Suman 33 los estudiantes de la Escuela Profesional de Arte de Matanzas que concluirán estudios este año, educandos que con vocación, aliento pedagógico y apoyo de la familia, sortearon carencias materiales en una de las enseñanzas más vulnerables a los efectos del bloqueo económico de los Estados Unidos a Cuba.
Aymara Martínez Almeida, directora de la institución, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que seis alumnos de artes visuales y 27 de música, efectuarán sus ejercicios de culminación de estudios en jornada que comenzó el día 5 último y se extenderá hasta el venidero viernes 23.
Tras años de formación no exentos de percances por la deficiente disponibilidad de instrumentos o accesorios para reparar los que se tienen, los jóvenes artistas demuestran sus habilidades en importantes instituciones de esta ciudad, como la Galería Pedro Esquerré o la Sala de Conciertos José White.
María de Lourdes Camerón Vázquez, quien ofreció hoy su recital de graduación como violista, confirmó emoción profunda por presentarse en la Sala de Conciertos José White, un sitio de notable valor histórico y prestigio cultural.
Sería el de la enseñanza artística en Cuba un camino menos tenso si desapareciera el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos, ese que encarece la obtención de base material de estudio y limita el desarrollo económico que podría revertirse en mayores presupuestos.
Si analizamos cátedra por cátedra de la Escuela siempre encontraremos necesidades pero lo que hacen los muchachos es crecerse ante eso, como siempre hace el cubano, y también a ello ayuda el claustro de profesores, porque cuando faltan materiales, el claustro define, opinó Isnel Ferrales, jefe del departamento de Música.
Lázaro Pomares Aldana, jefe de la cátedra de Percusión, resaltó la necesidad de incentivar en Matanzas el oficio del lutier o reparador de instrumento, importante figura que no es frecuente en la provincia y resulta imprescindible para extender la vida útil.
Cada graduado en la Escuela Profesional de Arte de Matanzas constituye sin dudas orgullo para la institución, porque detrás de cada cuerda sustituida o instrumento reparado, existe una historia de sacrificio y vocación profunda.
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