En plena guerra de independencia, dos avecillas simbolizaron en Cuba a españoles recalcitrantes y cubanos independentistas: el gorrión y la bijirita, respectivamente.
El 25 de marzo de 1869, un voluntario encuentra un gorrión muerto en la Plaza de Armas de la capital. Llevado al castillo de La Fuerza, fue embalsamado y colocado en un sarcófago, acompañado con guardia de honor. Días después, era sacado en procesión por calles habaneras, con la asistencia del mismísimo Capitán General.
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Las autoridades determinaron llevarlo a otras ciudades. El 13 de abril, el féretro con el ave se expondría en el Casino Español, en la ciudad yumurina, donde fue velado varios días. El domingo 25 del propio mes, partía en procesión por las calles matanceras, acompañado de la banda de música, autoridades civiles y militares del Regimiento Nápoles. En la noche, como plasma el diario Aurora del Yumurí, se celebraban festejos en la Plaza de la Vigía.
En la madrugada del lunes 26, Voluntarios de Cárdenas lo trasladan escoltado rumbo a esa ciudad. Recibido por el Teniente Gobernador, permaneció en capilla ardiente, en el Casino local, hasta el 18 de mayo. Finalmente, el gorrión era sepultado en el obelisco del periódico integrista La voz de Cuba, en la habanera necrópolis Cristóbal Colón.
(Por: Adrián Álvarez Chávez)
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