Carencias e insuficiencias, Jesús Salgado Sánchez y el béisbol cubano

Con 43 años de experiencia en sus vitrinas, el destacado entrenador continúa con ganas de aportar al béisbol, pasatiempo nacional. / Foto: Del autor

Jesús Salgado Sánchez, reconocido entrenador de béisbol especializado en el trabajo con los lanzadores, estuvo vinculado muchos años a los equipos Matanzas, poseedores de un título nacional, fruto también del trabajo realizado por este experimentado profesor.

Además, fue integrante de la dirección en varios torneos internacionales en categorías menores, y hoy nos habla acerca de la actualidad que vive el país respecto a nuestro deporte nacional, que es sin lugar a dudas patrimonio cultural.

—¿Cree usted que los medios que los atletas reciben para incursionar en la serie nacional son suficientes para alcanzar un mejor rendimiento? 

—En el caso de los lanzadores, podemos decir que aún son insuficientes los recursos con que cuentan para el desarrollo de un área tan compleja dentro de los juegos. Diríamos que es el área que determina la calidad de un evento.

«Si el pitcheo tiene calidad, la competencia debe tener calidad y esto nos está afectando. Vemos nuestros pitchers con problemas en la mecánica, en el control, que vienen dados también por el pensamiento táctico. 

Los Cocodrilos de Matanzas no fueron ese equipo que nos ha hecho soñar en más de una ocasión, en este play off semifinal les faltó garra.
«Si el pitcheo tiene calidad, la competencia debe tener calidad y esto está afectando nuestro béisbol», dice Salgado

«Voy a ponerte un ejemplo sencillo, nuestro bullpen y montículos. Estos no se parecen, tienen una altura, un material y una formación distinta. Cuando el lanzador calienta y llega al box, se encuentra con un medio diferente a aquel donde calentó para lanzar en el juego.

«Los soportes, los protectores para los spikes (zapatillas de juego) son insuficientes. Se han perdido medios que se utilizaban para el control de los lanzadores, no se usan en las categorías menores y tampoco en la Serie Nacional. Ya no se utilizan los tableros de control, las ligas, etcétera. 

«Esto no es un problema que tenemos que resolver mediante compras en el extranjero, sino con la creatividad de las propias áreas, y se pueden buscar recursos para trabajar en la técnica y la mecánica de los lanzadores».

—¿Qué acciones podrían realizarse para consolidar el pitcheo?

—Imagínate, casi que un tema tiene que ver con el otro. Debemos analizar lo que adquirimos para trabajar en el béisbol. 

«Creo que a veces hacemos compras de algunos medios que no son tan importantes y obviamos otros de los que más carecemos. Se necesitan recursos que no son tan caros y quizás pudieran aparecer por algunas vías alternativas, sobre todo para el área de los lanzadores.

«En el béisbol moderno las personas les gusta ir a ver un festival de batazos, jonrones y conexiones distantes, eso es una de las cosas que ha ido alejando nuestra zona de la preocupación por garantizar los recursos. Respecto al empleo de la tecnología, se han dedicado a utilizarla más en atención a la ofensiva de los bateadores que a la calidad de los lanzadores».

—¿Cree que existe falta de capacitación entre los entrenadores de pitcheo?

—Es algo complejo, no estoy capacitado para cuestionar esta situación. Lo que sí puedo decir es que se han dejado de formar técnicos; y quizás eso sea una parte de la respuesta.

«El técnico del área es especialista para trabajar cualquier deficiencia nuestra, y quizás esto de la formación se ha abandonado, tal vez por falta de recursos o de atención. No obstante, existen cursos de superación con investigaciones y otras aristas novedosas, que se imparten en otras partes del mundo y que nos están poniendo la varilla cada vez más alta. No podemos entrenar como en los años 80; sino preparar un béisbol nuevo, más capacitado».

—¿Cómo usted ayudaría a desarrollar a los atletas jóvenes? 

—Es un tema bien difícil, que nos está golpeando y al cual tenemos que darle atención inmediata, la alarma ha sonado, vemos lo que sucede en nuestro país. Por solo citar un ejemplo, podríamos darle más oportunidad de jugar a las edades entre 18 y 23 años, pues de lo contrario se pierden destrezas. ¿Por qué se pierden?, porque se juega poco, los muchachos con 18 años están terminando una etapa de formación y van a entrar a la consagración, que dura aproximadamente hasta 23, y quizá 25 años. En este período ellos apenas pitchean. 

«Algunos lanzadores llegan a la Serie Nacional de Béisbol y tienen acción en algunos equipos, pero la mayoría lo hace muy poco, prácticamente en partidos perdidos. A veces lanzan dos o tres innings en la temporada en que debutan. 

«Hay que crear un mecanismo para ofrecerles a los compañeros de la federación que para eso están, y creo que son capaces de realizar una estructura que les dé la posibilidad de lanzar con mayor frecuencia».

—¿Qué pasa con los pitchers en Cuba que, lejos de aumentar su velocidad, la disminuyen?

—Los lanzadores requieren medios importantísimos en el período de entrenamiento; y estamos hablando de pelotas medicinales, de sobrepeso y otros equipos.

«Aquí también entra el tema de la mecánica, que es vital. Se tiene que ir mejorando, como en todos los deportes. Hay que incidir, por ejemplo, en la estrategia para aumentar la velocidad en los lanzamientos, que es uno de los aspectos importantes en el área. Pienso que se puede lograr si integramos los implementos correctos.».

—¿Cómo le gustaría que fuera el formato de la Serie Nacional?

—Los momentos que está viviendo el béisbol no son agradables, si es la palabra que cabe. Hemos perdido un sinnúmero de figuras por una vía o por otra, por lo que ha bajado la calidad de muchos equipos. 

«Me gustaría que esta serie fuera de unos pocos juegos, con sus 16 equipos representando a cada provincia; y luego hacer una serie más selectiva, donde se pudiera jugar un mejor béisbol y que intervinieran figuras de terceros países, y con más juegos en esa etapa».

El profe Salgado, como muchos lo conocen, sigue impartiendo sus conocimientos, esta vez desde el estadio Beisbolito de la Atenas de Cuba en donde ayuda a los niñitos representantes de las Pequeñas Ligas de la provincia matancera a superarse en el deporte aunque su tarea principal es inculcarles el amor al juego. (Por: Oscar David Piñera Guillot, estudiante de Periodismo )

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