Cinco décadas se cumplen este domingo del nacimiento de los órganos locales del Poder Popular en la provincia de Matanzas. Hoy, fieles a sus orígenes, esta práctica demuestra el principio de que el poder del pueblo sí es poder
Cuando llueve, Mario Herrera Hernández se balancea en su sillón en la sala y observa por dónde anda el agua en el contén. Ya le tiene cogida la medida: sabe que, cuando se pasa de un límite, sus vecinos de las zonas bajas pueden sufrir inundaciones. Entonces hay que correr a socorrerlos.
Así ha sido durante sus 50 años como delegado en la circunscripción 25, del consejo popular Colón Sur: «Desde 1974 hemos mantenido un sistema de trabajo de vinculación con el pueblo y preocupación por los vecinos. Le he dedicado la vida al Poder Popular (PP), y aún con ingratitudes, siempre florecen las satisfacciones», cuenta a Juventud Rebelde este hombre, que cumplirá el próximo 22 de julio 78 años y ostenta el Título Honorífico de Hijo Ilustre de la Ciudad de Colón.
Según su experiencia, sin ese sistema de Gobierno el país no hubiera alcanzado muchos de sus logros, nacidos de la participación popular. El delegado es una fortaleza y un eslabón fundamental en el desarrollo de todos los sectores, asegura Herrera.
«El sistema de Gobierno ha ido en un constante proceso de perfeccionamiento; nunca se estancó: al principio recibíamos un macuto de documentos y después los informes de las asambleas fueron más concisos, lo cual da la oportunidad de discutir e intervenir», recuerda.
«Ser delegado es un curso inolvidable para la vida, aunque nadie es perfecto. Mi anhelo es reparar las calles para elevar la calidad de vida de los electores. Ya el fondo habitacional ha mejorado, quedan pocas casas con situación desfavorable, y se han reparado el círculo infantil, el consultorio y otras instalaciones… Quiero seguir en la batalla, solo pido salud para continuar como un servidor del pueblo», enfatiza.
Verdaderamente popular
Ligio Barrera Kahli tenía 27 años cuando fue electo delegado, hasta que en 1982 partió a cumplir misión a Nicaragua. «Escuchábamos que era un cambio de la forma de democracia y nos involucramos en las actividades preparatorias con vistas a la nominación de candidatos. Eso fue entre mayo y junio de 1974. Después se abrieron los colegios electorales el 30 de junio», explica.
Este jubilado del sector educacional detalla que este proceso es democrático desde su nacimiento, porque la nominación la hace el pueblo, sin influencia externa. «Mi circunscripción de entonces era pequeña, la No. 1 del seccional Matanzas Oeste, y había seis candidatos, todos con trayectoria para aportar. Fuimos a segunda vuelta y obtuve la mayor cantidad de votos.
«No sabíamos mucho de qué se trataba ni cómo lo íbamos a hacer. En un seminario de 13 días aprendimos cuáles eran las funciones del delegado, y en las conclusiones, Raúl nos precisó las tareas fundamentales», rememora Barrera Kahli, quien asegura que «se hizo lo mejor que podíamos… La experiencia fue buena, y lo más importante de este proceso es su carácter verdaderamente popular».
Tiempos de retos
Con solo 24 años, Roxana Valdés Isasi es diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular y delegada de la circunscripción 29 del municipio de Unión de Reyes. Para ella, asumir esa responsabilidad en estos tiempos tan difíciles es todo un reto, principalmente por la escasez de recursos que atraviesa el país: «Para una dar una respuesta oportuna a las personas tienes que tramitar su problema, y a veces eso resulta complejo… pero siempre hay que atenderlas».
Ella empezó en el cargo justo con la llegada de la pandemia de la COVID-19, cuando la anterior delegada viajó a cumplir misión internacionalista. «Era muy jovencita y en la casa me preguntaba qué podía hacer para ayudar a las personas. Una vez había casi un barrio completo sin agua; yo había tramitado el planteamiento y nada… Luego, junto a los electores, fuimos a la oficina de Hidrología y lo solucionamos. Por eso digo que en la unión está la fuerza».
Valdés Isasi reconoce que ha sido difícil atraer a los electores noveles: «Tenemos que seguir buscando fórmulas para que se sumen y participen, porque los jóvenes somos la continuidad de la Revolución y debemos multiplicar experiencias como las del Poder Popular», refiere la también periodista de la emisora Radio Unión.
Con alternativas municipales
Para Lester Baró Escalona, de oficio ingeniero radioelectrónico en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y hoy presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Limonar, el principal derrotero en este encargo es tratar de solucionar la mayor cantidad de planteamientos de la población y sumar jóvenes a la tarea: «Que no vean el trabajo del delegado como algo superficial».
Él, delegado de la circunscripción 4 y diputado al Parlamento con solo 30 años, valora como lo más impactante de su labor el arreglo parcial de los viales internos del barrio, que siempre había sido un reclamo, y tuvo solución con alternativas propias.
«Estoy insatisfecho por no solucionar más problemas. A veces algunos se demoran sin necesidad… Por ejemplo, solo hemos podido gestionar dos subsidios dentro de la circunscripción», se mortifica.
«El hecho de ayudar a los demás no tiene comparación. Es muy satisfactorio ver realizados los sueños de otros, y a gente que necesita tu ayuda poder brindársela. Me abordan bastante en la calle, y así lo prefiero, aunque existe un protocolo del día de despacho.
«En este mandato hemos solucionado muchos planteamientos y estamos por encima de la media provincial, pero eso no quiere decir que esté conforme: hay que trabajar más con alternativas del municipio porque los recursos del país son limitados», asegura Baró Escalona.
Ganarse el liderazgo
Alisbeth Isaac Drig vive en el reparto José Luis Dubrocq. Es delegada de la circunscripción No. 1 desde 2021 y presidenta del consejo popular Versalles hace cuatro meses. Además, está en segundo año de la carrera de Gestión Sociocultural para el Desarrollo, en la Universidad de Matanzas.«He enfrentado muchos sucesos, como el incendio de la base de supertanqueros, enclavada en la zona industrial que atiendo, pero sigo a mis electores con entusiasmo y creatividad. En el barrio de Dubrocq se realizaron transformaciones y se solucionaron más de 25 planteamientos envejecidos», refiere la también diputada.
Por su parte, Yaikel Puentes Malagón, de 24 años de edad y delegado de la circunscripción No. 1 del consejo popular Perico, asegura que su principal desafío es ganarse el liderazgo en la comunidad para contar con el acompañamiento y respeto de la población que representa.
«Es fundamental unir a los electores para explotar los recursos endógenos de la comunidad y dar solución a los problemas, de conjunto con las entidades administrativas, para transformar el barrio», afirma quien además se desempeña como director de Trabajo y Seguridad Social en ese municipio.
«Mi mayor satisfacción en casi cuatro años como delegado ha sido la respuesta favorable de mis electores ante cada tarea que hemos convocado en el barrio, con el apoyo de los organismos, y la respuesta oportuna ante muchos de los planteamientos», señala.