Desde pequeño Adrián Calderín Lozano iba con frecuencia al teatro, especialmente al Papalote. Cuenta que su madre, inexperta, leía el programa Educa a tu hijo, el cual aconsejaba llevar a los pequeños a teatros y museos, ella siguió el consejo, y sin saberlo sembró en el niño la pasión por el arte.
Con apenas 10 años, incursionó en el mundo de la actuación, el taller de la maestra Miriam Muñoz lo acogió durante cinco años. Durante ese periodo de tiempo logró llevar a escena “Espantapájaros”, obra del repertorio de la agrupación teatral.
Pero algo más llamó la atención del joven inquieto, también quería ser locutor. Su madre, sin pensarlo, hizo las averiguaciones necesarias y en el año 2011 vio a su hijo por primera vez en televisión. Ahora Adrián conducía junto a otros pioneros el noticiario Notitín de TV Yumurí.
Nada lo detenía, incluso participó en la carroza de Barquito de Papel con Fara Madrigal en los carnavales matanceros y en otras actividades del proyecto infantil.
“Con 14 años hice un casting para conducir el programa radial juvenil de la emisora provincial, A las cinco somos uno, fue lo primero que hice en Radio 26, después me desvinculé del medio.”
Y es que terminar el noveno grado trajo muchísimos cambios para este chico: una decepción consigo mismo por suspender las pruebas de aptitud para la Escuela Nacional de Arte; dejar de grabar el Notitín, pues ya no pertenecía a la OPJM; y trazarse nuevas metas y proyectos, entre ellos estudiar medicina para ayudar a su hermano menor, quien padece de una lesión en el cerebro.
En el 2018, mientras todos sus amigos y compañeros pensaban qué carrera estudiar, el joven locutor realizó un casting para comenzar a grabar Tiempo A, trabajo que compartió en aquel entonces con las estudiantes de Periodismo Melissa Blanco Denis y Karla Alonso Leyva. La influencia de ellas y del resto de trabajadores del centro le hizo cambiar de idea, ¿por qué no hacer las pruebas de aptitud de Periodismo?
Pese a comenzar la vida universitaria, su sueño de ser actor no había cambiado y en el 2020 comenzó a asistir a la Academia Carucha Camejo de Teatro Las Estaciones, dirigida por el Premio Nacional de Teatro Rubén Darío Salazar.
“Formando parte de la Academia de la cual me gradúo dentro de poco con el título de Técnico Medio en la especialidad de Actor de teatro de títeres y para niños, participé en el espectáculo de graduación de los alumnos con un texto de María Laura Germán nombrado A donde van los ríos.”
Mientras cursaba estudios en la Carucha Camejo, Adrián empezó a asistir al taller del maestro René Fernández Santana quien estaba formando actores para ampliar su elenco, así, desde julio del 2021 forma parte del Papalote, el mismo teatro al que iba de niño.
“Hasta ahora he formado parte de tres obras: Revolico de Narices Rojas, Caperucita Roja Rojita y Rítmicas, pero actualmente estoy trabajando en el próximo estreno, Historia de burros.”
Además de todo lo mencionado, el joven formó parte de los programas Domingo en la tarde de Radio 26 y Ritmo Joven, ha hecho la locución para algunos programas de Radio Varadero y junto a Carlos Telot presentó en la Sala José White la gala Tú me acostumbraste, en homenaje a la figura de Frank Domínguez.
“He hecho la locución en dos galas del proyecto Maravilla de la Infancia y en algunas graduaciones de la Universidad de Matanzas. También trabajo con Noria Creaciones, un grupo que hace estatuas vivientes y zancos y hago teatro callejero en Varadero.”
Aunque pareciera que el tiempo no le da para más, a sus 21 años Ardían Calderín mantiene sus deseo de superarse y seguir adelante, su carrera y sus trabajos son realmente complicados de compaginar en horarios, pero como él mismo comenta: “…me gusta eso, la adrenalina”.
Dentro de poco comienza un curso para habilitarse como locutor profesional. Pese a todos los años que lleva ejerciendo esta labor, siempre lo ha hecho por amor al arte.
Su madre es su motor impulsor, por ella será periodista, locutor, actor y al parecer todo lo que se proponga. Dice estar eternamente agradecido con Miriam Muñoz, ella lo hizo descubrir qué es el teatro; con Domingo de Armas Boadas, quien le dio la oportunidad de pertenecer a la radio; con Rubén Darío Salazar por haberlo admitido en su escuela y hacerlo amar a los títeres, y con René Fernández Santana por acogerlo en Papalote, por dejarlo seguir soñando e innovar.
(Por Lisbeth Marrero Roque, estudiante de Periodismo)
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