El Cinematógrafo: Volver

Como si estuviera en aquel cementerio lleno de viudas y viento cimarrón, un polvo convencedor me llevó a Volver. Cual ritual mortuorio moderno, creo que es el intento desesperado de Almodóvar de traer a su madre (y a las madres) al mundo de los vivos.
Volver; Año: 2006; Dirección: Pedro Almodóvar

Se me ha hecho casi imposible elegir una película sobre la que escribir para la presente publicación de El Cinematógrafo. Esta vez sale en víspera del Día de las Madres, por azares de la vida y del tiempo, esas coincidencias de las que se ríen los dioses. Aunque suene exagerado, he escrito y reescrito esta primera página unas cinco veces, porque no me ponía de acuerdo conmigo mismo acerca de qué título conversar con el lector.

De algo sí estaba claro: quería escribir sobre alguna dirigida por Pedro Almodóvar, autor que ha reflejado en su filmografía la maternidad como él la percibe, desde su semblante masculino, de hijo.

La cuestión radicaba en elegir una de ellas, tarea harto imposible para alguien que ni en sus días más sobrios sabe elegir pieza favorita de cualquier arte. Pasaron por mi mente las madres dolientes de Todo sobre mi madre o Julieta; la poderosa interpretación, pragmática y benevolente, de Penélope Cruz en la semiautobiográfica Dolor y gloria; y tantas otras.

Como si estuviera en aquel cementerio lleno de viudas y viento cimarrón, un polvo convencedor me llevó a Volver. Cual ritual mortuorio moderno, creo que es el intento desesperado de Almodóvar de traer a su madre (y a las madres) al mundo de los vivos.

Una extrañísima contradicción se me produce ahora en el pecho y la garganta: el primero se expande y contrae repetidamente; y la segunda se me cierra como si del máximo terror se tratase. Porque es tan honesta Volver. Es un reflejo de cómo el arte, en cualquiera de sus sentidos, puede saciar los deseos más egoístas y humanos de todo autor. Egoísmo que aquí nace desde las entrañas de un hombre que se niega a reprimir sus emociones, su duelo.

Dijo un francés una vez que nos damos cuenta del amor supremo que se siente por la madre justo al momento de la despedida final.

Volver cuenta las formas en que dos hermanas (Penélope Cruz y Lola Dueñas), de la España de pueblos intrincados, sobreviven la muerte de su progenitora (Carmen Maura). Hay secretos, pasión, incesto, homicidios y sexo. La fórmula almodovariana nunca ha pasado de moda, se ha perfeccionado con el paso del tiempo. Los temas que este director traspasa a la pantalla puede que ya no sean muy tabú, aunque todavía sí en muchos lugares del mundo.

Como diría La Agrado (Antonia San Juan) en Todo sobre mi madre: “Yo siempre he pensado que en el tercer mundo yo doy el pego”. Creo que así pasa con las cintas de Almodóvar. Sus personajes descarnados siguen mostrándose sin miramientos fuera de España, y no debería ser sorpresa en aquellas donde el guion más se pule, a niveles en los que el espectador puede sentir su vida representada entre close ups, trackings, planos abiertos y cerrados.

He ahí donde reside la fuerza de Volver. Una ola expansiva que afecta a dolientes por coquetear mínimamente con la idea de abrazar al cuerpo de la maternidad una vez más. Sentir el perfume que se echaba por las tardes, decirle que todavía le queda un poco de maquillaje, contarle secretos en una cama, cara a cara, como única confidente que merece ser santa de nuestra (mi) devoción.

Volver; Año: 2006; Dirección: Pedro Almodóvar

Es una película colorida, con personajes difíciles de querer. Esto último no es negativo, jamás lo será. Aporta un realismo que embellece la trama y muestra de qué modo una historia, que por fuera se entrega como estructurada y sencilla, ofrece histriones con matices. Aquí Cruz utiliza registros de mamá protectora, inquisidora cuando tiene que serlo, reflejo de una feminidad asediada por hombres que la han usado. Y es, también, una madre sensual; por favor, lector, recuerde: “Directed by Pedro Almodóvar”.

Y se nota en cada hilo de la producción la maduración de estilo del autor. Su inherente capacidad para atraer mediante colores, diálogos y una excelentísima dirección de actrices que constantemente entran en duelos dramáticos. No se le deja un respiro al espectador hasta llegado mi momento predilecto de la cinta, la canción homónima que Cruz interpreta a mitad de negativo.

Según parte de la letra indica, “Yo adivino el parpadeo, de las luces que a lo lejos…”, funciona como presagio del encuentro Cruz-Maura. Encuentro exótico para cualquier acérrimo fan de Pedro, ya que fusiona en pantalla a dos de sus chicas Almodóvar más queridas, con una escena llena de carga emocional (no diré cuál para evitar spoilers) y grabada en una sola toma.

Creo que hice la elección correcta, porque sinceramente los días del padre y de la madre no me gustan. No concibo una celebración de este tipo, que prive de la felicidad automática que se debería sentir a aquellos en quienes la pérdida aún pervive y sobrevive con el recuerdo. Una fecha de esas que, considero, justifican su existencia con la venta de postales. Espero que alguien que decida pasar la tarde de este domingo con Volver pueda sentir el abrazo o la voz de quien sea que le falte este día.

Volver; Año: 2006; Dirección: Pedro Almodóvar

Ficha técnica

Título original: Volver; Año: 2006; País: España; Dirección: Pedro Almodóvar; Guion: Pedro Almodóvar; Fotografía: José Luis Alcaine; Música: Alberto Iglesias, Estrella Morente; Reparto: Penélope Cruz, Carmen Maura, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo; Duración: 110 minutos.

(Por Mario César Fiallo Díaz)

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