Los personajes de la Edad de Oro se pasean por las céntricas arterias de la urbe yumurina.
La ocasión lo amerita, pues es la antesala del nacimiento del más universal de los cubanos. El mismo que creyó en la utilidad de la virtud y en el mejoramiento humano, el hombre bajo cuyas enseñanzas han crecido generaciones de hijos de esta Isla y cuya esencia habita también en la Piedad, la Pilar, el Bebé o el Meñique de estos tiempos, que amanecieron hoy ataviados con sus mejores galas para rendir homenaje a José Martí, el Héroe Nacional de Cuba.
Algunos llegan de uniforme, otros con una rosa en la mano o una foto del Maestro, los más pequeños descubren la novedad de sentirse encarnando a Lopi, el pescador sin criterio, a la traviesa Nené que comprendió que los libros son una eterna savia de conocimiento o al pequeño Meñique que venció al gigante de las siete leguas con su inteligencia y picardía.
Todos, con sus rasgos de contemporaneidad en el vestuario y su inocencia a flor de piel, recuerdan la trascendencia de la maravillosa revista que regaló Martí a los niños en 1889, que los dotó de un código ético del que beber de forma constante
Son ellos, la representación de una nación profundamente martiana, en la que sus hijos practican el humanismo, la solidaridad, aman la paz y extienden la mano desinteresadamente a quienes lo necesitan.
Llevan estos pequeños en el corazón las doctrinas del hombre que vistió de negro en señal de dolor y luto por su Patria oprimida; que nos dio lecciones sobre amar y convivir respetando las diferencias, pero sin doblegarnos ante la injusticia.
Traen en sus atuendos al Martí de carne y hueso que conoció justo en tierras matanceras el horror de la esclavitud, al que admiró la belleza y gracia de la bailarina española o al que nos enseñó que el amor a la Patria no es el amor ridículo a la tierra, sino el odio invencible a quien la oprime.
Martí, el amigo sincero, desfila hoy junto a cada rostro alegre, de la mano de cada niño que lo admira, lo reinventa y regresa cada noche a beber de la Edad de Oro.
En Matanzas, pioneros recuerdan a José Martí
Con la premisa de hacer de las obras de José Martí, una fuente permanente de estudio en cada clase y en la vida cotidiana, una representación de niños y pioneros de 60 instituciones educativas del municipio Matanzas se convirtieron en los protagonistas del tradicional desfile martiano, que en esta ocasión conmemoró el aniversario 171 del natalicio del Apóstol.
Vestidos como los personajes de La Edad de Oro, la revista escrita en 1889 desde Nueva York por Martí, abrieron el desfile martiano pequeños de los círculos infantiles del territorio, muestra de que desde tempranas edades la obra del más universal de los cubanos está presente en las instituciones educativas.
Los pioneros yumurinos desfilaron en seis bloques que simbolizan la cercanía del Héroe Nacional con los niños mediante La Edad de Oro, la unidad de América Latina y el internacionalismo, las conquistas de la Revolución, la historia de lucha del pueblo cubano, los aniversarios de la Organización de Pioneros José Martí y de la Unión de Jóvenes Comunista y el compromiso con el proceso revolucionario.
Karla Elizabeth Perdomo Pérez, pionera de la escuela primaria Mariana Grajales, expresó que el legado de Martí perdura, aún cuando falleció a una temprana edad nos dejó lecciones de amor a la Patria y de luchar por la independencia de Cuba, y hoy nos toca a nosotros seguir su ejemplo de solidaridad y antimperialismo».
Una ronda que representa la fraternidad, la esperanza y la solidaridad, a los pies de la estatua del Apóstol, enclavada en el céntrico Parque de La Libertad, símbolo de patriotismo y libertad selló el desfile martiano.