Tocar en el Festival Atenas Rock marca un antes y un después para cualquier banda del país. Para el joven grupo de punk Little Ponny, representó un momento aún más especial, pues lograron participar en la pasada edición del evento pese al poco tiempo que llevaban como agrupación.
Para conocer un poco sobre este nuevo elenco de muchachos, decidido a defender un género que tanto público mueve en Matanzas, conversamos con su director y baterista, Amed Beltrán Trujillo, y su vocalista, Carlos Manuel Fentes.
—¿Cómo conformaron el grupo?
Amed: “La banda surge por la idea de una muchacha que quería formar un grupo para tocar temas «fresas» por los bares de la ciudad y hacer unos pesos. El formato iba a ser sencillo: cantante, cajón y guitarra.
“La muchacha en cuestión me presenta a Kevin Mora, nuestro actual guitarrista, que nada más que llegó sacó su guitarra eléctrica y le dijimos que no era lo que buscábamos, que nos interesaba un sonido más acústico, pero él quería tocar de todos modos y al final lo dejamos, imagínate tú.
“Lo cierto es que Kevin me enamoró, profesionalmente hablando, y decidí que ya no quería formar una banda para bares, ahora quería un grupo de rock. Así que nos pusimos a buscar una batería y un bajista porque en la voz ya teníamos a Carlos.
“Resolvimos lo primero, y para lo segundo dimos con Lucian Hernández y empezamos el nuevo proyecto. Reconozco que todo pasó rápido y realmente fue un poco loco, pero creo que eso al final fue positivo y nos unió más.
“Primero empezamos a trabajar con covers, dimos nuestros dos primeros conciertos en el espacio Mano a Mano, invitados por la banda del mismo nombre; y luego de un período de receso comenzamos a componer nuestros temas propios.
“Después, un grupo al que queremos y admiramos tanto como Médula, nos invitó para que fuéramos sus teloneros en un concierto en Varadero. Para mí ese momento fue ese punto de no retorno, donde te das cuenta de que estás haciendo lo que realmente te gusta y que a partir de ahí no hay vuelta atrás”.
—¿Cómo es eso de que le cambian el nombre al grupo en cada concierto?
Carlos: “El nombre oficial ya es Little Ponny, pero pasamos tremendo trabajo para escoger uno porque teníamos muchas propuestas, y cuando ya nos decidíamos por una aparecía otra que nos gustaba más.
“Primero nos llamamos Insane Connection, Los Guasones Mejicanos, Helado Cremoso, Los niños del saco, Hot Blood, Fondo de Bikini y otros más que se nos han ido olvidando por el camino, hasta que nos pusimos de acuerdo con el nombre actual.
“Lo que sí quedó el chiste, porque como al principio cada vez que la gente preguntaba por el nombre de la banda le decíamos uno distinto, ahora cada vez que empezamos un concierto presento la banda con un nombre diferente, el primero que me venga a la cabeza, y ya después explicamos la broma y esas cosas”.
—He comprobado que tienen un trabajo sostenido de promoción mediante las redes sociales para que su público sepa todo el tiempo qué es lo próximo que van a hacer. ¿Cómo lo preparan?
Amed: “Nosotros mismos diseñamos las fotos y las infografías que publicamos en nuestras redes, e intentamos generar contenido todo el tiempo; primero, para darnos a conocer, y segundo, para generar expectativa en aquellos a los que ya les gusta el trabajo que hacemos, y sobre todo poder intercambiar constantemente con ellos.
“Publicamos fotos de los ensayos, de los conciertos, tanto en los que tocamos como a los que asistimos como público, para mostrarnos tal como somos; y creo que nos ha funcionado bastante.
“Desde un primer momento establecimos que esa sería la dinámica con la gente que nos sigue. Queremos hacer amistades donde quiera que vayamos y que los que asistan a nuestros conciertos se lleven esa misma sensación de cercanía y de complicidad que buscamos transmitir en el escenario”.
—¿Por qué el punk como género?
Carlos: “Cuando empezamos a nadie del grupo le gustaba el punk, nada más a mí, pero les dije desde un principio que los rockeros de Matanzas le “descargan” a Green Day (grupo de rock estadounidense) y que si tocábamos sus canciones a la gente le iba a agradar.
“Al final di tanto el berro que me hicieron caso y resultó que yo tenía razón. Después, a la hora de componer, tomamos inspiración de otras bandas, como The Ramones y Sex Pistols, y logramos un estilo muy personal, más «fresa», pero con mucha energía.
“Creo que el punk nos permite disfrutar de la música que hacemos junto con el público, es un género muy divertido en todos los sentidos y transmite sobre todo juventud y rebeldía”.
—¿Qué significó para ustedes presentarse, en su primer año como banda, en la pasada edición del Festival Atenas Rock?
Amed: “Hemos tocado en varios lugares de la ciudad de Matanzas, en Cárdenas, en Varadero, y recientemente en Sancti Spíritus; pero nada se compara con el Atenas: esa casi media hora de concierto representa ahora mismo el punto más alto de mi carrera artística.
“Había escuchado lo increíble que era vivir esa experiencia de boca de otros músicos amigos y pude comprobar en carne propia que tenían razón. El espacio Entre Puentes estaba lleno a reventar de público y el ambiente era maravilloso.
“Reconozco que, cuando empezamos a tocar delante de toda esa gente y recibimos ese cariño y apoyo por parte del público, fue cuando sentimos de verdad que lo que estábamos haciendo valía todo el esfuerzo y empeño del mundo. Al llegar a la última canción no queríamos bajarnos del escenario, y te digo que si hubiera dependido de nosotros nos habríamos quedado a vivir ahí.
“Dejando a un lado las emociones, el Festival fue una experiencia inolvidable y el hecho de que hayamos podido participar fue el mejor reconocimiento que pudimos recibir. Nos dio fuerzas para seguir tocando y defendiendo nuestra música. Que Matanzas sepa que hay Little Ponny pa rato y esperamos seguir construyendo establos rosados por todo el país”.