CDR: nuevos tiempos, nuevos retos

Llamados a actualizar sus métodos de trabajo acorde a los nuevos tiempos, a modificar las estructuras de base e incorporar a las nuevas generaciones a este trabajo en la comunidad, llegan los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) a las asambleas previas a su X Congreso.

Sobre la marcha de este proceso en Matanzas, sus características y objetivos y los retos que ocupan hoy a la dirección de esta organización de masas, conversamos desde el periódico Girón con Norlenis Serpa Santos, coordinador provincial de los CDR en el territorio yumurino.

¿Qué actividades centran la atención de los CDR en Matanzas de cara a su 63 aniversario?

—Estamos inmersos en las asambleas de cara al X Congreso. En ellas, al igual que en el proceso de revitalización y fortalecimiento, nos interesa contextualizar nuestra función desde la base, mirarnos por dentro y plantearnos la necesidad de consolidarnos acorde a los tiempos que corren.

“Hablamos de más de 9 900 estructuras que están asumiendo los debates a nivel de CDR y a nivel de las 1 100 zonas en todo el territorio matancero. Hasta la fecha, cinco municipios han concluido este balance con la Asamblea Municipal: Martí, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata, Perico y Calimete. 

“En esos espacios se analizó con profundidad el proceso de revitalización y fortalecimiento de la organización en los momentos actuales, y se ha debatido sobre cómo atemperar la misión fundamental y los principios que rigen a los CDR (la vigilancia popular revolucionaria, la defensa de la revolución, la recuperación de materias primas, las donaciones de sangre, etc.), a las nuevas exigencias del contexto cubano, entre ellas el trabajo con los jóvenes, un tema que para nosotros es prioridad”.

—¿En qué se centra esta estrategia de trabajo con los jóvenes?

—Este es uno de los cambios significativos que ya estamos implementando, precisamente porque representa una prioridad su incorporación a la dirección de nuestras estructuras, no solo para su fortalecimiento y la energía e ideas renovadas que siempre aportan, sino para hacerlos ganar en compromiso, porque son una generación que no vivió las primeras etapas del desarrollo de los CDR, y somos conscientes de que muchos no conocen esta historia.

“En Matanzas contamos con alrededor de 78 destacamentos juveniles de los CDR, con presencia en cada uno de los consejos populares. Estos grupos están integrados por cerca de 30 miembros, y representan un potencial importante que ha tributado a captar reservas para dirigir la organización, que desde adentro también ha modificado sus estructuras y ha variado el número de miembros en la dirección desde la base.

“Otro de los cambios significativos es la modificación de la incorporación de los jóvenes cederistas a las filas de los CDR, que ocurre a los 16 años, no a los 14 como se determinaba antes. Esta transformación tiene como propósito integrar listados de membresía con la lista de electores y de trámites del Carnet de Identidad. Nos interesa, además, rescatar los CDR infantiles, incluir en la vía curricular la formación de los niños sobre nuestra organización y fomentar, en sentido general, esas tradiciones que siempre nos acompañaron”. 

—Matanzas es una de las provincias con mejores resultados en el movimiento de la agricultura urbana. En ese sentido, ¿cuáles son los retos principales de cara al décimo congreso?

—Sí, este trabajo se ha reconocido en varias oportunidades como referencia nacional, por lo que hemos alcanzado en cuanto a la producción de alimentos desde el barrio. Se trata de una iniciativa que promueve la posibilidad de que todos los vecinos desde su patio, desde su balcón, cultiven alimentos para su consumo y el de la población.

“Tenemos más de 92 mil patios declarados mediante el movimiento popular Cultiva tu pedacito, que contribuye sin duda a minimizar los efectos del Bloqueo con la producción de nuestros propios alimentos. Hay experiencias muy buenas en varios consejos populares de la propia cabecera provincial que, desde su gestión, apoyan e incentivan este tipo de iniciativas, y por día van siendo más las personas que nos llaman para incorporarse a este movimiento.

“Por ello constituye una de las prioridades que hemos ido desarrollando de conjunto con la agricultura urbana. Nos proponemos en ese sentido y de cara al 63 aniversario sumar 63 patios con esta condición”.

—¿Qué cambios han logrado implementar basados en las necesidades organizativas y en las características de la sociedad cubana hoy?

—Las misiones de los CDR no varían pero las exigencias hoy son otras. Por ejemplo, con respecto a la guardia cederista, somos conscientes del alto nivel de envejecimiento poblacional, y de que hay barrios donde muchos ancianos viven solos o tienen algún tipo de enfermedad que les impide mantener la vigilancia revolucionaria tal y como la teníamos concebida.

“Por eso no se está pidiendo que la guardia se realice las 24 horas, sino de acuerdo a las características particulares de los diferentes lugares. Es probable que no sea de noche, pero al menos por el día. O, si en el CDR existen objetivos económicos como bodegas, escuelas u hospitales, hay que tratar de preservar esos recursos e incentivar la importancia de esta tarea, más ahora que se están cometiendo tantos hechos delictivos.

“No obstante, pretendemos buscar alternativas y elevar la combatividad de los vecinos, porque no podemos perder ese sentido de pertenencia con el barrio, esa tradición que siempre nos ha acompañado en la defensa de la Patria.

“Tenemos que preguntarle a la gente cómo quiere nuestras actividades, especialmente a los jóvenes, para que se sientan parte y reformen este movimiento, y con ello la casa grande. Esta es la organización de las familias cubanas, y la principal meta en medio de tantos cambios es que esas historias tras las caldosas de los 27 de septiembre, los movimientos de la guardia pioneril o el engalanamiento de los barrios por sus propios habitantes, sean una realidad y no las anécdotas de padres o abuelos”. (Foto: Ramón Pacheco Salazar)

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Sobre el autor: Lisandra Pérez Coto

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