Que un cubano obtenga «Mención Honorífica» en el Concurso Internacional de Fotografía de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) tiene suficiente connotación, pero si además nació en la Atenas de Cuba, esta se acrecienta para sus coterráneos.
Hace unos días, la organización daba a conocer los ganadores del concurso «Calendario Meteorológico 2024». Las 13 fotografías ganadoras, seleccionadas por un jurado integrado por meteorólogos y fotógrafos de la OMM, formarán parte del calendario digital para el próximo año.
Seleccionaron además en la categoría «Mención Honorable» un número de imágenes que también aparecerán en la portada interior del calendario impreso.
«Este año hemos recibido muchas fotos impresionantes de todo el mundo. Nuestro jurado de expertos eligió las fotografías ganadoras basadas en el mérito técnico y artístico, la popularidad en las redes sociales, el equilibrio geográfico y la relevancia», explicó el organismo especializado de las Naciones Unidas en una nota oficial.
Una de las que obtuvo dicha mención muestra una impresionante formación nubosa, obra del fotógrafo matancero Raúl Navarro González.
El joven la registró el pasado 6 de julio en la Bahía de Matanzas, y es una nube Cumulonimbus arcus, una de las más buscadas por los cazadores de tormentas, por poseer una apariencia tenebrosa, además de tener asociadas características de severidad.
«Estaba en casa”, relata Raúl. “Tengo una aplicación en el móvil que me notifica siempre que cae un rayo. Donde hay un rayo hay tormenta, y las nubes más fuertes son las que tienen descargas.
“Cuando el teléfono me avisó, le dije a mi esposa que me iba a capturar el clima, tomé mi bicicleta y me fui a fotografiar el momento.
“Antes de hacer este tipo de fotos siempre debo tener previsto un lugar donde resguardarnos yo y mis equipos. Una vez en el sitio, comencé a disparar ráfagas con un intervalómetro que tiene la cámara, que permite capturar instantes que suceden en un lapso extenso de tiempo y condensarlo en minutos.
“Es una técnica de video que permite captar imágenes continuas. Comencé a dispararle a la tormenta, pero en poco tiempo se disipó y sentí haber perdido la oportunidad. Sin embargo cuando me giro hacia la Bahía venía esa otra, súper definida, y me decidí por esta última. Casualmente llegaron dos pescadores a hacer un transbordo de carnada, y así nacen estas fotos».
La meteorología estuvo entre los sueños como profesional del joven, un camino que le fue esquivo pero al que años más tarde se logró acercar graduando los niveles de enfoque de su cámara fotográfica. Tal vez es el destino que siempre alcanza su propósito.
«Cuando niño soñaba con ser meteorólogo. Hasta le escribí una carta a José Rubiera para saber cómo podía coger la carrera, pero se estudiaba en La Habana y desistí. Me dediqué a la informática. Ahora que conozco un poco de meteorología, de predicciones y de nubes, pues hago fotos”.
Con todos los riesgos que implica obtener instantáneas sobre tormentas, las fotografías de Navarro dejan ver esa otra parte de Matanzas que la hacen un paraje único en el mundo. Con una geografía privilegiada, entre ríos y con una hermosa bahía, la Atenas de Cuba resulta un escenario ideal.
«Lo más complejo a la hora de perseguir el clima son las herramientas tecnológicas y el manejo que implica. Tengo que seguir las imágenes de los satélites para conocer cómo se van moviendo las tormentas, y lo otro es tener la voluntad de exponerse un tanto a esos peligros; aunque siempre uno debe buscar la manera de mantenerse cercano a sitios de resguardo.
“Estas fotos del concurso, por ejemplo, las tomé cerca del puesto de guardacostas de Matanzas, porque hay que resguardar los equipos y sobre todo tener presente que siempre que se busca hacer fotos de este tipo, la tormenta te va a atrapar».
—¿Y las espectaculares fotos de los relámpagos? ¡Se han vuelto virales en redes! —lo provoco, en referencia a otras imágenes suyas igual de espectaculares.
Raúl Navarro sonríe. «Ah, las fotos de los relámpagos, pues en la ciudad hay muchos puntos altos donde se pueden hacer, pienso que sin representar peligro para la vida. He sentido miedo de hacerlas, pero el resultado vale el sacrificio».
Este artista aprendió fotografía de forma empírica. Confiesa que heredó de su padre la inclinación hacia las cámaras. “Mi papá también es fotógrafo empírico. Crecí viéndolo hacer fotos de quinces y de niños, pero nunca me interesé.
“Fue cuando empecé en la Universidad de Matanzas, en el Departamento de Tecnología Educativa, cuando comenzó todo. Allí teníamos que crear audiovisuales y softwares, etc. Compran una cámara y se inició mi interés por la fotografía.
“La pandemia fue una etapa de aprendizaje muy buena. Durante la covid se creó un grupo de Telegram llamado Enfoque Cubano, donde participaron profesionales de todo el mundo. Todos los fines de semana cada fotógrafo debía enviarle una foto al grupo que debía cumplir con ciertos parámetros técnicos. Era el momento de evaluar los trabajos, retroalimentarnos. Recibí algunos cursos virtuales, puedo decir que todo lo aprendí en la etapa de la pandemia”.
El fotógrafo agradece este premio a su amigo, el meteorólogo Henry Delgado Manzor. “Siempre me envía las convocatorias y este año sí me decidí a participar.
“Este premio es diferente porque, aunque no sea en metálico, representar un catálogo fotográfico en una organización mundial es un tremendo logro que me permite posicionar mi trabajo y visibilizar Cuba y Matanzas especialmente”.
Raúl Navarro es fotorreportero del periódico Girón desde agosto de 2022. Su primera experiencia laboral tras el lente en el medio fue en la cobertura al incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas. Sus imágenes de aquella tragedia recorrieron el mundo. (Por Jessica Ruffin)
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