En contadas ocasiones la vida ofrece la posibilidad de conocer auténticos valores humanos. Lo resumo en los infantes del Hogar de Niños sin Amparo Familiar, con los que tuve la dicha de viajar por sitios históricos y turísticos del sur de nuestra provincia.
Desde la llegada a la institución educacional, aledaña a la calzada General Betancourt, en el barrio yumurino de La Playa, se aprecia el confort que reciben los pequeños.
Desde el 1ro. de junio de 1986, fecha inaugural del centro, el personal acoge a los menores desamparados por diversas causas de índole filial. Resultan sumamente importantes la formación general, las actividades recreativas o la atención médica que reciben durante su estancia, por parte de profesionales ejemplares.
En la mañana del viaje, Haschel, Leuren y Marc Antony –quizás el más inquieto del grupo–, todos mostraban en sus miradas lo poco que habían acariciado el lecho y, con las primeras luces del día, ya estaban listos. Un inusual nerviosismo los dominaba, hasta la llegada del ómnibus que los trasladaría hacia los sureños territorios de Jagüey Grande y Ciénaga de Zapata.
Había que oírlos durante el paso por diferentes lugares vistosos y de interés natural o edificado por la mano del hombre. Así arribaron al Museo de la Comandancia, en el antiguo central Australia, donde apreciaron videos, fotos, carteles y, en especial, el teléfono utilizado por Fidel durante los acontecimiento bélicos de Playa Girón, además de otros pertrechos de guerra del inolvidable momento histórico.
Posteriormente, niños y acompañantes estuvieron en el criadero de cocodrilos más grande de Cuba, ubicado en la Laguna del Tesoro, en el Parque Natural de la Península de Zapata, donde hubo emociones a granel al ver a los reptiles. El paseo por el centro resultó atractivo, sobre todo por la escalada de puentes y lagos pequeños, algunos saturados de los peligrosos saurios.
La próxima escala fue el Museo Playa Girón, donde museólogos e investigadores ofrecieron cálida bienvenida a la delegación. Los visitantes recorrieron distintos salones y áreas expositivas. Sus rostros denotaban respeto por quienes ofrendaron sus vidas para que ellos, hoy, reciban en su patria el bien sagrado de educarlos y formarlos.
En las históricas arenas de Girón, en una playa cercana a los sucesos bélicos, resumieron espontáneamente su presencia en el lugar.
La jornada resultó grata, engrandecida por sus protagonistas, siempre acompañados por directivos de Educación, como el licenciado Pedro Rodríguez Ruiz. Los retoños de la nueva sociedad ahora comprenderán mejor por qué, en medio de muchas dificultades, debemos seguir luchando por conquistar toda la justicia.
