A finales de agosto de 1984, un chivo de poco más de dos años causó sensación en el cardenense batey Regalito de Maya. El semental caprino, de nombre Gregorio, perteneciente al agricultor Ramón Vega, producía ¡leche!
Vega poseía más de 60 cabras y tributaba el nutritivo líquido al Hospital Pediátrico Provincial.
El cuadrúpedo Gregorio, de carácter juguetón y enamoradizo, padre de 100 críos, en los últimos días había modificado su conducta y hasta detestaba a las hembras de su especie.
A punto de deshacerse del “antiguo” semental, su dueño detectó que en la bolsa testicular Gregorio mostraba dos pezones de los que “goteaba un líquido blanquecino”. Entonces se decidió a ordeñarlo y obtuvo medio litro de leche. Para comprobar su pureza, se lo dio a probar a la cotorra Margarita, mascota de su vecina.
Con los días, cuando el ordeño concluía, el sorprendente Gregorio recuperaba su carácter habitual y hasta volvió a “montar” cabras.
El caso, primer reporte de su tipo en la provincia matancera, respondía al hermafroditismo, fenómeno biológico en el que un ser vivo presenta órganos reproductores de los dos sexos.
El espectacular chivo Gregorio, productor de leche, y la cotorra “catadora” Margarita, forman parte de la memoria e historia del pequeño y apacible caserío rural. (Adrián Álvarez Chávez. Ilustración: Carlos J. Hoyos)
