Despedidas y doctores

De despedidas y doctores. Fotos: Julio César García
Los jóvenes recién graduados se reúnen en la escalinata del antiguo Palacio de Justicia de Matanzas, para tomarse la foto grupal con sus títulos de Doctores en Medicina, el 31 de enero del 2024. Esta es la última graduación de médicos en la provincia. Fotos: Julio César García

Para mí ha sido una decisión muy difícil, demasiado; pero te digo algo, no me arrepiento. Tampoco es que me sienta bien, a ver si me explico. Pienso mucho, todo el tiempo, en lo que hice. Justo ayer tenía el pase de año en la especialidad de Ortopedia, y no me presenté. No es que haya suspendido el examen y ya, como en el pre, que puedo ir a extra; sucede que con esa ausencia tiré por la borda seis años de estudio, de una carrera que me encanta.

Porque fíjate, si bien en 12 grado yo no sabía muy bien lo que quería estudiar, ya con la boleta en la mano no dudé en colocar Medicina, de primera opción. Meses atrás creía decantarme por la Ingeniería Civil, para seguir el ejemplo de mi madre, pero ella misma me sentó el día antes y me preguntó, muy directa: “Si por casualidad te llegara Ingeniería, ¿renunciarás a Medicina?”. Entonces, todo estuvo más claro para mí.

Ernesto Fajardo sentado a la orilla del río San Juan, mientras hacía un turno de trabajo en el bar Mily Mar, el 19 de diciembre del 2023.

Durante la universidad sentí más pasión por la carrera, los profesores te la contagiaban. En mi caso, siempre tuve predilección por Ortopedia, desde que en primer año un socio que ya pasaba la especialidad y jugaba cancha conmigo todos los fines de semana, me invitó a una de sus guardias para que me familiarizara con el ambiente. Enseguida me enganché.

A finales de la carrera obtuve la especialidad sin dificultad, sobre todo porque me gradué en el 2022, o sea, formo parte de un curso afectado por la pandemia y que además sufrió el auge de las salidas por Nicaragua y todo este rollo de la migración. Como se dañó tanto el sector de la Salud, entraron a Matanzas especialidades que hacía tiempo no se veían, y prácticamente en mi año le llegaron a todo aquel que las solicitó. 

¡Pero qué va! No aguanté el primer año, el dinero no me alcanzaba para nada. Apenas cobraba le daba un porciento a mi mamá para los gastos de la casa, y con el resto hacía una salidita y se acabó. En resumen: me pasaba una semana con dinero y tres sin un centavo en la cartera. 

Si lo piensas bien es hasta contradictorio, pues no es que me sorprendiera la realidad en este punto. Desde mucho antes sabía que los médicos nunca han ganado bien. Sin embargo, en la práctica no había chocado con esa pared. Y por supuesto, no es lo mismo escucharlo que vivirlo. La dimensión cambia por completo, aún más cuando tuve la oportunidad de que mi madre me mantuviera durante toda la etapa universitaria. Solo me exigía estudiar.

Luego, al graduarme y comprobar mes tras mes que ni siquiera trabajando podría lograr mis metas económicas más elementales, pues lo dejé por cuestiones muy lógicas: como que no puedo depender de mi madre toda la vida. Ella, dicho sea de paso, tiene 55 años y tres trabajos. Se pasa madrugadas enteras frente a la computadora, para sacarnos adelante. No era justo con ella si continuaba en la profesión a costa de su desgaste.

Junto a su hija acompañante, una paciente de más de 80 años espera por una operación después de dos meses y quince días de ingreso en la sala de Ortopedia del hospital Faustino Pérez, el 7 de febrero del 2024.

Tampoco era justo conmigo, en honor a la verdad, ni siquiera ahora que subieron el salario, que no termina de ajustarse con la carga que tienen los médicos y especialistas en los hospitales. Imagina que de mi año empezamos 10 en Ortopedia, y ya quedan cuatro. De hecho, al inicio sumábamos 20 los residentes de los cuatro años, y hoy en total quedan ocho.

Habitualmente a nosotros nos ponen a rotar por otros municipios, pero al ser tan pocos nos concentraron en el Hospital Provincial Faustino Pérez.

Gran parte de las veces asumíamos la guardia solo dos residentes, acompañados, cuanto más, con un especialista, cuando antes había tres especialistas por guardia. A diario llegaban remisiones de todos los rincones del territorio, pues solo aquí se operan a los politraumatizados. Muchas veces teníamos las dos salas llenas, con los pacientes de la provincia en nuestros hombros.

Las guardias de Ortopedia casi nunca dan margen al descanso, debido sobre todo a que las remisiones de los municipios llegan en la madrugada. Durante el día, las ambulancias de estas localidades priorizan las emergencias con embarazadas, niños, pacientes con otras patologías de gravedad y, después, trasladan las lesiones ortopédicas, que por lo general no deben operarse de inmediato. Las fracturas de cadera, una de las más frecuentes, suelen llegar de madrugada, y a esa hora debes recibir y atender los casos.

A partir de aquí se desatan otros conflictos, todos relacionados con la carencia de medicamentos que provocó, en varias ocasiones, la dilatación de la etapa posoperatoria de varios pacientes, al no poder suministrarles el antibiótico óptimo.

Al principio, los familiares la “cogían” con uno, como si el médico tuviera la culpa de la escasez. Una vez un acompañante casi se faja conmigo porque no comprendía que en el hospital no hubiese gasa. Realmente fue algo que me golpeó mucho en la práctica, no estaba preparado para decirles a las personas que salieran a la calle a comprar los insumos, porque, si bien muchos tienen posibilidades, otros tantos no.

No obstante, aclaro que el trabajo me encantaba, a pesar del estrés y la sobrecarga, lo disfrutaba muchísimo. El problema estaba en que al llegar a mi casa me veía sin un peso en el bolsillo, y no podía seguir así. Ni siquiera ahora, insisto, con el aumento de salario, en tiempos en que un file de huevo cuesta 3 200 pesos. Es muy fuerte…

A pesar de todo, estuve casi un año pensándolo. En enero comencé a valorarlo y me vine a decidir en diciembre. Ahora trabajo como dependiente en un bar de Narváez, donde gano mucho más y puedo compartir gastos con mi mamá…

En la cama de su cuarto, Ernesto Fajardo muestra las batas de médico que solía usar, el 20 de diciembre del 2023.

Mi mamá, por cierto, se puso mal al principio. Lloraba mucho. No concebía que su hijo médico terminara sirviendo en un bar. Incluso, se molestó conmigo, pero ya no había remedio, la decisión estaba tomada. Frente a ella no daba mi brazo a torcer, no le decía lo difícil que había sido ese paso para mí, lo difícil que todavía es.

Sí, porque a mí me avergüenza decir que dejé la especialidad para irme de mesero, me da pena. Algunos intentan consolarme, haciéndome ver que “ahora estoy mejor, gano más dinero”, pero a mí no me hace gracia. De hecho, cuando me tropiezo con un conocido o alguien que hace tiempo no veo y me preguntan “qué estoy haciendo”, les invento cualquier cosa, que ando de rotación por algún hospital, y les menciono el primero que me venga a la cabeza en ese momento. Nunca les digo que lo dejé, porque todavía me da pena decir que dejé la carrera.

Mi mamá ya no me toca el tema, pero sé que no se resigna. Ahora, en vez de intentar convencerme, intercepta a mis amistades por la calle y les dice que hablen conmigo. Como a Lili, de mi generación, que como todavía se mantiene activa, la tiene seca para que me convenza de cambiar de opinión.

Claro que, en un futuro, sueño con ejercer de nuevo la Medicina, colgar el delantal y ponerme la bata; pero por ahora eso no va a suceder. Ni aunque me lo implore mi madre. Ya no hay vuelta atrás.

Ernesto Fajardo Rodríguez, graduado de Medicina en el 2022

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Desde hace varios años, la crisis económica y migratoria que atraviesa el país hace estragos en el sector de la Salud, que se ve lastrado, desmembrado no solo por la salida de sus profesionales al exterior, sino también hacia nuevas formas de gestión no estatal que les ofrezcan mejores garantías salariales.

De hecho, el más reciente Anuario Estadístico de Salud registraba en el año 2022 un decrecimiento de 46 663 trabajadores del sector, respecto al 2021. Esta disminución centra la atención de las autoridades del país. Sus consecuencias más inmediatas se analizaban en el Parlamento cubano, donde Ailuj Casanova Barreto, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud del Ministerio de Salud Pública -Minsap-, refirió en julio del 2023 que la inestabilidad en la permanencia de los médicos y enfermeras es un elemento que hoy atenta contra la calidad de la asistencia, a lo cual se suma el elevado número de personas a tratar por consultorio.

“El programa se diseñó para la atención a 120 familias y en muchos casos esta cifra se triplica, por lo cual la reorganización es una de las acciones que se priorizan”, destacó en aquella ocasión.

Ernesto Fajardo representa tan solo uno de los 125 que, de su año, ya han abandonado el sector de la Salud. Ellos forman parte de la graduación de 2022 que se efectuó en la ciudad de Matanzas, y que licenció aproximadamente a 250 muchachos.

“Si seguíamos a ese paso, nos íbamos a quedar sin graduación —se adelanta a explicar Arístides Lázaro García Herrera, rector de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas (UCMM)—. En los primeros dos meses, casi 100 claudicaron; incluyendo más de 40 que nunca se incorporaron”.

En casi dos años, se quedaron inconclusas residencias tan esenciales como Ortopedia, Geriatría, Anestesiología, Medicina Interna e Intensiva, especialidades que justamente se encuentran menguadas en el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Faustino Pérez, según confirma Taymí Martínez Naranjo, su directora, también diputada al Parlamento cubano.

“El hospital no escapa a nuestro contexto socioeconómico. De una plantilla aprobada de 2 565 trabajadores, hoy tenemos 2 015; si bien, aclaro, no se ha dejado de prestar ningún servicio”, certificó en entrevista realizada en enero de 2024.

Entrada al Cuerpo de Guardia del hospital Faustino Pérez, de Matanzas, el 28 de septiembre del 2023.

Dentro de estas cifras, ella asegura que el 90 % del trabajo del hospital recae sobre los residentes, por lo que cada uno que se marcha suscita inmediatas reestructuraciones, para que afecte lo menos posible a la población.

Por su parte, Arístides García califica esas bajas como un “punto crítico”, pues a su juicio son los residentes los que definen la calidad de la asistencia médica en una institución, al ser quienes reciben al paciente. “El especialista interviene si la patología demanda una evaluación más pormenorizada, pero son ellos los que más contacto establecen con las personas”.

El rector sostiene que, según las indagaciones que realizan caso a caso, la mayoría de las bajas de los últimos tiempos se han trasladado hacia formas no estatales de la economía, en búsqueda de mayores ingresos. Y aunque en la institución conversa mucho sobre la importancia de ser fieles a la vocación, se le hace difícil retenerlos cuando llegan hasta él y le comentan que se tropezaron con el colega de la secundaria, que no estudió en la universidad, pero que trabaja ahora en una cafetería y se busca en un día el salario mensual de un médico.

“Uno respira profundo e intenta motivarlos desde otras perspectivas, pero te das cuenta de que se hace cada vez más engorroso en un entorno como el actual”, comenta García Herrera y especifica que el fenómeno no es exclusivo de los estudiantes, que a finales de 2022 e inicios del 2023 se le presentó una crisis con el claustro de profesores que le tensó, como nunca antes, la gestión del proceso docente educativo.

“Tan solo en este período se nos fueron cerca de 400 profesionales. Una cifra espantosa. Entre los casos que más nos impactaron, estuvo el de una de nuestras psicólogas, joven doctora en Ciencias, que ahora es la jefa de Recursos Humanos de una mipyme. Un buen día se me paró delante y me dijo: ‘Profe, discúlpeme, pero me voy; se acercan los 15 de mi hija y necesito dinero para hacerle su fiesta’. No imaginas cómo duele escuchar eso”.

No obstante, este año conserva mayores esperanzas, sustentadas en el hecho de que, hasta la fecha, se redujo a 23 el número de graduados que no se presentaron en sus ubicaciones. Además, asegura conocer a no pocos jóvenes comprometidos y deseosos de incorporarse a la asistencia médica; a lo que añade su confianza en que comiencen a dar frutos las nuevas medidas adoptadas por el Minsap para disminuir la fluctuación del personal médico.

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La doctora Lilianne Fernández espera a que algún carro la recoja para regresar a casa, después de una guardia médica en el Centro Penitenciario Mixto de Mujeres, en la zona de la Bellotex, el 29 de septiembre de 2023.

Soy una especie de sobreviviente. Así me siento muchas veces… o más bien me hacen sentir cuando muchos de mi generación me preguntan, incrédulos, “¿Y todavía te mantienes?”. Si sacas la cuenta de los que hicieron la prueba estatal, pero ni siquiera fueron a la graduación; los que se graduaron y nunca se incorporaron; los que empezaron y pidieron licencia sin sueldo; los que se han ido del país o cambiado para otros sectores… pues son muchos, más de lo que imaginamos.

Ayer mismo me crucé con un muchacho que había empezado Cardiología y, cuando averigüé, ya la había dejado meses atrás. Sin embargo, no me he tropezado con el primero que me haya dicho que le fue fácil: a todos les ha dolido mucho, y por eso no la quiero dejar yo.

¿Cómo no me va a afectar lo que ocurre, si desde que inicié el pre quería estudiar Medicina? La primera semana en la universidad lloré mucho, porque tenía seminario de todo y debía estudiar de un modo al que no estaba acostumbrada. Después todo fluyó y me esforcé para ser buena, ilusionada desde temprano con la obtención de la especialidad de Pediatría.

Y mira tú, hoy casi termino el primer año de Medicina General Integral (MGI)… ¿Que si me gusta? Claro que no, pero hasta ahora es la única especialidad que no regulan en el año terminal. O al menos eso dicen, porque en realidad hay bastante incertidumbre con este tema entre los estudiantes. He llegado a escuchar que en determinadas especialidades desde primer año querían regular a los muchachos… Conozco a uno que le gustaba tanto la Medicina Interna que la cogió para al menos estudiar los dos primeros años, consciente de que no se graduaría. Yo no me quise arriesgar, y por eso opté por MGI.

Título de Doctora en Medicina de Lilianne, legalizado por el valor de 5000 pesos a través de Bufetes Colectivos.

Mira que me esforcé, que me quemé las pestañas para tener un buen escalafón… Pero al final puse los pies en la tierra y, ¿para qué coger la especialidad, si sabía que no la terminaría?, pues tengo planes de marcharme del país.

Mientras, empecé la legalización de los documentos y, en lo que llegan…, me mantengo ejerciendo. De todas formas esos trámites andan atrasadísimos… ¿Lo dejo o no lo dejo? Lo pienso todos los días, y aunque a veces considero que es retrasar lo inevitable, no tengo nada claro aún. Es difícil que te guste tanto tu carrera y desde que comiences a ejercerla quieras dejarla; solo que no lo hago porque creo que no soportaré la frustración.

Por ahora, quiero acumular experiencia en el trato asistencial y estar más preparada para cuando llegue ese momento… aunque no sé si llegará, o si realmente existe. Más bien creo que será una decisión condicionada por las circunstancias, pues hay quien no se puede dar el lujo de pensarlas. Fajardo, por ejemplo, no tuvo el privilegio de vacilar, de valorar más opciones…

En su casa «Lili» confecciona carteras artesanales, el 12 de febrero del 2024.

No sé cuánto me quede acá, pero no quiero estar desvinculada. Al menos tengo eso claro. En el tiempo libre me dedico a tejer carteritas, que me complementa la economía. No sé cuánto aguantaré así, pero por ahora no quiero abandonar la medicina hasta el día en que ponga un pie en el avión.

Lilianne Fernández La Nuez, graduada de Medicina en 2022

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El éxodo de jóvenes en Cuba desde hace mucho tiempo nos desgarra, nos fragmenta, nos envejece la Isla. En el año fiscal 2022, casi 260 000 ciudadanos cubanos cruzaron de forma ilegal hacia Estados Unidos, principalmente por la frontera con México, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Solo en julio pasaron a territorio estadounidense 20 000 cubanos, según publicaba el sitio web Cubadebate.

De los 125 graduados del 2022 que al cierre de este reportaje habían abandonado la carrera en Matanzas, casi el 50 % migró ya a otro país.

Entrada a la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, el 20 de diciembre del 2023.

“Sé que hay quien se queda a medias, incluso en la carrera, por el fantasma de la regulación —comienza a explicar Arístides García Herrera—, pero es más el mito que hay sobre este asunto que lo que en realidad implica para los profesionales.

“Estamos hablando de un mecanismo de protección del Sistema de Salud, mediante el cual usted, como profesional, debe notificar que va a viajar de manera temporal o definitiva, con el fin de garantizar su reemplazo para que no se vea afectado el servicio.

“En el caso de las salidas temporales, no suele haber problemas; pero, cuando hablamos de una salida definitiva que comprometa los niveles asistenciales, se convoca a una reunión con el jefe de Servicios, se visualiza quién pudiera ser el reemplazo y, tras su llegada, se libera de inmediato a la persona. Este es un proceso que el Ministerio de Salud Pública está intencionando que no demore más de un año.

“Una cosa importante: no se regulan a los estudiantes ni a los recién graduados de las especialidades hospitalarias hasta el último año de la residencia. Esto aplica para todas las especialidades, excepto MGI, que no se regula”.

De cualquier forma, una parte considerable de los entrevistados refirió que acudieron a la solicitud de licencias o bajas, como el paso previo al abandono de la nación.

“Realmente la mayoría de los que pasan por la oficina a legalizar documentos son jóvenes —explica Karen Subiaurt Silva, abogada del Bufete de la calle Manzano—, en 2022 hice trámites completos de los documentos a 10 médicos, dos estomatólogos y una enfermera. En el 2023, tan solo hasta agosto, ya iba por 17 médicos. O sea, que casi a mitad de año tenía más trámites hechos que todos los que hice en el 22”.

La especialista sostiene que el servicio por el que acude la mayor parte del personal de Salud se centra en la obtención de las certificaciones de notas y planes temáticos, documentos que tienen un costo total de 24 000 pesos y que, una vez obtenidos, pueden presentar en becas de maestría o matricular en programas docentes de universidades extranjeras.

“Con esto de la legalización también han desfilado personas de todas las edades. Imagina si ha habido crecimiento, que hubo un momento que estuve legalizando, a la vez, a tres médicos de Terapia Intensiva del Faustino, incluido al jefe de la sala”.

Médicos y camilleros trasladan a un paciente grave a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Faustino Pérez, el 7 de febrero del 2024.

Sin embargo, la asistencia a las oficinas de Bufetes Colectivos constituye solo el primer paso de un dilatado proceso que media la obtención de los documentos finalmente legalizados. Una vez la persona contrata el servicio de Bufetes, este le hace la solicitud de los documentos a la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, institución que ha llegado a tener un año de atraso en su entrega.

En entrevista, Sergio Jorge Pagés Valdés, director provincial de Bufetes Colectivos, confirmaba que hasta diciembre de 2023 había 775 documentos pendientes, algunos de ellos solicitados desde enero.

“Al final, su atraso nos pone contra la pared, primero porque somos los que tratamos directamente con la ciudadanía, que muchas veces nos achaca la demora sin saber que, en estos casos, actuamos simplemente como intermediarios entre ellos y la institución requerida. A esto súmale que el retraso repercute en nuestra economía porque, como empresa, una parte importante de los ingresos recae en los servicios especializados que prestamos y, dentro de ellos, la obtención y legalización de documentos representa el 60%”, confirma Pagés Valdés. 

En tanto, Aida Benítez, secretaria docente de la UCMM, recuerda cómo de recibir 15 o 20 solicitudes mensuales, tras la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática en octubre de 2022, pasó a tener 300 o 400 solicitudes de Bufetes y Consultoría que recayeron en aquel entonces sobre el lomo de dos trabajadoras, dos computadoras, y una impresora que muchas veces debía reproducir más de 100 hojas para la solicitud de una sola persona.

En estos momentos, no obstante, el rector refiere que han podido avanzar gracias a la estabilidad en el suministro de hojas, tóner y la reparación de algunas PC; si bien la carencia de personal todavía incide en la agilidad de la tramitación.

Justo ahora lograron reducir el término de espera a seis meses, período aún distante de lo plasmado en la ley. “Me erizaba cuando leía un acuerdo del Consejo de Estado en el que se define un plazo de 45 días para la entrega de estos documentos”, confiesa Arístides García, rector de la UCMM, quien asimismo, reconoce la consagración de las tres personas que todavía hoy asumen la responsabilidad de un departamento diseñado para 11 trabajadores, y que no solo se encarga de las expediciones en cuestión, sino también de análisis estadísticos, la elaboración de expedientes y documentos de posgrado; y atienden las solicitudes recibidas de Colaboración Médica.

“Por ejemplo, ayer tuve que mandar a detener el trabajo con Bufetes, porque Colaboración nos solicitó un sinnúmero de certificaciones de profesionales que saldrán dentro de poco de misión para México. Sin duda, a este pedido le di prioridad. ¿Por qué? Porque se trata de los ingresos del país, y no podemos darnos el lujo de retrasarlos”.

A pesar de los escollos, el directivo asegura que a diario se discuten estrategias para acelerar los términos de entrega, y próximamente adoptará nuevas alternativas, como la incorporación de estudiantes del sistema de información en Salud al Departamento de Secretaría, durante los 15 días que dura la educación en el trabajo.

“Algo ya hemos avanzado. Hace poco la abogada de Bufetes recogió cerca de 68 casos ya terminados, pero nos dejó 51. ¿Ves? Lo que pasa es que no se nota casi el progreso, porque es una realidad, nos siguen entrando muchas solicitudes a la universidad”, concluye García Herrera.

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La doctora Cynthia Fernández escribe en la hoja de indicaciones de un paciente en la sala de preingresos del hospital Faustino Pérez, el 7 de febrero del 2024.

Desde que tengo memoria, quiero ser médico. Siempre fue mi sueño, estudiar Medicina.

Mi abuela paterna salió muy enfermiza, y en uno de sus tantos ingresos en hospitales la atendió una doctora que la marcó en lo adelante. Ella decía que me asemejaba bastante con la muchacha en el físico, en el carácter. No me dio más detalles, tampoco recuerdo más, pues mi abuela murió hace mucho tiempo, pero era la persona que más adoraba en la vida. Su insistencia en que optara por esta profesión representó un impulso fuerte para mí.

A partir del tercer año de la carrera, comenzamos a rotar por las diferentes especialidades, y desde que pasé por Medicina Interna me enamoré. Es muy demandante de tiempo y estudio; como la madre de la medicina, resulta muy abarcadora.

Honestamente, no me veo haciendo nada más. Mis planes hasta ahora consisten en terminar mi especialidad, a pesar de los inconvenientes que trae hacerse especialista en Cuba, con eso de la regulación. Por el momento, asumo esta etapa como una extensión de la vida universitaria, gracias a que tengo la suerte de que me ayuden mucho mis padres.

No obstante, sé que de pasión no se vive, y hay veces en que lo que cobro no me alcanza siquiera para lo básico. Entonces, una escucha los cuentos de colegas o parientes que viven en otros países donde tu profesión sí te permite vivir de manera holgada.

La doctora Cynthia atiende a paciente con accidente cerebrovascular en la sala de preingresos, durante su guardia, el 19 de diciembre del 2023. Suele demorar entre siete días y más la realización de una tomografía por déficit de ambulancias, ya que deben ser trasladados al Hospital Materno.

Y no se trata para nada de exaltación vana a lo foráneo, porque soy la primera que admira el sistema de Salud cubano y su concepto de garantizar el acceso gratuito, a pesar de todos los problemas económicos.

Lo que es muy duro verte sin casi nada para trabajar. En la actualidad, en el hospital contamos con tres antibióticos, y esos son los que tenemos que utilizar para todos los pacientes, a conciencia de que los puedes suministrar sin tener resultados porque no le da al germen en cuestión. Eso nos decepciona, desilusiona, entristece.

Me cuestiono hasta qué punto me llena lo que estoy haciendo, cuánto tiempo me garantizará sentirme bien. Tengo miedo. Y me tambaleo al proyectarme 10 años adelante, y verme todavía alquilada en la ciudad —soy de Colón—, dependiendo de mis padres.

Ellos hasta ahora no tienen problema con eso; aunque a veces pienso que mi familia se quedó viviendo épocas pasadas, sobre todo mi papá, que todo el tiempo me dice: “Tienes que resistir como lo hicimos nosotros”, y yo sencillamente me pregunto: ¿por qué?

Todo ha cambiado demasiado rápido. Pertenecemos a distintas generaciones y no vemos las cosas igual; quizá porque ahora con Internet manejamos más información que en su tiempo, o hay mayor diversidad de ofertas laborales, o sencillamente porque nosotros no vivimos los tiempos de holgura que solo nos llegan a través de sus cuentos; en fin, enfrentamos las cosas de un modo diferente.

Cuando hablo de buscar mayor remuneración, no creo que sea interesada, solo ansío mi independencia, que es tener libertad. Y no creo que eso sea malo para nadie. Con ellos se me hace muy difícil hablar de estos temas, de planes futuros, de salir a otro país; sin embargo, aunque les cueste entenderlo, sé que me apoyarán ante cualquier decisión. 

Cinthya Fernández Martín, graduada de Medicina en 2022 y residente de Medicina Interna

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La tarde de enero en que nos recibió Taymí Martínez Naranjo, directora del Hospital Provincial Faustino Pérez, no dudó en reconocer que la carencia de insumos médicos y medios diagnósticos influía directamente en la desmotivación del recién graduado, y era algo con lo que chocaban a diario en la institución hospitalaria.

“Es una realidad el déficit que presentamos con el material gastable, que provoca la disminución radical de las cirugías electivas y, por ende, se ve afectada la formación de un recién graduado de Cirugía, por mencionar un ejemplo. Además, hace dos años que no tenemos tomógrafo y el 70 % del cuadro básico de medicamentos se encuentra en baja cobertura o en falta”.

Para ella, ante tales circunstancias, debe apelarse a la vocación del estudiante más allá de los ingresos personales, cualesquiera que sean; pues, quien no la posea, jamás permanecerá por mucho tiempo en un hospital, cuyo ambiente califica de hostil. “De hecho, entre los consejos que Esculapio le deja a su hijo, hay uno donde le aclara que ‘todos tus sentidos serán maltratados’, y es exactamente lo que sucede cuando entras a un hospital y tienes que enfrentarte el dolor, las enfermedades, olores desagradables, la muerte: un montón de sensaciones para las que nadie está preparado con anterioridad.

Traslado de un paciente luego de recibir las indicaciones en la sala de preingresos del hospital Faustino Pérez, el 7 de febrero del 2024.

—Teniendo en cuenta la “hostilidad” del contexto, ¿cuán efectivas considera la aparición de las nuevas medidas adoptadas por el Ministerio de Salud para retener al personal en el sector? —aprovecho para averiguar.

—Creo que el impacto se sentirá a corto plazo, pues no solo el incremento de los ingresos es significativo, sino que las medidas abarcaron una gran parte de los reclamos históricos del sector, como el incremento de las tarifas de las guardias, el pago por antigüedad y por sobreesfuerzo, donde se podrá pagar hasta un salario por encima, por solo citar algunos.

“Ahora bien, esto no implica que se generalizará un aumento indiscriminado a los trabajadores. Seremos rigurosos en la exigencia de esos indicadores que demuestren un sobreesfuerzo real desde el punto de vista docente, asistencial e investigativo. Si lo estandarizo, no estaría siendo coherente con la política socialista de equidad y de ‘a cada cual según su capacidad’.

“Ya tengo profesores jubilados que se quieren recontratar; sin duda sería una ganancia para los servicios. Una gran parte de nuestros profesionales se marchaban por la no correspondencia entre sus ingresos y el trabajo desempeñado, por lo que confío en que esta medida representará un incentivo para ellos”.

—Y específicamente para los jóvenes, ¿significará un incentivo, si se tiene en cuenta que en el sector privado siguen ganando en semanas mucho más de lo que reciben, aplicando esta nueva tarifa, en un mes de guardias y sobreesfuerzo?

—Sí, es una competencia tremenda… y claro que no basta con esta medida específica. Debe implementarse un plan integral que vaya a las necesidades intrínsecas de los muchachos, que sobre todo les hagan viable su proyecto de vida dentro de Cuba.

“En mi experiencia, sí te puedo decir que a los jóvenes, más que el monto de su salario, les decepcionan las carencias de insumos y materiales dentro del hospital, porque choca, deforma la visión de lo que pensaban sería su vida laboral. El médico antes y ahora necesita sentirse realizado; como te decía, esta es una profesión de mucha vocación y…”.

La doctora interrumpe ante una llamada insistente a su celular. Del otro lado del auricular le saluda el subdirector de Electromedicina a nivel nacional, a quien ella, con insistencia, le había marcado minutos antes. La mayor parte de la conversación solo habla Taymí, haciendo ver la necesidad, más bien la urgencia, de volver a echar a andar el arco en C (equipo de radiografía), inhabilitado por la ausencia de algunas piezas. Le explica que tiene pacientes que no pueden demorar más días para operar…, luego calla, escucha lo que le dicen del otro lado hasta que de nuevo interviene, y alega que durante un tiempo resolvió con el equipo del Hospital Militar, pero que ya no puede recurrir a esa vía. Y repite, ahora con más detalles, que en el hospital aguardan ancianos por el funcionamiento del equipo, y todos sabemos los riesgos que trae estar 15 o 20 días encamados para ellos. Sugiere que le presten un equipo, mientras llega la solución definitiva… guarda silencio, se despide, agradece. Luego, apaga el teléfono y se disculpa por la interrupción.

Dice, sin ánimos de politizar la cosa, que la maldita circunstancia del bloqueo sale por todas partes; y que en este caso se dilatan los trámites por la búsqueda de vías alternativas para que el proveedor reciba el dinero sin que sea penalizado por el Gobierno norteamericano. No obstante, ella no puede quedarse de brazos cruzados, tiene pacientes que demandan inmediatez. Al menos, señala, tras la conversación hay una esperanza.

“Una siente frustración ante estas situaciones, no te lo niego; pero a la vez creo que nos toca enfocarnos en las soluciones, a cualquier nivel. Por eso, estas carencias no me han impedido avanzar en otros frentes dentro de la institución, y en tres años ya hemos ejecutado 17 obras de mantenimiento constructivo general, como el Cuerpo de Guardia, donde intentamos garantizarle a nuestro personal un local con las mejores condiciones posibles.

“De todas formas, reconozco que es duro, muy duro, y para nada cuestiono a quien se marcha para entornos más apacibles, aunque disten de lo que estudiaron. En última instancia, creo que es una cuestión muy individual, en correspondencia con cada proyecto de vida”.

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La doctora María Paula justo el último día que usó su bata, antes de solicitar la licencia el 29 de septiembre del 2023.

Mis padres sí que no me entienden. De hecho, todavía me insisten, sobre todo mi papá, que no concibe que haya dejado la carrera, por más que le he explicado. Intento sobrellevarlo lo mejor que puedo, pero él no comprende y le agrega una carga a todo mi malestar. Porque claro que soy consciente de que deseché seis años de mi vida con mi decisión.

Durante la universidad, ellos me repetían todo el tiempo que solo me preocupara por estudiar. Y fue justo lo que hice, creyendo que al graduarme todo fluiría hacia una nueva etapa en la que alcanzaría nuevas metas profesionales y personales; solo que ahora llegué a un punto en el que, aun cuando tengo una pareja estable hace mucho tiempo, no puedo pensar en tener hijos, si ni siquiera somos capaces de mantenernos.

Por eso tuve que dejarlo todo, y me fui a una cafetería en Narváez, donde hago mi salario de médico de un mes en par de días de trabajo. Allí llevo poco tiempo, y aunque una siempre está oyendo hablar de la inversión de la pirámide, me choca sobremanera cómo allí, sirviendo unas mesas y fregando unos platos, hago más de mi salario como profesional.

En el café Por Amor al Arte, María Paula prepara los populares Frapuchinos el 9 de febrero del 2024.

En estos momentos siento mayor tranquilidad económica, pero todos los días, cuando estoy en la cafetería, pienso que soy doctora y por dentro me pregunto qué hago allí, pero… no sé explicarlo. No me siento mal, porque el dinero que gano me lo saco del lomo, no se lo robo a nadie; pero me sigue martillando el cerebro la idea de haber estudiado seis años para terminar aquí.

Entre las mismas muchachas de la cafetería muchas veces nos consolamos, porque conmigo trabaja un turno entero de universitarias, una de Ingeniería Industrial, otra de Lengua Inglesa, que nos damos ánimo mutuamente; porque lo cierto es que nunca te llegas a sentir bien del todo, por más que te estén pagando. Estudié algo que me encanta y me gustaría ganarme la vida ejerciéndolo.

El plan, por ahora, como el de tantos otros jóvenes, es poder viajar. Mi novio y yo estamos reuniendo para lograrlo. No sé aún cómo ni cuándo, pero es una meta que tenemos. Estoy al tanto de que en el exterior también se torna difícil ejercer. Quizá no pueda ser médico, pero sí me enfocaré en desempeñarme como enfermera, o alguna especialidad relacionada con la salud.

La ropa de trabajo con los estetoscopios de la doctora María Paula y su novio Julio César, guardados en su casa, son mostrados el 24 de diciembre del 2023.

¿Te digo algo? Aun así, supón que logre irme de acá, tampoco creo que me sentiré bien, dejando a mi mamá y todos mis seres queridos. Así que, si mañana logro mi objetivo, no me sentiré realizada… es como si cual sea la decisión que tome, siempre me va a faltar algo, no llegaré a ser feliz. Y eso me frustra, porque si me preguntaras, es en mi país donde me gustaría estar.

Aún me siento mal por mis padres, porque en el fondo sé que de cierto modo los decepcioné, que a ellos les hubiese gustado tener una hija doctora. No es lo mismo decir “Mi hija es doctora” a “Mi hija es dependiente en una cafetería”. Aunque no me lo digan, sé que lo sienten así, por eso todo el tiempo les recuerdo que “Sí, que María Paula estudió seis años, que tiene los conocimientos, que su hija es la misma que se graduó de Medicina, solo que ahora no quiere ejercer”.

¿Me entiendes? ¿Sí? Ah, porque mucha gente no. Es una contradicción que me paraliza, que muchas veces ni siquiera sé explicar bien. No obstante, ya tomé la decisión y para nada me arrepiento… aunque te revelaré algo: no pedí la baja de Salud, sino una licencia sin sueldo… porque igual, tengo miedo de que en cualquier momento las ganas de regresar me superen. 

María Paula Valladares Díaz, graduada de Medicina en el 2022

*Durante los meses que duró la realización de este reportaje, otros graduados de la misma generación ya han pedido la baja definitiva del sistema de Salud, entre ellos Lilianne Fernández La Nuez, una de nuestras entrevistadas.

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24 Comments

  1. Es necesario que las autoridades lean este excelente artículo y se lo tomen en serio. Esto no es un problema aislado, está generalizado. En un recorrido por la Isla de la Juventud, el propio Diaz Canel constató la falta de especialista en el hospital de Nueva Gerona.

  2. Periódico GIRÓN CUÁNTO ADMIRO a estos periodistas jóvenes que son excelentes comunicadores y tocando las cosas que han ido destruyendo una infraestructura y la sociedad cuánto dolor me ha dado leer este excelente artículo que para mí ha sido el más profesional audaz en tocar esta situación tan real triste que tanto daños ha causado al pueblo de cuba y al que más sufre quien no tiene un familiar que le envíe remesas del exterior o le mando medicinas jeringuillas vendas etc yo tuve muchos amigos médicos y otros conocidos del hospital Faustino por cierto médico en años anteriores ha este 2024 vi las carencias necesidades sin tener aspiraciones a comprar un carro tener un carro y no tener gasolina y tener que soportar que viniera a su consulta un trabajador del turismo y en gratitud por el servicio prestado le fueran x cosas es penoso
    Yo analizo como los médicos enfermeras personal paea educas pueden estar trabajando desde un salón de operaciones una consulta etc .Mientras sigan explotando a los médicos en sus misiones y cuando los países les cierren los contratos millonarios es posible que piensen en cómo mejorar PERO EL Tiempo no Espera Nadue
    Felicito a los periodista y a la dirección y redacción del periódico por su preocupación y temple de dejar publicar este artículo Uds y el periódico ESCAMBRAY son los que están sirviendo de ejemplo de publicar estos artículos
    Deseándoles salud

  3. Excelente artículo, y quisiera comentar algunas cosas:

    – Para mejorar la calidad del sistema de salud y los ingresos de los trabajadores de la salud, se debería eliminar la existencia de hospitales y clínicas especiales para los dirigentes. Si los dirigentes se atendieran en los mismos lugares que el resto de la población, seguramente se preocuparían más por mejorar la calidad de los servicios para todos.

    – Otro paso tiene una raíz económica, y es que la mala gestión del gobierno provoca la inflación. Los salarios de los médicos no son bajos comparados con otros salarios, pero hay muchas personas obteniendo salarios sin ser productivos. Ejemplos sobran en las mal llamadas organizaciones de masas y en las oficinas de los distintos niveles del gobierno, donde hay personas que no generan ningún bien y ganan un salario. O fíjense en la flota de choferes que tienen los dirigentes en Matanzas, o miren los salarios de cualquier personal de las FAR o de la policía. Sin demeritar sus funciones, ¿cómo es posible que un sargento de las FAR gane un mejor salario que un especialista en cirugía? Además, este mismo sargento tiene más prebendas que cualquier trabajador productivo (compra en lugares especiales y recibe una canasta mensual).

    – La solución al sistema de salud cubano implica una reforma no solo en el sistema de salud, sino también en el modelo y la gestión del presupuesto del gobierno cubano, así como la apertura económica del país. Es necesario eliminar el centralismo en la gestión económica y crear un marco de seguridad jurídica, para que ningún dirigente ni organismo esté por encima de la ley. Es decir, se debe lograr una independencia de poderes para que el país avance, sin miedo a la crítica ni a la libertad de prensa real, que permita auditar a todos por igual. Las empresas deben generar beneficios y mejorar la calidad de la salud basada en los impuestos que se recogen. Pero hay tanto por hacer, que es como crear un país nuevo. El problema del sistema de salud cubano no es un problema aislado, sino que está relacionado con todo un modelo económico que no da resultados. Los chinos y los vietnamitas cambiaron para lograr un país más productivo y, así, un país mejor para el pueblo. Vietnam lo logró en menos de 20 años, y lo mismo China. No es tan complejo, pero implica que muchos dirigentes pierdan muchas prebendas y poder.

  4. Pensaba si escribir y no y me decidí, qué triste, esos fueron nuestros alumnos los que acojimos y fuimos moldenado año tras año, con la esperanza de algo, que ya no sabemos que es, quién esta errado no se sabe , esto es solo la punta del iceberg que hunde cada día este titanic, la exposición de todos estuvo muy certera y centrada, quien vive esta situación sabe que es la que esta matando a Cuba desde hace algún tiempo. En mis años se sabía que morías junto a los tuyos pero hoy no sabes donde irán a dar tus cenizas, con lágrimas en los ojos leí cada experiencia y se bien ha sido muy difícil para ellos dar este paso, es un gran conflicto entres ser, poder y tener. Ojalá este artículo sea entendido y no censurado, esta es la realidad en Nuestra Cuba, ante nosotros una realidad espantosa que nos llena de dolor e incertidumbre, gracias a este valiente periodista que supo abordar una temática tan compleja como rotunda, lleno de verdad y osadía, un punto álgido en la cotidaneidad

  5. Felicidades por el reportaje. Ojalá se lo lea algún decisor… .e encantó la frase «el fantasma de la regulación». No pocos médicos deciden no empezar o abandonar la especialidad porque le imposibilitaría viajar al exterior (algunos ven el viajar, la única forma de mejorar económicamente; algunos viajar y volver, otros emigrar definitivamente). Y nadie quiere que otros tengan el poder de decidir sobre aspectos personales de su vida.

    Si creen que pagarle bien a los médicos para que se queden es caro… saquen la cuenta de lo que costará cerrar hospitales y servicios por no tener médicos…

    Una primera solución sería que los dirigentes del país se atiendan en hospitales comunes, y no en Cimeq, 43, Amejeiras…. siempre luego de llamar para «dejarlo todo cuadrado» antes. Empecemos por ahí, y a lo mejor en unos meses mejora algo. El hombre lleno no pude entender las necesidades del hambriento.

    Cómo hace un joven en Cuba para comprar una casa o un medio de transporte? Por qué no crear mecanismos financieros que favorezcas esto, como en todos los paises….

    En fin.

  6. Excelente reportaje, muy buen tema abordado. Me siento muy identificada debido a que soy de las estudiantes que han dejado la carrera de medicina estando en el último año por motivos económicos, aunque en mi caso es un poco mas particular porque era cadete. Mi pasión por la medicina sigue siendo la misma, ahora bien me pregunto, si hay tanto déficit de médicos por qué razón tengo que esperar 2 años en vez de 2 cursos para reincorporarme por la via civil a la carrera de medicina? Espero que algún día el país avance para bien y lo que está pasando ahora solo sea un mal recuerdo

  7. Que queda para esas enfermeras que día a día luchan al lado del médico, ellas lo.hacen todo, llorar en silencio x el paciente,les dan aliento y ánimo a los familiares y aún así no son tratadas como se merecen, el médico siempre se lleva la mejor parte, y no es por tirarle, jamás, solo que deberían reconocer más el trabajo de la enfermera, estimularlas, hacerlas sentir que son parte del médico, un médico no es nadie sino lo complementa una enfermera

    1. Tengo una hija la cual estudio medicina por lo militar específicamente la far y a pesar q conocía las leyes y regulaciones a las cuál se enfrentaba pidió baja, pero no por no gustarle la carrera al contrario quiere incorporarse a lo civil como mucho le llamamos ya que en este caso tiene más libertades para muchas cosas que desea hacer, pero como en nuestro país todo se vuelve leyes y traba no se le permite su incorporación hasta pasado dos años fuera de la far entiendo que tienen sus leyes pero pese a la situacion que existe ahora mismo debería de ser más flexible con casos en específico como este.

  8. Leo este artículo y me da sentimientos rememorar lo doloroso que es una despedida,me gradúe en el año 2019 ,luché por mi especialidad de Medicina Interna, la deseaba,comencé muy bien mis estudios y residencia ,hasta que llego el COVID-19 y ahí todo fue diferente, un giro 180 grados ,2 años después de haber iniciado mi residencia ,casi para el 3er año decidí dar el paso que muy temerosamente venia pensando desde hace algún tiempo, mi especialidad por la que luché,me despedía de ella, noches sin dormir,los pensamientos y la indecisión me sobrepasaban pero al final termine despidiéndome de mis excelentes profesores ,mi servicio de Medicina Interna, y del Hospital que me formo,me dolio y me duele haber dejado tanto atrás pero las circunstancias de la vida obligan a tomar ese tipo de decisiones ,después de un año desvinculado ,decido regresar esta vez a la APS pues a pesar de todo se extraña la profesión, solo estuve 5 meses en la APS, no es igual que la atención secundaria pero las cuentas no daban y también con sumo dolor tuve que despedirme ,ya hace casi 5 años que me gradué ,y llevo nuevamente 1 año desvinculado ,pero el sector privado me ha dado la oportunidad de ser una persona más independiente y de lograr satisfacer necesidades básicas.
    Si me preguntaran que si tomé una buena decisión, no sabría que respuesta dar, pues me bata ,cuño y estetoscopio están guardados por si un día los médicos somos mejor valorados por el trabajo tan noble que realizamos; si regresaría en otras circunstancias, si creo que lo haría; duele pues fue mi primera opción en el llenado de boleta al término del 12 grado, duele porque fue la despedida de la especialidad que mis profesores fueron testigo de cuanto luché en el último año de la carrera y duele porque a esta fecha ya hubiese sido Especialista en 1er grado de Medicina Interna ,pero las circunstancias de la vida son más fuerte….

  9. Después de leer el reportaje siento tristeza por aquellos que no pudieron cumplir sus sueños y su vocación, el trabajo en el área de la salud requiere una constante entrega al que sufre…un orgullo y un honor haber hecho un aporte en medicamentos e insumos a través de Fraternidad Chile-Cuba para los hospitales de Matanzas…🦋

  10. Es muy triste la realidad de nosostros los médicos en la actualidad, tanto cómo para los que ejercemos cómo para los que no, dado que para los que se fueron tuvieron que abandonar sus sueños y tantos años de estudio y preparación en pos de sobrevivir económicamente y pero para los que aún seguimos ejerciendo tenemos pagar un alto precio para poder seguir con nuestros sueños.

  11. Sería muy bueno que los que toman decisiones mejoren la atención al personal de salud , no hay transporte no hay alimentación no hay vivienda y el salario no alcanza .Tambien pensar más en los jóvenes y no dejar más de 2 años en un cargo a un directivo que no haga nada por mejorar a sus trabajadores.

  12. Saludos. Sumamente triste esta realidad. Y aún peor,que persiste hace muchos años. Ejerzo en Cuba.Estoy AQUI. He trabajado como Pediatra y profesor de Medicina fuera de la isla en varias ocasiones. Soy parte de la generación de jóvenes médicos matanceros graduados en 1991. Un puñado de profesionales muy bien preparados altamente competitivos, formados con bases éticas y científicas sólidas.Llenos de sueños y con la esperanza de lograr un impacto muy positivo en la salud de nuestros coterráneos. Y las circunstancias de un bloqueo que existe y se perpetua ya no solo como espada de Damocles que corta nuestras cabezas sino como vil justificación a errores principalmente nuestros, arrasó con las aspiraciones de gran parte de mis antiguos colegas. Los he visto partir decepcionados a lo largo de más de 30 años de ejercicio.Y ahora veo partir,sin esperanzas, a sus hijos, sus parientes,los míos, y toda una generación de nuevos profesionales cuyos sueños y aspiraciones se truncaron,también por decisiones erradas,políticas absurdas,tendencias viciosas, de quienes nos han dirigido hace años y nos dirigen repitiendo las mismas pifias con iguales justificantes. Los jóvenes profesionales de la medicina (como de otras profesiones) se nos van. Y en esta fila he visto marchar a muchos buenos. A los mejores, los más integros, los más capacitados técnica y científicamente, los más preparados y mejor educados. Aquellos que más pudieran aportar a su país y a sus gentes. Aquellos que más se esforzaron y con razón esperaban ser mejor recompensados .Muchos aún queriendo seguir, pero totalmente desmotivados. Desatender sus necesidades profesionales y materiales,ignorar sus demandas, desoirlos ,discriminarlos, aplastar sus sueños,»regularlos» por artículos legales absurdos y legislaciones solapadas que nadie explica ni denuncia abiertamente y que son violatorias de sus derechos como seres libres,pensantes y decisores de sus porvenires, es la más triste de nuestras realidades. Cuba necesita rreconocer donde nos estamos equivocando Aceotar abierta y valientemente los fantasmas que nos asfixian .Los medios tienen la obligación de desnudar las verdades q nos duelen . Llamar a que se diga la verdad sin miedos ni dobles intenciones. Garantizar el bienestar de los que aportan también desde su formación y estimular la superación personal. Sin juventud identificada con su pais, estimulada y reconocida, protegida por sus leyes, no puede haber futuro para la nación. FELICITACIONES a los autores del artículo. Útil.Necesario. Oportino.Valiente.Creíble y fiel a la verdad.Un destello de luz entre tanta sombra.

  13. Leer este artículo me llena de sentimientos tan encontrados, de orgullo, de tristeza, de fé. Pertenezco a la generación de graduados del 2022, título de oro, graduado con honores, estudiando día y noche para obtener un buen promedio y la especialidad deseada. Mi hermano gemelo y yo, fuimos los primeros promedios de mi graduación, enamorados completamente de la medicina y las especialidades elegidas, y no cuento está parte de la historia con fines de grandeza, nada de eso, sino con el fin de poder explicar la segunda parte de la historia, esta que impregna como un ser humano, un hijo, un médico, abandona absolutamente todo y se despide de su país. El internado fue un año desicivo para mí, de golpe me enfrenté a decisiones con pacientes que implicaban escasez de recursos, de economía, situaciones que dando el 100 porciento y más no podía solucionar, entonces empezó el primer escalón del problema, podría realmente llegar a ayudar, curar o salvar a un paciente sin recursos? Sumado a esto, me enfrenté a la realidad de que ni los títulos, ni los honores, publicaciones, ni siquiera mi esfuerzo iban a sustentar mi economía; veía como médicos de años, talentos, profesores de alto prestigio a veces no tenían ni siquiera condiciones materiales básicas, me veía en su reflejo con más fuerza, y no porque no supiese está informacion desde antes, no es el caso, pero quizás la prontitud de la fecha de graduación hacía que esta idea retumbara con más fuerza. A todo esto le sumamos la salida de amigos, la visualización de una Cuba más triste y un poco vacía. Todo lo anterior solo lo expuse para expresar que yo fui uno de los médicos, que con mucho dolor, terminando su examen estatal, se marchó de Cuba, no asistí a la graduación, y no fue nada fácil, tantos años de esfuerzo, tanto estudio, para ni siquiera asistir a mi entrega de título, a uno de los momentos más soñados, tantos años de sacrificio para no poder ver a mi madre orgullosa de sus hijos, el momento perfecto para agradecer a una madre, soltera de 3 hijos, que se desvivió para sacarlos adelante, no pude ni siquiera despedirme de mis amigos y abrazarlos en esa celebración, y fue muy doloroso, y sigue siendo doloroso, aún así no me arrepiento de la decisión tomada, y créanme, emigrar es extremadamente duro, no solo empiezas de cero, sino que empiezas con un alma desnuda, abandonada por el pasado, a cambio desarrollas una fuerza tan grande, que aprendes a construir piedra a piedra tu propio camino, uno que te llevará a obtener tus sueños viejos y nuevos, y esto no quiere decir que no ame mi origen, mis raíces, mi Cuba.
    Aun así, por más orgulloso que he aprendido a sentirme de mí mismo, todos los días me miro y veo a ese muchacho enamorado de la medicina, de sus pacientes, que quizás en situaciones diferentes estuviese aún salvando vidas.
    Gracias por esta publicación, era necesaria, fuerza a todos los médicos de Cuba.

  14. Sin lugar a dudas una de las realidades que en la actualidad nos golpea a los de mi generación (graduado en 2022) ,soy uno de tantos médicos que luchamos en otro país por volver a vestir nuestra bata blanca, y cada día que hacemos algo diferente aunque no me arrepiento, me pregunto si no hubiese sido más fácil que mi Cuba bella cambiara, y que todos los profesionales sean valorados por lo que son. Felicidades por el reportaje.

  15. Trabajando para resolver ?? Que ?? Hace años que esto está pasando, ahora es masivo pero hace años pasa. No creo que estén trabajando en nada y menos bien duro, los que trabajamos bien duro somos los médicos , que no tenemos recursos en el trabajo y nos da pena con los pacientes, y al salir del hospital no hay nada gratificante , no hay transporte, no te alcanza el salario y todas las consecuencias que trae esto,no hay luz en casa al llegar, los médicos si trabajamos bien duro, los dirigentes solo se han dedicado a justificar justificar y justificar y no solucionar ni encontrar caminos.

  16. Siempre he admirado el trabajo de Ayose, fue un gran estudiante y es hijo de una gran mujer. Me preguntaba cuando alguien hablaria oficialmente de ello. Como médico al que también le toco pedir la baja y después avandonar el pais puedo decir que hay mucho dolor detras de todo eso. Pero entre vivir con dignidad y soñar sin esperanzas la elección queda clara. Ojala ocurriese el milagro, la gestión gubernamental fuese más acertada y la realidad se tornara de otra forma, yo no tuve la paciencia de seguir sacrificando años de mi vida a la espera del futuro mejor.

  17. He escrito esto con mucho dolor al igual que esos jóvenes, llegué al Faustino en 1995 y me fui en el 2014 y cada vez que voy a Cuba y lo visito y veo todo el deterioro sufro, ahí dejé una parte importante de mis años de vida laboral, con una inmensa cantidad de compañeros excelentes que ya hoy también decidieron partir y verdaderamente decir Faustino y amor a la profesión y tener que dejar todo fue bien difícil.

  18. Dr Arístides es Diputado a la Asamblea Nacional,el problema es que en la Asamblea todo el mundo levanta la mano y todos están de acuerdo, todos los viejos que son miembros vitalicios hablan muchas cosas y piden más trabajo y más consagración y ellos viven en otra burbuja.Estos que son los problemas reales,va a dar al traste con el Sistema Nacional de Salud, yo también salí hace 10 años y hoy la situación ya es más que crítica y los jóvenes no están dispuestos a escuchar arengas,la decisión de sus vidas es hoy.Veo repetir el éxodo masivo de los profesores del Destacamento Pedagógico bien formado que abandonaron Educación para ir para el Turismo.Hoy las Mypime es la salida,va a llegar él momento que la Facultad de Medicina no tenga personal calificado.La decisión es política y económica y le toca al Partido pronunciarse , no olvidar el artículo 5 de la Constitución, Fuerza Superior, incluso por encima de la Asamblea Nacional, palabras del Profesor Toledo Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana.Acabar de entender que los funcionarios del Partido son funcionarios públicos también y su papel es responder ante el pueblo por estás situaciones extremas.

  19. Si esta muy bien representada la realidad de los médicos cubanos. Pero acaso hay que celebrarlos a los que se quedan y siguen pasando trabajo. O sea el que se queda tiene sus motivos eso está claro y se está sacrificando de seguro pero eso no significa que eso sirva de ejemplo para que las cosas se mantengan igual, debería de ser lo contraria cuanto tiempo va a pasar para que en cuba las profesiones realmente tengan valor , para que las personas tengan salario digno y una vida decente. Muchos sabemos que en otro país los médicos estarían en las calles exigiendo sus derechos. El aumento salarial que más bien fue pago de las horas de trabajo que antes no te pagaban o mal pagaban. Fue un cambio pero seamos sinceros no significativo. Ya que el salario sigue siendo insuficiente. Sigo viendo injusto que un médico tenga que tener 2 trabajos para mantener a su familia y con una alimentación pésima ya que todo está vinculado mala alimentación no puede garantizar buen estado de salud. Entocnes luego hablamos de calidad de vida. Esa calidad es inexistente. Pienso que no a ocurrido un colapso del sistema de salud de milagro porque no es para menos. Lo más triste es que dudo que cambie. Entocnes el médico que aún trabaja que aguante para cumplir sus metas porque metas ahí pero bajo un tremendo sacrificio.

  20. Triste realidad,es muy difícil decidir sobre todo cuando se ama la profesión,en mi caso estaba en la especialidad de alergología y desde el primer año me regularon,por lo que tuve que solicitar autorización al ministerio de salud para que me quitaran la regulación ,no sé si en todas las especialidades será igual,pero en alergia fue así y una vez que me quitaron la regulación pedí la baja por temor que me volvieran a regular y estuve sentada en mi casa durante 1 año y medio hasta que logré salir del país,si no hubiera sido por la regulación me hubiera mantenido activa hasta que saliera,por amor a la profesión, hoy donde estoy no he podido ejercer como médico y quizás nunca pueda hacerlo y pienso en los años de estudio,sacrificio y dedicación que fueron en vano,pero por otro lado pienso que efectivamente de amor solamente no se vive,se necesita estar bien económicamente para cubrir tus necesidades y como bien dice en el reportaje tener libertad financiera,que el dinero te alcance para vivir,si fuera así quizás la realidad fuera otra y muchos emigrados y los que han abandonado la profesión estuvieran ejerciendo todavía,porque créame que emigrar también es difícil,estar en un país desconocido,empezar de cero,abandonar tu casa,tus cosas,tu familia,tu profesión.son decisiones que no se toman a la ligera.Pienso que alguna medida tienen que tomar porque no es posible que un particular que a lo mejor ni estudiò gane y tenga mejor vida económicamente que un profesional con tantos años de estudio y sacrificio.

  21. Excelente reportaje me sacó las lágrimas..es muy triste la realidad que estamos viviendo los profesionales de la salud. Los que no decidimos irnos, por no dejar atrás la familia, estamos sufriendo las carencias…y amamos nuestra profesión pero en ocasiones hay que decidir por economía, porque aunque sea triste decirlo de amor no se vive…

  22. Lo más triste de esa dura realidad que estamos viviendo hoy, es que en ningún lado se observa la respuesta del MINSAP para tratar de detener ese peblema, que hoy representa sólo CIFRAS de médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio, etc… pero el día de mañana, tal vez en unos 5 o 10 años, serán instituciones sin personal para brindar atención, cuando se compara el número de graduados por año, contra las bajas del sistema….no sería muy difícil darnos cuenta que es mayor el número de bajas que de graduados!!!!!

    Los motivos de esas bajas????? PROBLEMAS ECONÓMICOS!!!!!! eso no es secreto para nadie, mi salario como profesor de la Universidad de Ciencias Médicas equivale a 6992.00 CUP, teniendo 19 años de graduado, categoría docente de Profesor Auxiliar y Especialista de 1er grado en Enfermería Intensiva y Emergencias……..para qué me alcanza ese salario en esta sociedad?????? Creo que ya eso será tema para otros reportajes!!!!

    Gracias al colectivo del Periódico Giron por hacer ecos de la verdadera situación por la que cursa el ministerio de salud pública cubano

  23. Que tristeza y que pena con estos profesionales. Es una pérdida para ellos y para el pueblo. Esperemos que las condiciones mejoren para el beneficio de todos. Estoy seguro que los dirigentes estén trabajando bien duro para resolver estas situaciones.

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