En días recientes hemos disfrutado del desempeño de los gladiadores cubanos en los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023. Los atletas no solo llegaron hasta lo más alto del podio en sus respectivas categorías, también pusieron el nombre de Cuba en el pedestal que tanto esperaban los aficionados.
Nuestros deportistas vencieron en los combates que desarrollaron en la capital salvadoreña, y también salieron victoriosos ante las adversidades como los entrenamientos que muchas veces carecen de los recursos necesarios. Enfrentaron sus batallas sin tener las mejores instalaciones deportivas y muchas otras cuestiones las cuáles enfrentan día tras día sin miedo alguno.
Es válido destacar la labor realizada por las féminas, tenían como pronóstico alcanzar una sola medalla de oro, objetivo que superaron con creces alcanzando cinco preseas doradas y una de bronce, demostrando que todas pueden mostrar su mejor nivel en eventos de calidad.
En total los antillanos alcanzaron 18 medallas, 15 de oro y tres de bronce. Labor que nos llena de orgullo y satisfacción a todos los seguidores de este deporte. Resaltar a los entrenadores cubanos. Ellos son el ejemplo de sabiduría, consistencia y perseverancia con sus guerreros. Para estos hombres y mujeres no hay ganancia mayor que ver a sus pupilos luciendo la bandera de la estrella solitaria en la ceremonia de premiaciones.
Tenemos que valorar a nuestros guerreros no solo por sus resultados, sino por su entrega, sacrificio y disciplina que es de vital importancia. Merecen todo nuestro apoyo, cariño y admiración. Los órganos competentes deberían preocuparse por estimular a estos gladiadores que sin muchos recursos materiales enfrentaron a cada oponente que se interpuso en su camino y le demostraron que Cuba no es una simple isla en el Caribe. (Por Oscar David Piñera Guillot, estudiante de periodismo)