Narváez, un espacio que hay que preservar

No sé cuándo Nárvaez dejó de ser un paseo peatonal para convertirse en atajo de motos, motorinas y bicicletas.

No sé cuándo Nárvaez dejó de ser un paseo peatonal para convertirse en atajo de motos, motorinas y bicicletas. Hace tres días, mientras hacía mi camino habitual hacia el centro de Matanzas, vi con horror cómo el chofer se desvió de la calzada y se internó en esta céntrica arteria.

Curiosamente un comentario suyo me hizo notar que la corrosión del puente de Tirry era enorme: “Falta poco para que se caiga”, me dijo, mientras intentaba esquivar a dos o tres motorinas que le frenaban el paso parqueadas frente a los bares y a unos muchachos vestidos de uniforme que a esa hora intentaban encontrar una sombra que calmara algo las altas temperaturas.

Confieso que no le dije nada. Me quedé muda. Me costó creer que a plena luz del día se cometan tales indisciplinas, sin ningún freno u objeción. Que otros se sumen a esta travesía por ahorrar un poco de combustible (ojo, que en nada favorece el precio), sin respetar las normas más mínimas de convivencia social.

Pensé en ese momento en lo degradada y maltrecha que estuvo por años esa ribera del Río San Juan, que fuera en el siglo XIX una de las principales arterias comerciales de la primera urbe moderna de Cuba, donde se acopiaba el azúcar que llegaba por el río desde la ciudad industrial. 

Casi una década en el oficio del periodismo te da la habilidad de hacer una cronología mental de muchos de los hechos que ocurren en una provincia. Por eso tampoco pude evitar pensar en cuando el atrevido Plan Maestro de la Oficina del Conservador de la Ciudad y muchos arquitectos, constructores, ingenieros, profesionales cualificados, echaron pie en tierra para rescatar porciones de Narváez que poco a poco se fue convirtiendo en un corredor cultural.

Para fortuna nuestra, Matanzas fue otra estéticamente hablando después del aniversario 325 de su fundación, y este espacio aportó, además de establecimientos gastronómicos y culturales a los que asistir, esa nota bohemia que acunó por mucho tiempo esta ciudad de ríos y mar, cuna de los más nostálgicos poetas.

Por eso me duele que a tan solo unos meses de haber recibido este sitio una mención en la categoría de Restauración en el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos por comprender la revitalización de una de las calles más antiguas y dinámicas de Matanzas, proliferen indisciplinas como estas que, además de atentar contra ese patrimonio, ponen en peligro su funcionalidad.

Si a ello se suman otras como sentarse inadecuadamente en los bancos, el irrespeto a las estatuas, lanzar basura a la calle o no cuidar con el debido respeto la esencia de los que es ese sitio hoy, entonces la esmerada cultura del detalle con la que fue concebido quedará en el olvido.

Que quede claro que Narváez es un Paseo Peatonal Cultural, en ningún caso una vía de tránsito para motos u otros vehículos. Es un lugar privilegiado por sus visuales, un proyecto integrador que ha posibilitado la convivencia armónica de galerías-talleres con otras propuestas gastronómicas culturales.

Por otra parte, las autoridades competentes deben estar más pendientes de que no se produzcan estas indisciplinas y, de ocurrir, pues actuar en consecuencia con lo que dictamina la ley para cada caso.

En medio de las escaseces y el estrés cotidiano, sentarse en el muro del malecón y contemplar las tranquilas aguas del San Juan constituye motivo de regocijo para muchos amantes de la urbe. Preservar uno de sus sitios más concurridos es también velar porque se respete el patrimonio, la civilidad y el esparcimiento de los que habitamos la Atenas de Cuba, y el mejor regalo a esta bella ciudad en sus 330 años. 

Lea también: Los pescadores de Narváez (+Fotos)

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Sobre el autor: Jessica Acevedo Alfonso

1 Comment

  1. MUY BUENO EL ESCRITO SOBRE LAS INDICIPLINAS ,FALTA DE EDUCACIÓN ,LAS COCHINADAS DE BOTAR BASURAS ETC
    LA CIUDAD COMO LAS DEL RESTO DEL PAÍS ESRAN EN LAS MISMA SITUACIÓN ,ESTAS GENERACIONES NUEVAS deformadas desde sus hogares y escuelas ha sido como sembrar vientos y ya hace rato están recogiéndo tempesrades y a la vez con estas inmigraciones donde llegan vienen con esas deformaciones que lo que hacen es ser mal vistos,pues traen los malos hábitos,músicas estridentes que ya hay rechazo a los cubanos
    Y MTZ CON ESAS INMIGRACIONES DEL,ORUENTE DEL PAÍS HAN IDO DESTRUYENDO TODO

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