Estas fotografías fueron captadas por Julio César García a las cuatro de la madrugada del 8 de abril, cuando todavía se buscaba el último obrero atrapado a causa del accidente ocurrido en la chimenea de la CTE Antonio Guiteras.
En medio de los rostros cubiertos por las sombras del hollín, por el sudor y la imagen palpable de la fatiga, hay un destello de grandeza que no se borra, una fe irresoluta de perseverar, de no rendirse hasta hallar al último hombre.
Son esos instantes donde el desconocido se vuelve hermano de esperanza y lucha, donde las manos que se hunden en los escombros no son suyas, ni tuyas, sino las de todo un país en busca de sus hijos.
Momentos así no pertenecerán nunca al olvido, se quedan allí en el altar de la memoria del pueblo, en la CTE Guiteras donde el heroísmo hizo la luz.
(Por: Julio César García)