Medicina Legal: entre lo biológico y lo jurídico

Según los especialistas la Medicina Legal es un puente entre lo biológico y lo jurídico, entre las Ciencias Médicas y el Derecho.  

Apenas amanecía cuando se detectó el cadáver en el suelo, en plena calle Contreras, muy cerca del Pre. “¿Lo asesinaron?”. “¿Fue un robo?”. “¿Qué pasó?”. Fueron las preguntas que comenzaron a hacerse los presentes, mientras la teoría del rumor hacía de las suyas y junto a ella la creatividad, como siempre ocurre no solo con sucesos fuera de lo normal, sino ante cualquier “chisme” insertado en la cotidianidad.

Al momento llegaron los médicos legistas para hacer el levantamiento del cadáver, con la seriedad que les caracteriza. Revisaron aquí, chequearon allá, dictaminaron la muerte natural, y dieron por concluida su presencia en la escena.

Aunque no es menos cierto que cuando se habla de Medicina Legal la mayoría de las personas la asocia con fallecidos y sobre todo con casos horrendos, el perfil de esa especialidad tiene infinidad de vertientes que abarcan, incluso, la profilaxis. Se trata, al decir de quienes la ejercen, de un puente entre lo biológico y lo jurídico, entre las Ciencias Médicas y el Derecho.  

TANATOLOGÍA: LA CARA MÁS CONOCIDA

“La tanatología es la ciencia que engloba todo lo que tiene que ver con la muerte”, refiere Norge Estupiñán Rodríguez, especialista de primer grado en MGI y Medicina Legal (ML).

“Hay tres tipos de muertes en todas las resoluciones jurídicas: la muerte natural, la violenta y la sospechosa de criminalidad. La natural es la vinculada a una enfermedad, por un proceso patológico; la violenta es la que sobreviene a una persona por algo externo que le hace daño; y la sospechosa es en la que no se puede delimitar con certeza, en el instante del fallecimiento, si es natural o es violenta. Nosotros aplicamos la tanatología forense, que es la relacionada con las muertes que son violentas o sospechosas de algo violento”, comenta el también presidente del Capítulo Científico de Medicina Legal en la provincia y jefe de Tanatología del servicio.

Foto: Raúl Navarro González

“Existen cuatro etiologías médico-legales: homicida, suicida, accidental y judicial. Todo eso lo perfilan los médicos legistas en el lugar. Por supuesto, el levantamiento siempre termina con la necropsia, que es la apertura de las tres cavidades del cadáver, para dar respuesta a las autoridades sobre lo que ellos quieren saber, y desenredar el misterio médico y jurídico (qué fue lo que pasó, hace cuánto tiempo está muerto).

“Hay ciencias que auxilian, como la antropología y la entomología, esta última estudia los insectos”, aclara Estupiñán Rodríguez, quien también es miembro del Equipo de Antropología Forense.

“No somos ni agentes policiales ni juristas, —explica el máster Juan Carlos Morales Valdés, jefe de grupo y del Servicio Provincial de ML en Matanzas—. Pero sí es importante que se sepa que trabajamos para la autoridad competente: instrucción penal, los órganos de la Fiscalía o el Tribunal”.

Esto se traduce en que toda muerte no requiere de una revisión por parte de este personal, ni ellos acuden al “lugar de los hechos” sin ser llamados.

Según refiere el especialista en primer grado en MGI, y de segundo grado en ML, “aunque puede parecer una contradicción, los médicos legistas no trabajamos directamente con Salud Pública; no obstante, sí asesoramos a ese ministerio como parte del perfil ocupacional”.

De hecho, desde que hace unos años se inauguró en Matanzas el horno crematorio, donde se incineran cadáveres por decisión familiar o última voluntad personal, la carga de trabajo de esos especialistas aumentó.

“Todo cadáver antes de incinerarse tiene que ser examinado por la guardia de Medicina Legal, aunque la muerte haya sido de causas naturales. Se trata de una medida prudente, para descartar algo violento”, afirma.

MÁS ALLÁ DE LOS MISTERIOS DE LA MUERTE

El servicio de Medicina Legal de Matanzas está enclavado en el hospital provincial Faustino Pérez, además de existir un subgrupo más pequeño en el Mario Muñoz Monroy del municipio de Colón.

“La ML es una ciencia de aplicación, donde se implementa todo el conocimiento médico y de las ciencias auxiliares en la investigación, la interpretación y el desenvolvimiento de la justicia social”, comenta Juan Carlos, quien, además de dirigir el equipo, es máster en Educación Médica y se desenvuelve como profesor auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.

Foto: Raúl Navarro González

Para el especialista es importante conocer de ramas que otros podrían considerar alejadas, como la Física, pues dominar nociones sobre movimiento, fuerzas y proyectiles bien puede necesitarse en cualquiera de los casos asumidos por el colectivo, que van desde homicidios, accidentes, hasta las llamadas consultas de lesiones.

“Aquellas personas que son agredidas y como consecuencia tienen lesiones acuden a un servicio de Salud, donde se les certifica. Al final del proceso, es el médico legista quien hace el dictamen de sanidad legal de las lesiones, donde se define su gravedad, lo que determina la sanción del agresor.

“Igualmente, atendemos lo relacionado con agresiones sexuales. Formamos parte de diversas comisiones como la de Psicopatología Médico Legal, que es la que también denominan Psiquiatría Forense, en la que se establece el estado mental de esas personas antes, durante y después de cometer el delito.

“Integramos la comisión denominada De aptitud para permanecer en régimen penitenciario, la de Determinación de la capacidad jurídica (antiguamente conocida como De incapacidad), y somos asesores permanentes en la comisión de Responsabilidad penal médica”.

Investigaciones y docencia, tanto de pregrado como de posgrado, también forman parte del quehacer de estos médicos con amplio dominio de las normas jurídicas.

CUANDO DE LOGROS SE TRATA

La afiliación de paternidad, cuando existe un conflicto que involucra tribunales, es una de las aristas en que sobresale la provincia.

“El método morfológico es un sistema de comparación de caracteres físicos y hematológicos que diseñé y aplico desde hace 42 años en los tribunales de toda Cuba”, comenta el doctor en ciencias Ercilio Vento Canosa, médico legista cuyas áreas preferidas son la Antropología Forense y la Tanatología.

“Soy el único que lo hace y con ello establezco la paternidad o filiación paterno-filial en esos conflictos. En nuestro país no se realiza ADN, salvo que sea necesario. Por tanto, mediante dicho sistema, en todos estos años se ha resuelto un problema muy sensible para la familia cubana. Es una designación pericial del Tribunal, que lo aprecia y valida por su utilidad”, refiere el investigador auxiliar, profesor de Antropología sociocultural e historiador de la ciudad yumurina.

Foto: Raúl Navarro González

Matanzas se privilegia, además, por contar con uno de los dos antropólogos del país: el licenciado Yoel Monzón González, recientemente designado representante de Cuba en la Asociación Latinoamericana de Antropología Forense.

Lea también: Matancero representa a Cuba en Asociación Latinoamericana de Antropología Forense

La Antropología tiene el objetivo de hacer las determinaciones con respecto a la identidad absoluta en aquellos cadáveres, muchas veces esqueletizados o en los cuales la identificación no se puede hacer en un inicio.

“En Antropología Forense principalmente se responden tres preguntas: identificación, la causa y la data de la muerte”, refiere Monzón González, licenciado en Biología y jefe del Equipo de Trabajo de Antropología Forense (ETAF). “Nuestro equipo está formado por médicos, estomatólogos y biólogos.

Fotos: Raúl Navarro González

“Cuando tienes que establecer la identificación forense buscas primero los elementos generales para establecer una identidad relativa: caracteres dimórficos para saber si es femenino o masculino, lo que te pueda sugerir edad, ancestría o raza, y la estatura; esta última es más sencilla de comprobar a través de tablas y ecuaciones una vez que se tienen las mediciones de los huesos largos, pequeños y del cráneo.

“A veces a nuestros laboratorios llegan en diferentes modalidades los restos humanos, en ocasiones fragmentados. Mientras más pequeño es el fragmento, más difícil se le hace la labor al antropólogo forense. Caso reciente fue el siniestro en la base de Supertanqueros de Matanzas, que generó un sinnúmero de cadáveres y tuvimos que, a partir de pequeños fragmentos, buscar los detalles anatómicos que nos permitieran al menos dar una identidad relativa y esclarecer, desde el punto de vista médico legal, el proceso de identificación”.

Para determinar la data de muerte, los especialistas aplican entre otras técnicas la entomología, mediante el estudio de las larvas y los especímenes adultos de los insectos, algo que según refiere Norge “no se hace en ningún lugar de Cuba. Cada especie aparece en el cadáver en diferentes momentos. Eso se llama oleadas de la muerte o trabajadores de la muerte. Ellos llegan muy ordenadamente, lo que nos ayuda a determinar la data”.

SUEÑOS POR CUMPLIR

Juan Carlos se siente satisfecho con su equipo. Los resultados del Servicio de Medicina Legal hablan por sí solos. Sin embargo, hay cuestiones que a veces frustran al especialista, algunas relacionadas con la visión que la población tiene en momentos puntuales.  

“No estamos autorizados a compartir con familiares los resúmenes de casos que atendemos. Hacemos exámenes periciales que se entregan única y exclusivamente a la autoridad que los solicita. Sé que a veces eso crea incomodidades en la población.

Foto: Raúl Navarro González

“También es pertinente saber que el médico, cuando está de guardia, es una sola persona, que puede estar en otro caso o haciendo un reconocimiento para cremación”. El especialista refiere que, de coincidir dos casos, existe un grupo de respuesta rápida que se activa y acude al lugar.

No obstante a empeños y resultados, aún queda mucho por hacer. El líder de los médicos legistas matanceros sueña con un local más amplio y cómodo para la realización del trabajo de su equipo, que a veces se ve limitado por lo reducido del área, sobre todo en lo referente a laboratorio, donde los pasos parecen contados.

Más ahora, cuando la medicina legal de la provincia resuena en escenarios internacionales, en los que claman por la pericia y el conocimiento de los nuestros.

Ello pudiera motivar un fructífero intercambio que incluya la presencia de figuras de renombre en la sede matancera y el desarrollo de proyectos aún más trascendentales, de esos que, de seguro, fortalecerán los necesarios puentes que unen lo biológico y lo jurídico.

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