Escuela primaria rural Julio Ruffin, zona fértil

Amanda, Vanessa y Mario, alumnos de la escuela primaria situada en el poblado rural de Corral Nuevo, cercano a la ciudad de Matanzas, siguen con marcada atención las explicaciones que les brinda en el aula la maestra, quien habla acerca de la historia de Cuba, sus orígenes, actualidad y desarrollo.

El centro fue fundado en 1930 como Escuela Pública # 2. Desde el 9 de abril de 1968  es reubicado en una de las arterias adyacentes a la calle principal, requerida de mejoras en su pavimentación. A partir de esta última fecha adquiere su nombre actual, Julio Ruffin Hoyos, mártir de la Patria.

Los pioneros emocionados reciben sus premios entre besos y palabras  de reconocimiento. Fotos: Del autor

La atención docente a los 89 estudiantes —de primero a sexto grados— se distribuye entre siete profesores: Orlando Guerra, Yoselín García, Sonia Fonseca, Yusdany Boza, Claudia García y las mellizas Darlyn y Daily Cancin.

A este laborioso colectivo se suma la bibliotecaria, el profesor de Educación Física y un  asistente educativo. Como administradora, Alina Hernández Falcón y, en función de directora, Bárbara Gutiérrez Álvarez, quien de forma paralela ejerce similar labor en la primaria multigrado del barrio de Mena, localidad aledaña. 

Resultó placentero andar entre sus aulas, observar cómo aquellos niños y niñas, vestidos con su uniforme escolar, mostraban interés en el aprendizaje de Matemáticas, Español, Historia, etc., por lo que pregunté a Sonia si había alguna diferencia entre el alumno de ciudad y el del campo.

“Lo esencial es que unos y otros sean buenos estudiantes, disciplinados y cumplan con sus deberes; pero independientemente a ello, existen, digamos, particularidades, porque el urbano posee mayores lugares de distracción, juegos, parques, áreas para la práctica de deportes, centros culturales o de otra índole a los que pueden salir con sus padres en horarios nocturnos.

“El niño rural, como es nuestro caso, al no contar con tales posibilidades, suele concentrar ese tiempo en casa, en leer, estudiar, si bien las nuevas tecnologías constituyen medios didácticos de enseñanza variada. Su ambiente es más reducido, tiene otras costumbres, hábitos. Siempre habrá diferencia. Pero, reitero, ninguna significa incumplir con sus deberes escolares, aprender lo previsto en el sistema.

“Claro, los padres tienen un papel primordial en la formación integral, así como en velar por el cumplimiento de los ejercicios docentes, con la tarea como orden fundamental después de clases. Un buen alumno es, ante todo, el que se consagra a aprender, y eso está al alcance de todos por igual”.

Justo en esa jornada y coincidiendo con el Día del Amor y la Amistad, varios pequeños fueron premiados por haber participado en un concurso sobre la efeméride. El plantel devino fiesta de todos, saturado de sonrisas y emociones en cada rostro, en particular de los   galardonados.

No existe satisfacción mayor que hallarse entre quienes saben querer, como expresara el Maestro. Fotos: Del autor

“Lo hice solo, porque anoche, en la televisión, vi un barco grande, grande, y lo llené de gente que paseaban. Pregunté a mi mamá si podía ponerle flores, el sol y muchos peces. Me dijo que sí, pero que no olvidara dibujar el agua, y que, como era por la amistad, que las personas se saludaran. Gané un premio: el beso de la maestra y la mano de mis compañeros”, expresó con alegría la pequeña Carmen.

“Yo me porto bien, hago la tarea y nunca la maestra me regaña. Cuando está papá en casa, se sienta a mi lado, me explica cuando tengo dudas, sobre todo en Matemática, Historia y Español. Con mi primo Jorgito juego mucho, a veces voy al campo y ayudo como puedo a papá y a mi tío. Mire, casi no dormí pensando en hoy. ¿Le gusta lo que hice”, dijo Mario Luis, y mostraba su dibujo con mamá y papá y un corazón entre ambos, donde se lía “Los quiero mucho”.

Los docentes no están solos en el cumplimiento de sus tareas. “Los padres cooperan en cuanto pueden, con el buzón de la amistad, pintura y leña para la cocina. Muchos de ellos no residen en el poblado, sino tierra adentro, pero siempre tienen un momento para apoyar en la escuela. Aquí se cultiva el principal fruto de la familia”, aseveró Alina, administradora.  

“Tenemos siempre presente lo manifestado por nuestro Héroe Nacional José Martí. Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque son la esperanza del mundo”, añadió Sonia.

La escuela Ruffin Hoyos se halla lejos de las grandes urbes, pero el conocimiento y experiencia de sus docentes devienen símbolo de fortaleza en la formación integral de quienes allí engrandecen cuerpo, mente y espíritu con la magia de la sabiduría de sus maestros. 

“El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso”. Y para cumplir con el Maestro, el abono de la sabia debe recibirse desde la simiente.

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