Este año fue noticia que el Fútbol Club San Pauli ascendiera a la primera división de la Bundesliga tras 13 temporadas en segunda. No obstante, el foco de atención de los medios no se colocó solo en el aspecto deportivo y optó por señalar la ideología que profesaba la dirección del equipo, jugadores y fans.
Resulta que el modesto club, fundado el 15 de mayo de 1910 en Hamburgo por dos trabajadores del puerto, es una de las pocas entidades deportivas que se declaran abiertamente como antirracistas, antifascistas, antihomofóbicos, feministas y solidarios.
El club posee más de 20 millones de seguidores en todo el mundo y 600 peñas. Sus aficionados son más bien militantes, ya que son el eje de una institución que pone la defensa de sus valores por delante de lo propiamente deportivo.
Fue el primer equipo de fútbol comandado por un presidente abiertamente homosexual; y en 2002 retiró del estadio una publicidad de la revista Maxim, porque consideraban que hacía un uso sexista de los cuerpos de las mujeres.
En medio del ambiente político actual en Europa, en Alemania, destaca aún más que la comunidad del San Pauli haya recaudado fondos para brindar ayuda a los refugiados africanos que llegaban a las costas de Italia; incluso, fundaron el FC Lampedusa, un club para acoger a emigrantes y darles una oportunidad de integrarse a la sociedad.
El 30 de julio de 2016, aprovechando el marco de un partido amistoso entre FC San Pauli y Sevilla, los piratas hicieron oficial el acuerdo de fusionar el FC Lampedusa con ellos mismos, convirtiéndose en una sección oficial del conjunto.
Las leyendas del equipo son conocidas tanto por su activismo como por su juego en el terreno. Entre los mitos se encuentra el portero Volker Ippig, que vivía de ocupa en un barrio y que incluso dejó de jugar un tiempo para irse a trabajar con una brigada sandinista en Nicaragua.
En un partido normal del San Pauli, se pueden ver en las gradas banderas piratas, mensajes antifascistas, camisetas del Che, y los goles se celebran con canciones de punk. Esta música particularmente ha sido fundamental en la labor ideológica del club asociada al líder de la banda KMFDM, Sasha Konietzko, quien además es uno de sus hinchas acérrimos.
Pese a la inconsistencia en los resultados deportivos, las camisetas del equipo del puerto de Hamburgo son de las más populares del mundo, y su escudo forma parte de los íconos representativos de las luchas sociales y de la resistencia a la nueva oleada fascista europea.
Los protagonistas del ascenso a la primera división alemana fueron los delanteros Marcel Hartel y Johannes Eggestein, con 17 y 9 goles en la campaña respectivamente. También destacaron Elias Saad, el inglés Afolayan y el defensa estonio Karol Mets.
De momento, la próxima Bundesliga contará con el clásico color marrón de las camisetas del San Pauli, típico de los uniformes de los trabajadores portuarios. Le deseamos la mejor de las suertes a un club que no necesita resultados para ganarse el corazón de su afición.
