El frenético desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y el fácil acceso a las mismas han hecho saltar las alarmas en todo el mundo ante el cambio radical que representa para nuestras vidas.
Ahora mismo podría preguntarte: ¿Qué garantías tienes de que este texto que estás leyendo no fue generado mediante una IA? ¿Cómo comprobar que existe el factor humano? Y lo mismo aplica para ilustraciones, fotografías y diseños.
A la larga, las mayores preocupaciones respecto a este tema girarán en torno a su potencial aplicación militar, pero de momento las controversias sobre su uso se centran en cuestiones mucho más prácticas y cotidianas, como respuestas de mensajería automatizadas y estudiantes que elaboran complejos trabajos investigativos con solo escribir algunas directrices y dar un clic.
¿Nuestro país está preparado para afrontar el cambio? ¿Tenemos los mecanismos para identificar qué contenido es real y cuál no? ¿Cómo afrontará el sistema de educación cubano los nuevos retos que impone la inteligencia artificial? En este reportaje intentaremos dar respuesta a estas interrogantes.
¿QUÉ ES UNA IA?
Apenas hace unos meses fue que escuchamos hablar por primera vez sobre ChatGPT. A partir de entonces el tema se volvió un típico caso de ilusión de frecuencia, porque desde entonces nos salen las inteligencias artificiales hasta en la sopa.
Una IA es un modelo matemático capaz de generar patrones y responder intuitivamente a partir de lo que le han enseñado los programadores. Los sistemas son entrenados con grandes cantidades de información y establecen patrones dentro de todos esos datos, de modo tal que puedan devolver la respuesta más precisa.
Un ejemplo sencillo podría ser el siguiente: si entrenas una IA con todos los datos posibles sobre los jabones y le preguntas sobre la fabricación de este producto de aseo, posiblemente te explique con lujo de detalles el proceso de producción; pero si le preguntas por un tipo de arroz, su respuesta será un disparate, porque no es parte de su información de entrenamiento.
Lo que sucede con herramientas como GPT, la IA detrás de ChatGPT, es que maneja enormes cantidades de información, por lo que no es de extrañar que pueda ofrecernos respuestas coherentes sobre casi cualquier tema.
Incluso, puede llegar a autodefinirse si le preguntas sobre sí misma: “Soy un sistema de chat basado en el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial desarrollado por la empresa OpenAI. Soy un modelo entrenado con grandes cantidades de texto para realizar tareas relacionadas con el lenguaje, desde la traducción hasta la generación”.
LOS BENEFICIOS PARA LA EDUCACIÓN
Las principales aplicaciones de la IA en el sector educativo se aprecian en la utilización de sistemas capaces de personalizar la experiencia de cada estudiante de manera automática. Walfredo González Hernández, Doctor en Ciencias Pedagógicas y Profesor Titular de Ingeniería Informática en la Universidad de Matanzas, explica que el propio sistema puede tomar decisiones sobre qué es lo mejor que se puede hacer en cada caso para mejorar el desempeño de cada alumno.
Con este tipo de herramientas los profesores pueden monitorear las actividades de sus estudiantes y obtener informes muy exactos sobre dificultades específicas e, incluso, encontrar sugerencias sobre cómo actuar y responder ante disímiles situaciones.
Según nos explica Walfredo: “En Cuba no he visto mucho de inteligencia artificial en la educación, solo sé de un sistema capaz de determinar el estado de ánimo de un estudiante frente a determinado material de estudio, que lograron en la Universidad Marta Abreu, de Las Villas.
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“Aquí, en la Universidad de Matanzas, no tenemos algo así, aunque sí existen proyectos, de los mismos profesores del departamento y también de las tesis de grado de nuestros alumnos.
“El logro más importante a mi entender fue que un estudiante creara un sistema de reconocimiento de patrones para traducir el lenguaje de señas a una frase textual y viceversa mediante una red neuronal que captaba los patrones en las formas de las manos y determinaba las palabras”.
Otro de los proyectos que planea implementar el Departamento de Ingeniería Informática consiste en automatizar algunos procesos en la plataforma virtual que la universidad emplea para la educación a distancia.
“La primera vez que llegas, los conceptos que puedes resolver están en amarillo y los que no, en rojo. Cuando vences el primer tema, automáticamente se pone verde y todos los temas que dependían de ese, cambian de rojo a amarillo.
“Vas caminando por el entorno solo y estableces tus propias rutas de aprendizaje dentro de la asignatura. Cada mapa dependerá del estudiante que lo use. Entonces, el profesor puede saber cuáles son las dudas del alumno, qué información le interesa y si busca más allá de la información de la clase, por ejemplo”, nos cuenta Wilfredo.
INTELIGENCIAS ARTIFICIALES MATANCERAS
Escondida de los curiosos y visitantes, se encuentra la entrada y el cartel del Centro de Estudios de Fabricación Avanzada y Sostenible (CEFAS). Un lugar especializado en la investigación científica y la innovación en procesos de manufactura mecánica, pertenece a la Facultad de Ciencias Técnicas de la Universidad de Matanzas.
Su director, Ramón Quiza Sardiñas, nos explica que su trabajo se enfoca en tres líneas: en primer lugar, la fabricación inteligente, que consiste en la aplicación de técnicas de IA para monitoreo, optimización y modelación de procesos de fabricación; la segunda línea está dirigida al desarrollo de sistemas de producción para pequeñas y medianas empresas; y la tercera, en la elaboración de dispositivos biomédicos.
“Somos un centro de estudios y tenemos tres niveles dentro de las investigaciones: en la base están los trabajos de los estudiantes de grado, en el medio los de los maestrantes, y finalmente las investigaciones de los doctorandos”.
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Varios de los investigadores del CEFAS trabajan en proyectos que incluyen Inteligencia Artificial, ya sea como herramienta o como parte de procesos investigativos; sin embargo, Quiza Sardiñas nos comenta que muchas veces los alumnos de pregrado que colaboran en las investigaciones realizan tareas en las que utilizan IA, pero sin ser conscientes totalmente de su uso.
EL LADO OSCURO DE LA IA
“Una de las preocupaciones principales en el campo educacional con respecto a la IA tiene que ver con el plagio y la suplantación de identidad”, comenta Walfredo, “le puedo decir a ChatGPT que me redacte, digamos, un texto sobre las aplicaciones de la IA en la educación, me lo redacta y después puedo decir que lo escribí yo, sin consecuencias”.
Aunque en todo el mundo las universidades utilizan programas antiplagio, lo cierto es que hasta ahora ninguno es infalible detectando los textos escritos por IA. Por el tipo de entrenamiento que tienen estos sistemas, que se perfeccionan constantemente, hacen difícil seguir su paso de mejora.
En cuanto a la suplantación de identidad, Walfredo cuenta que es común sobre todo en las evaluaciones: “puedes estar haciendo pruebas en línea y las respuestas te las da un robot programado para eso y entonces mucha gente tiene miedo de las pruebas a distancia, incluso las grandes universidades tratan de no hacerlas.
“Otra de los problemas que puede provocar la IA, relacionado con los procesos educativos, es la revisión de tareas, trabajos investigativos e, incluso, las tesis. Se hace realmente complicado para nosotros diseñar un mecanismo eficiente que evite que los alumnos hagan trampa y esta situación ahora mismo afecta a todos los niveles del proceso de enseñanza aprendizaje en Cuba”.
Las evaluaciones sistemáticas y los exámenes presenciales son hasta el momento la solución más eficiente en nuestro país para enfrentar a las IA. Un retorno a clásicos métodos de evaluación que permite medir las capacidades reales de los estudiantes.
¡TODOS NOS QUEDAREMOS SIN TRABAJO!
Como explica Ramón Quiza Sardiñas: “Existe mucha información alarmista sobre la Inteligencia Artificial. Este nuevo interés por el tema viene dado dentro de un contexto revolucionario en la tecnología, que obviamente trae consigo inestabilidad e incertidumbre.
Durante la Primera Revolución Industrial en Inglaterra, el movimiento Ludita promovió el rechazo a las máquinas y la automatización debido a que supuestamente estas los dejarían sin empleo. Ello provocó que miles de artesanos y obreros cualificados enfocaran su frustración en meras herramientas.
“Cuando se inventaron los motores de vapor, los obreros los destruían por temor a perder sus trabajos. Cuando la revolución en la automatización y la robótica, muchos pensaron que el robot lo haría todo. Ahora pasa lo mismo con ChatGPT.
“A la larga, las nuevas tecnologías benefician a la humanidad, pero no a todas las personas. Con el motor de vapor, el hombre que trabajaba sacando agua de una bomba en una mina perdió su trabajo, sin embargo, aparecieron los mecánicos del motor de vapor. El problema es que muchas veces a las personas que les toca vivir la transición les cuesta adaptarse, buscar una nueva utilidad y quedan fuera del juego económico”.
Por otra parte, Walfredo indica que las herramientas tecnológicas son buenas o malas en dependencia del uso que les damos y es algo que les recuerda siempre a sus estudiantes. Sin embargo, cree que a los alumnos deben dárseles todas las herramientas informáticas posibles para que puedan avanzar.
La Universidad de Matanzas, como otras tantas en el mundo, vive un momento de cambio. En Cuba, desde el punto de vista didáctico, se entiende a los profesores como planificadores y controladores del proceso educativo; según piensa Quiza Sardiñas, el reto empieza por ellos, que deben aprender a usar las nuevas herramientas para sacarles el mayor provecho posible e integrarlas a sus planes de estudio. Por otra parte, le preocupa lo poco que se aborda el tema fuera de las carreras relacionadas con la informática.
LA CLAVE ES ADAPTARSE
La opción no debe ser prohibir el uso de la IA, como sucedió en Italia el 31 de marzo de este año según el anuncio por parte del Garante italiano para la Protección de Datos Personales, sino aprender a sacar provecho de las ventajas que nos ofrece.
Las dos fuentes principales de este trabajo declararon usar ChatGPT como herramienta de estudio y cada vez son más los estudiantes universitarios que utilizan estas tecnologías por las facilidades que ofrecen. Verlo solo como una vía para hacer trampa en los trabajos a entregar sería una visión muy limitada sobre el fenómeno.
Como recalcó varias veces Quiza Sardiñas, es necesario descubrir cuáles son las nuevas habilidades que va a exigir esta nueva economía que se está formando a raíz de la revolución tecnológica que vivimos. Y las universidades, como centros de estudios avanzados, indiscutiblemente forman parte de esta renovación.
Actualmente hay tres herramientas gratuitas especializadas en la detección de textos escritos por IA: Writer, ChatGPT Detector y GPTZero. Aunque sus resultados continúan sin ser totalmente precisos. La clave radica entonces en adaptarse y no en enfrentar diametralmente a las Inteligencias Artificiales.
Lo que sí es una realidad que tenemos que asumir es que esta revolución tecnológica exige una revolución en materia de educación. Cuanto antes asumamos el cambio, menos brusca será la transición.
En definitiva, las IA son solo nuevas herramientas para facilitarnos el trabajo y la vida en general. Su utilidad y provecho dependerá de cómo las usemos, lo demás es cuestión de adaptarse.
(Por Patricia Mesa y Boris Luis Alonso Pérez)
Excelente artículo. Coincido plenamente con el criterio del Dr. Quiza y felicito al CEFAS por el trabajo que vienen realizando