Definirse feminista, es definirse ser humano

Novela exponente del feminismo: El albergue de las mujeres tristes

Lectura cumbre del feminismo, no tal cual lo conocemos hoy en día, salvaje y revolucionario, porque si bien se mantiene lo revolucionario, es siempre con un enfoque sanador. Las mujeres exhiben sus cicatrices y se curan las heridas entre sí mientras luchan por su lugar en el mundo pero, ¿es la guerra por la paz menos guerra? ¿menos paz? No hay lugar para las miradas por encima del hombro, todas están en el mismo campo de batalla. Cada página se siente como un abrazo, un abrazo entre hermanas, de la autora a todas las chicas del mundo, un abrazo entre las letras y los ojos que las leen, un abrazo en el que todas las mujeres convergen en una. 

“El amor se ha vuelto un objeto esquivo”, así comienza su relato la protagonista de esta novela de 323 páginas. Escrita por la autora chilena Marcela Serrano y publicada en 1997, «El albergue de las mujeres tristes» cuenta varias historias femeninas utilizando como hilo conductor a Floreana Fabres, una historiadora que llega a pasar una temporada en un «albergue» sólo para mujeres, en la isla Chiloé en el sur de Chile.

Elena abre la puerta de su casa y da la bienvenida a Floreana. Constanza, Toña, Magdalena, Angelita y las demás la esperan para cruzar sus caminos dentro de los límites de la isla. Rodeada del mar una mansión acoge a las mujeres presas de la tristeza. Y es que una mujer puede estar triste aparentemente por muchas razones, pero en el fondo sólo hay una causa verdadera que puede afligirla al grado de llegar a Chiloé: porque ha tomado conciencia de que su condición de mujer la condena a ignorarse a sí misma como persona, porque su femineidad la obliga siempre a vivir para los otros y sólo de esta manera se le permite definirse como ser humano.

Novela exponente del feminismo: El albergue de las mujeres tristes

La novela está muy bien escrita, con una prosa convencional, centrada en gran medida en los recuerdos y en los diálogos entre los distintos personajes. Se plantean temas como la ineptitud masculina para las relaciones afectivas, el sentido de la vida y la autoestima. Los personajes están muy bien perfilados, por dentro y por fuera. Se trata de mujeres muy alejadas del modelo mayoritario, preocupada básicamente por el sustento diario de su familia. Si existe la llamada «literatura femenina», ésta lo es. 

Un libro bastante desgarrador, con un ambiente gris en todas sus paginas. Claramente no es un libro perfecto, el excesivo uso de conceptos y pensamientos de la propia autora pueden entorpecer la lectura y resultar un poco cansinos, sin embargo también hay pasajes interesantes y emocionantes, que lo convierten en una bonita e inteligente obra femenina. 

Marcela Serrano hace un llamado a las mujeres del mundo, y entre todos los idiomas universalmente conocidos decide hablar con la verdad, lengua exótica y casi muerta hoy en día. Dice a todos sus lectores lo que necesitaban oir, lo que nadie les había contado, sin furia, sin ira, ni malas maneras, demuestra que la lucha y la tregua nunca han sido contrarios y que es mejor saber el por qué al cómo de la lucha. Que todas tenemos guerras internas pero que en esta batalla constante por nuestra igualdad estamos todas unidas.

Finalmente la lectura se torna una constante búsqueda de la protagonista por encontrar su lugar en el mundo, ¿dónde está la Patria? La Patria está donde no hace frío, o donde crece una flor, donde todas tengamos un pedacito de sol, y la tierra nos quiera y nos abrace por igual. La Patria es mujer, como la mar, ¿también estarán tristes? ¿sabrán que tantas la buscamos? Mi Patria son estos libros y estos ojos. Mi país, son estos huesos blancos y esta carne magullada. Mi lugar soy yo, y en mí habitan todas las mujeres del mundo, a ustedes me debo, porque nosotras somos Patria. 

El albergue de las mujeres tristes es una radiografía del amor y el desamor, una novela a través de la cual Marcela Serrano habla por las mujeres y los hombres de hoy, en una búsqueda de relaciones más genuinas y felices”.

FRASES DEL VOLUMEN

“—Es que las mujeres, Floreana —dice Elena mientras caminan hacia el pueblo—, ya no quieren ser madres de sus hombres… y tampoco quieren ser sus hijas.

—¿Y qué quieren ser?

—Pares. Aspiran a construir relaciones de igualdad que sean compatibles con el afecto”.

“Por favor, que no me postergue esta cita, que no me llame esta noche para aplazarla, ya no es un problema de sentimientos sino de producción, no resisto la idea de arreglarme de nuevo, de elegir hasta los calzones, de volver a fijar un sitio, de volver a llegar antes que él, de enredarme una vez más en estos nervios anticipatorios”.

“– Pero, Elena -exclama Floreana, admirada-, ¡tienes mujeres muy destacadas aquí!

– No es raro -responde Elena-, suelen ser las que están más tristes”.

“Los hombres se sienten amenazados por nuestra independencia, y esto da lugar al rechazo, a la impotencia… y así empieza un círculo vicioso bastante dramático”.

“No se volverá a preguntar dónde está la patria: ya sabe que la patria es aquel lugar donde no se siente el frío”.

SOBRE LA AUTORA

Escritora Marcela Serrano
Escritora Marcela Serrano

Marcela Serrano es una escritora nacida en 1951 en Santiago de Chile. Hija de la novelista Elisa Pérez Walker y del ensayista Horacio Serrano.

A finales de la década de los años 60 estudió lengua francesa en París, donde permaneció un año. Regresó a Chile y volvió a salir del país tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973. En 1977 volvió a Santiago, se unió a grupos artísticos y montó una exposición de artes plásticas a comienzos de los ochenta. En 1983 se licenció en grabado por la Universidad Católica de Chile; siguió trabajando en diversos ámbitos de las artes visuales y fue directora de la Escuela de Diseño de Santiago.

Comenzó a escribir en 1985, a raíz de una crisis personal. La obra de Marcela tiene como eje temático y preocupación central la condición femenina, reflejando tanto su naturaleza como su insatisfacción y las dificultades con que topa para llegar a su realización en un mundo patriarcal.

En 1991, con 38 años, publicó su primera novela, Nosotras que nos queremos tanto. Entre sus últimos títulos destacan Hasta siempre, mujercitas (2004) y La llorona (2008). (Por: María Karla Pérez Romo y Odalis Sosa Dencause)

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