Una nueva joya en el Futsal cubano

Detrás de una incesante sonrisa y una pequeña figura se esconde «Mendy»: Ray Wuilliam Latty Rodríguez (Santiago de Cuba, 2004) es un jugador que representa a la provincia de Matanzas por segundo año consecutivo en la Liga Nacional de Futsal primera categoría. 

¿Qué te motivó para acercarte al mundo del fútbol?

«Yo era jugador de baloncesto y no muy bueno. El mismo profesor de la disciplina me dijo que no estaba hecho para ese deporte. Seguía y seguía intentándolo, hasta que un buen día me detengo a ver cómo los demás practicaban el fútbol y desde ese entonces mi pasión por el balompié no ha cesado. Hoy en día, no me arrepiento de haber tomado aquella decisión.

«Un día, como otro cualquiera, en un torneo de Futsal que se celebraba en el gimnasio Antonio Nores, de Cárdenas, el árbitro internacional Reinier Fiss se acercó a mí y me dijo que le gustaba mi manera de jugar fútbol. Después, me mandó a la Universidad de Matanzas a buscar al profesor Papucho para que me indicara qué debía hacer para iniciar los entrenamientos con la preselección del conjunto matancero con vistas al Nacional de la categoría.

Con apenas 17 años te llamaron a la preselección nacional del equipo Sub-20 que participaría en Torneo Regional del Caribe en Guatemala. ¿Qué representó este paso para ti? 

Estar en el Sub-20 el año pasado representó mucho a nivel personal. Allí estuve con los mejores jugadores actuales que tiene Cuba y ellos me ayudaban con su experiencia, porque estaba también con el Sub-23. Todo fue genial, fui feliz porque significó una gran sensación para mí estar entre todos ellos y atravesar momentos complejos. Aprendí mucho.

Hace unos días inició el Campeonato Nacional de la categoría, ¿cuál es el principal objetivo del Team Matanzas y cómo se han preparado para ello?

El principal objetivo de nosotros es estar en las medallas, entre los tres primeros de Cuba. Estamos pensado en eso y que sí se puede, porque equipo hay, esfuerzo hay y mucha dedicación a esto también le tenemos. Este año nos hemos preparado tan bien que ahora mismo los resultados son los mejores del país. Hemos logrado cuatro victorias en cuatro presentaciones, lo que representa 12 puntos en el total, colócandonos en la primera posición del grupo. 

¿Cómo te preparas mentalmente para cada partido? 

Cada vez que salgo a la cancha solo pienso en superarme a mí mismo y buscar más. Miro en los vídeos los errores que cometo para no repetirlos, entreno mentalmente y me limito a pensar en el partido, y en cómo quiero que me salgan las cosas.

¿Cómo te mantienes en forma fuera de la temporada?

Fuera de la temporada, un mes antes de que empiece el provincial, me preparo tanto mental como físicamente y me mantengo corriendo. Trazo una rutina y empiezo a hacer planchas y abdominales, todo eso antes de que nos llamen para los entrenamientos antes del Campeonato Nacional. 

¿Qué representa para ti ser alumno de Eduardo Morales «Angola», considerado por muchos el mejor jugador de sala de nuestro país?

Eduardo es una persona impresionante, soy muy feliz de compartir y estar con él cada minuto, cada semana y cada día. Es lo mejor que tiene y tuvo Cuba, esa es mi opinión. Aparte de entrenador, amigo, padre, maestro, es muchas cosas para este equipo y significa mucho para nosotros y tengo un respeto grandísimo hacia él. Es el mejor sin dudas.

¿Cuánto aprecias el trabajo de tus entrenadores, Eduardo, Anyelo y Papucho?

Ahora mismo debería estar pasando el Servicio Militar y gracias a estos padres míos, sí, porque así los considero, me otorgaron la licencia deportiva después de tanto tiempo de sacrificio. Siempre han confiado en mí, y por ello tengo que luchar por no defraudarlos. 

Fue difícil llevar al mismo tiempo el estudio y el deporte, pero poco a poco las cosas se me fueron dando. En la escuela obtuve buenos resultados y en el otro ámbito fui venciendo los obstáculos que la vida me impuso. 

Recientemente te dieron la noticia de que te habían convocado por segunda ocasión a la preselección del Cuba Sub-20. ¿Cómo recibes esta buena nueva? 

Es una gran satisfacción ser llamado nuevamente a la preselección del equipo nacional por segundo año consecutivo. Este año vengo con más experiencia competitiva y creo que voy a rendir mucho más, a pesar de las lesiones. Mi sueño es vestir las cuatro letras de Cuba y si lo consigo voy a dejar la piel en el terreno por mí y por mi familia. 

(Por: Pablo Ridel Junco Sánchez, estudiante de Periodismo) 

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