Jiscly Sensat Beruvides es un guajiro con un nombre equivocado, como él mismo lo reconoce. Es de las personas que sueña en grande para, poco a poco, con esfuerzo, sabiduría y responsabilidad, ir dándole forma a las ideas. Así fue como nació Del Conuco Sabor Sensat, hace apenas un año, justo en noviembre de 2022.
En medio de un contexto difícil en el que la provincia atravesaba las mayores afectaciones de energía eléctrica, Jiscly le daba vueltas en la cabeza a la forma de producir alimentos, uno de los mayores retos de la economía cubana desde hace algún tiempo.
Así, sorteando estos obstáculos y como un homenaje a las mejores tradiciones campesinas que cultivaron nuestros abuelos y tíos, en combinación con más de 30 años de cocina internacional en función de transformar el producto de la tierra, el anhelo de Sensat Beruvides se concretó en un proyecto que apuesta por la agricultura de subsistencia.
“Recogemos la materia prima, la beneficiamos, elaboramos, conservamos y envasamos, previa identificación de los productores, pues nos interesa lo mismo una pequeña porción que una más grande. Comercializamos nuestras producciones con el turismo”, explica Sensat Beruvides.
Lea también: Tercera Feria de Emprendimientos sostenibles, un espacio para la colaboración
Inspirado en las tradiciones culinarias cubanas para la elaboración de salsas, puré, aderezos, quesos, entre otras, este emprendimiento se enfoca en en la elaboración, envase y conservación de alimentos, utilizando el excedente de productos naturales cultivados por el campesino en los conucos como método de agricultura de subsistencia.
Con sede en Boca de Camarioca, estos trabajadores por cuenta propia que comenzaron con siete productos, en la actualidad elaboran 33 y pretenden ampliar su línea hasta alcanzar la cifra de los 200, pues se plantean transformar todo lo que puedan.
“Tenemos una línea de tomate que comprende salsa, salsa para pizzas, kétchup, y una salsa picante. Nuestro producto estrella es el aderezo para todo tipo de alimentos, compuesto a base de cebolla, ajo, ajo porro y ajíes, con una conserva a base de aceite, vinagre y sal.
Además, poseen una línea de productos confitados con miel, la cual aprovecha las frutas del campo como el mango, la guayaba, la frutabomba y el tamarindo. Otras de sus ofertas son las salsas agridulces, los pimientos y cebollas conservados, y los ajos laminados.
“También pensamos desarrollar una línea de lácteos, es decir, presentar el queso blanco con un aderezo; al inicio en pequeñas cantidades, pero soñando se llega lejos, pues empezamos por poner 460 kilogramos de alimentos en el sector turístico y ya hoy alcanzamos las siete toneladas (t) mensuales.
“No utilizamos químicos para la conservación, pero sí hacemos química para poder conservar. Son productos perecederos, que llevan refrigeración siempre. Desde su propia confección defendemos nuestros slogans que apuestan por un producto listo para servir, inocuo, exquisito, exclusivo, ciento por ciento natural y hecho en Cuba”.
Tan solo en 2023 este emprendimiento ha producido 40 t que se han comercializado con el sector del turismo, cifra que pretenden superar poco a poco, con el crecimiento del encadenamiento productivo.
“Tenemos pensado llegar con nuestras elaboraciones a la población en 2024, cuando desarrollemos un nivel de embalaje de bolsa que nos permita un margen de costo adecuado para operar en este segmento poblacional”, agrega Sensat Beruvides.
Mientras, no descuidan su labor social, la cual concretan a través de donaciones de sus productos al Hospital Provincial Comandante Faustino Pérez.
“Ahora estamos creando la cultura en otros productores para que nos hagan llegar materia prima ya en otro estadio del proceso que nos permita tener el producto terminado, no rústico, sino más avanzado como elemento”, agrega.
Soñar no cuesta nada y es casi siempre la antesala para comenzar grandes emprendimientos. En medio de un contexto difícil donde los alimentos escasean, encontrar proyectos como Del Conuco Sabor Sensat constituye un soplo de aire fresco que renueva la confianza en aquella frase de Martí que dice: “Si el hombre sirve; la tierra sirve”.