha habido otras muchas obras como Superhéroe, Alexia, Emociones. La que más me ha gustado ha sido Mercedes porque aborda la cultura afrocubana, y dentro del arte me atrapa el teatro. Me siento mejor que cantando y bailando, expresándome tras diálogos, monólogos o cualquier personaje. Dicen que el actor es el ser humano que más vidas vive y justamente eso es lo que más me cautiva del teatro”.

Pero no solo han sido las pupilas las que han mostrado un crecimiento durante su tránsito por la compañía, Adys considera que también le ha aportado a todos los profesionales que se vinculan a esta gran familia. 

“Lo que más quisiera para Vida es tener un espacio fijo, y en cuanto a esto ya se han dado pasos de avance, refiere Ángel. “No es lo mismo articular en una calle, en un barrio a trabajar en un espacio con condiciones mínimas. Y es que nada más se tenga una sede pues se pueden invitar a niños de toda la comunidad y de otros grupos de teatro no solo en Cuba. Este año tuvimos talleres con Liz Castro, diseñadora mexicana, también con dos diseñadoras españolas que desean hacer un trabajo ecológico con los muchachos. 

«Vida es un sueño en constante construcción, nacido de dos corazones inspirados. Para Ángel y para mí la compañía de teatro musical infantil es como un hijo, y como padres velamos por su  crecimiento sano y enriquecedor,  por su constante desarrollo y trabajamos incansablemente para proveer lo necesario en el tránsito por el mundo, creo que no hay metáfora que pudiera ajustarse mejor a nuestro sentido de pertenencia”, asegura la cofundadora de la compañía. “Y es que en Vida se crean lazos que con muy buena suerte serán para siempre y el arte es el hilo que enhebra los vínculos que nos llenan de satisfacción. El trabajo con niños, adolescentes, jóvenes y con sus familias solo demuestra que no hay límites generacionales para el cumplimiento de nuestras metas”. 

Y ciertamente para los creadores de la compañía, y quienes con el decurso de los años se han sumado al empeño, el límite es el cielo. Por ello no paran de reinventarse estrategias para volver más atractiva la propuesta a infantes, crear talleres para educar en artes y valores, y repensar maneras de hacer de Vida ese espacio perfecto para crecer y soñar, no desde la utopía, sino desde lo posible.   


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