Traer artistas cuyas prácticas tengan un real sentido dentro de nuestro ecosistema y una conexión con la comunidad y nuestra historia compartida fue la premisa de la curadora emiratí Hoor Al Qasimi, máxima responsable de la propuesta conceptual de Rios Intermitentes III, segmento matancero de La Bienal de La Habana.
Uno de esos creadores, Carlos Fernández, de Costa Rica, llegó hasta La Marina con su proyecto Sembrar, cocinar, rumbear juntos basado en las prácticas de siembra, de alimentación y con productos naturales, todo vinculado al acervo cultural y al rescate de la memoria ecológica.
Acciones como repartir tierra cultivable como un modo de compartir vida, explorar el vínculo entre la naturaleza y la tradición de ese barrio yumurino y realizar un gran mural colaborativo junto a sus habitantes, formaron parte de su propuesta.
Por su parte, la argentina Gabriela Golder, con ayuda del joven Antony Bernal, trabajó recolectando historias de matanceros entre 65 y 90 años para el performance Algo para decir. Sentados en el Patio de la Oficina del Conservador de la Ciudad, en un ambiente de relajada intimidad, los participantes relataron sus vidas con el valor añadido que otorga la narración oral.
Sobre estos dos acontecimientos artísticos de la Bienal, el periódico Girón les propone el siguiente fotorreportaje de Luis Daniel Báez Ramírez.
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