Pocas veces la fotografía se empareja tan bien con el lienzo como en la primera muestra personal de la joven artista del lente Gio Fernández, abierta al público actualmente en la Galería Provincial Pedro Esquerré.
Gio es el seudónimo de Susana Fernández Bencosme (Matanzas, 2004), quien con solo 18 años se alzó con el Premio de Adquisición del Salón Roberto Diago Querol.
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Ahora el principal espacio expositivo yumurino nos regala sus Artificios, título bajo el cual se reúnen 12 piezas de gran formato que recogen su visión del estilo fine art, una tendencia en la que predominan lo estético y lo pictórico por encima de la realidad.
Como espectadores, la primera sensación que nos embarga, tras cruzar las puertas de la sala, es ingresar a una atmósfera imaginaria donde se han abolido las fronteras del tiempo y del espacio.
Decía el filósofo griego Aristóteles que “el arte imita a la vida”, pero en estas imágenes ocurre justamente lo contrario: la vida busca desesperadamente encontrarse con la perfección artística, rozar el aura de los grandes maestros.
En un sentido estrictamente posmoderno la creadora viste la piel de un pintor del período barroco y juega con los temas clásicos, sus texturas visuales y una luz efectista que modela los volúmenes y subraya la metáfora. Todo esto desde las antípodas de los recursos plásticos de la época, usando la fotografía, el retoque digital y la inteligencia artificial.
Con un fuerte carácter narrativo, son obras en las que el observador disfruta de mil y una historias sugeridas. En La carta, por ejemplo, una chica con gorguera y terciopelo (ella misma, pues se trata de un autorretrato) mantiene sus ojos fijos en un papel aún humeante que ha rescatado del fuego y la curiosidad nos asalta: ¿qué enigmático mensaje esconde?
Secuencias como el tríptico Lavandera o el díptico El perfumista discurren en varios niveles de lectura, desde los más evidentes, los avatares de sus respectivas profesiones, hasta los más osados: cierta sensualidad velada y una mirada cargada de ambigüedad, no sabemos si de ángel o demonio.
Su pequeña revolución dentro de la tradición (su incipiente sello, quizás) lo pone Gio en piezas como Las modelistas navales o Las botánicas cuando ubica a mujeres en espacios eminentemente masculinos.
En sus palabras de presentación, la crítico y curadora Helga Montalbán al referirse al “universo que imaginan y crean en estas imágenes”, se preguntaba “¿Son los roles sociales, los roles de género, construcciones artificiosas como el propio arte?”
Si usted es de los que aman los enigmas, en Artificios encontrará una propuesta disfrutable desde sus múltiples fábulas, singular a la luz del contexto de las artes plásticas matanceras, y llena de interrogantes. ¿Hacia dónde se encamina la poética de esta joven artista?¿Qué otros mundos ignotos podrá revelarnos?
Excelente recorrido por el arte de Hijo, bendiciones y felicidades princesita