La provincia de Matanzas es famosa por su pujante sector turístico en escenarios como el balneario de Varadero, pero también es cuna de mujeres y hombres de ciencia; allí, donde ambos campos se unen, existe un enfoque más transformador para perfeccionar la llamada industria sin humo.
Desde la conservación de atractivos naturales hasta la creación de nueva infraestructura ligada a los servicios es necesario, con la perspectiva del investigador, aplicar el conocimiento de manera creativa, especialmente para hacer uso óptimo de cualquier recurso disponible.
El desarrollo innovador del turismo constituye, precisamente, una de las líneas estratégicas de trabajo en el occidental territorio para el presente año, con énfasis en sus diferentes modalidades: de sol y playa, rural, de ciudad, ecológico, de salud, y a pequeña escala.
Una de las aristas bajo la mirada científica resulta hoy la explotación de la planta hotelera en la Península de Hicacos, ubicada a unos 120 kilómetros al este de La Habana, a partir de estudios que pretenden contribuir a la gestión sostenible para su mantenimiento.
Aunque, procedentes de diferentes ramas de la ciencia, varios profesionales de la Universidad de Matanzas (UM) combinan sus respectivas competencias en un proyecto que centra su atención en el Hotel Meliá Internacional Varadero, emblemático alojamiento de cinco estrellas, con énfasis en aspectos como ambientación, identidad corporativa, señalética y clima organizacional.
Una de las involucradas, la joven profesora Jessica Alpízar Valdés, licenciada en Turismo, participa en la etapa exploratoria para conocer problemáticas y aportar soluciones en aras de fortalecer los principales indicadores del hospedaje, el único de la Península donde se encuentra una terraza verde.
Se trata de un espacio en el cual se cultivan diferentes vegetales con destino al autoconsumo, como especias; resulta un elemento que podría conquistar a nuevos clientes, explica la investigadora.
Sin embargo, las formas en que la ciencia contribuye a la sostenibilidad del principal balneario cubano no se limitan a una sola instalación, pues la esencia misma de su fama, su playa reconocida como la segunda mejor del mundo, depende de los planes trazados para preservar sus encantos, sobre base científica.
Enfoques de vanguardia comienzan a generar interés en la industria de la construcción; tal es el caso de la Empresa Contratista General de Obras de Varadero (Arcos), que aspira a estimular el interés por fomentar edificaciones integradas al entorno, en la búsqueda de soluciones ante los desafíos climáticos.
Conceptos como el de infraestructura verde urbana o ecológica, alternativa a la gris predominante, podrían incorporarse a la planificación territorial en la Península de Hicacos, a partir de la creación de un sistema interconectado de espacios verdes, corredores, parques urbanos, coberturas arbóreas y otras obras.
Son múltiples los ángulos de la industria turística en los cuales la ciencia puede, y debe, aportar para contribuir a elevar la calidad de productos y servicios que, además de complacer a los clientes nacionales y foráneos, están llamados a oxigenar la economía con la entrada de divisas y generar empleo.
(Fotos: Cortesía de Jessica Alpízar)