(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)
Aún nos queda algo de energía y de voz para saludar al pueblo de Matanzas (APLAUSOS). Lo único que no me gusta es que este balcón está muy alto y yo estoy muy lejos de ustedes, yo quisiera estar más cerca de ustedes. Yo quisiera estar allá abajo (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS), pero si ustedes me ven a mí, yo no los veo a ustedes. De todas formas, como el pueblo es el que manda, que las luces se queden encendidas (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Decía que lamentaba no estar más cerca, porque yo no he venido a los pueblos a hacer discursos, no he venido a los pueblos a hacer retórica, no he venido a los pueblos a impresionar a nadie, he venido a los pueblos a hablar con el pueblo (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Los tiempos de los discursos se acabaron, los tiempos de la politiquería se acabaron, los tiempos de la demagogia se acabaron, los tiempos de las promesas falsas y de los golpes de pecho se acabaron (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS). Se acabaron los politiqueros, los esbirros, los confidentes, los dictadores. Aquí no queda más que una sola cosa: pueblo (EXCLAMACIONES).
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Ahora pueblo quiere decir algo, porque hacía mucho tiempo que el pueblo no contaba para nada en nuestra patria. Todo el mundo hablaba en nombre del pueblo, todo el mundo se sacrificaba por el pueblo, todo el mundo quería al pueblo, todo el mundo quería el bien del pueblo y todo era hablar de pueblo; pero nadie se acordó nunca del pueblo, ni tuvo en cuenta al pueblo (EXCLAMACIONES).
Y desde que el pueblo de Cuba ha dado uno de los ejemplos más extraordinarios de la historia de América, desde que el pueblo de Cuba, desarmado, sin instrucción militar, sin un solo fusil, sorprendido una madrugada infausta en que le lanzaron los tanques a la calle, le arrebataron sus derechos, le pisotearon su Constitución, humillaron su dignidad y lo han estado asesinando durante siete años (APLAUSOS); ese pueblo sin armas, sin tanques, sin cañones, sin aviones, solo con el coraje, con la dignidad y con el valor, aunque ha tenido que pagarlo en un precio muy alto de vidas, arrebató a la tiranía sus fusiles, sus tanques, sus cañones, sus aviones (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS); arrebató a la tiranía, le arrancó de las manos las armas homicidas y hoy es un pueblo libre.
¿Cuándo se había dado un caso semejante? (EXCLAMACIONES DE: “¡Nunca!”) No conocemos ningún caso igual en el siglo XX, porque desde que existen las armas modernas, desde que los ejércitos tienen armas automáticas, aviones, tanques, bombas de 500 y de 1 000 libras y equipos bélicos de todas clases, modernos, se decía que era imposible que los pueblos hicieran nada.
Los dictadores vivían engreídos de que podían permanecer indefinidamente en el poder, de que bastaba con tener sobornados a los generales y a los coroneles, repartir billetes de lotería y prebendas de todas clases, permitir que los coroneles se enriquecieran con el juego ilícito, con el robo y el chantaje, con la picada y con la excedencia; creían que permitiendo las piraterías… (SALTO EN LA GRABACION)… que mandaban soldados y tenían las armas en la mano, mantenerlos incondicionalmente… (DEL PUBLICO LE DICEN ALGO.) No, yo no soy el hombre, yo soy un servidor de mi pueblo, sencillamente (APLAUSOS).
Los hombres, en el sentido que hablaban ellos, se acabaron (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS). El hombre ahora es el pueblo, porque lo ha demostrado sobradamente (APLAUSOS).
Ellos creían que la dictadura iba a ser eterna, si no lo hubiesen creído, no habrían cometido las barbaridades que cometieron, si no lo hubiesen creído así, no habrían estado asesinando bárbaramente como lo estuvieron haciendo hasta última hora (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva la Revolución! ¡Abajo Batista!”).
¿Abajo Batista? ¿Quién se preocupa ya de gritar abajo Batista? (EXCLAMACIONES.) Aquí lo más que cabe preguntar es: ¿Dónde estará Batista? Me parece qua está tan lejos, tan lejos, que esta vez sí que no vuelve nunca más aquí (APLAUSOS).
En el año 1944 hizo como que se iba, y claro, se fue y dejó a sus soldados aquí, se fue y dejó a sus amigos con los fusiles, las balas y las armas de todas clases. El gobierno que vino, tan incauto y tan ingenuo, lo que se dedicó fue a robar descaradamente —porque la verdad hay que decirla de una vez— y dejó a los amigos de Batista en los cuarteles, con sus fusiles, sus armas y sus balas, y sus cañones, y sus sargentos, y sus coroneles. ¿Y qué pasó?, que al cabo de ocho años aproximadamente, cuando ya aquel señor se cansó de estar fuera del poder, vino una madrugada, se metió en Columbia, y empezó a darles órdenes a sus amigos. Era lógico, por la inmadurez, la irresponsabilidad y la falta de sentido político y de sentido común, incluso, de los señores que siguieron a Batista, que Batista pudiera regresar al poder; pero esta vez (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS), en que el pueblo ha llegado al poder no mediante unas elecciones, sino mediante una revolución de verdad, la cosa es bien distinta.
En primer lugar, desde luego, ese señor no vuelve a pisar tierra cubana como no sea para morir aquí, por supuesto (APLAUSOS). Ni él, ni nada que se parezca a él; ni él, ni la sombra de él; ni él, ni los restos de él (APLAUSOS). Y, desde luego, si se le ocurriera… (EXCLAMACIONES.) Pero hay algo más, hay algo más, les voy a decir una cosa: este señor —estoy diciendo todo esto porque es lo que sentimos—, este señor es tan infeliz hoy día, es tan impotente, que lo podemos dejar venir (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”).
Yo le hago una pregunta al pueblo, yo le hago una pregunta al pueblo, les voy a hacer una pregunta y me la van a contestar. ¿Se oye? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Y cómo me oyeron ahora? (EXCLAMACIONES.) Yo le voy a hacer una pregunta al pueblo: ¿Le tiene el pueblo de Cuba miedo a Batista? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Entonces permítaseme hacer una suposición para que comprendan bien qué distinta es esta Revolución de las revoluciones anteriores.
Nosotros pudiéramos dejar —si quisiéramos, que no lo vamos a querer, por supuesto— que el señor Batista viniera (EXCLAMACIONES DE: “¡No!” ¿Le tiene miedo a Batista el pueblo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Pero déjenme hablar. Yo les quiero explicar por qué antes pudo y ahora no puede. ¿Antes lo dejaron venir? Muy mal hecho, porque los que estaban en Columbia eran los amigos de él, y ahora los que están en Columbia son los barbudos, señores (EXCLAMACIONES). Eso es lo que yo quería decirles, porque Batista llegaba a Columbia antes, cuando tenía allí a sus amigos y decía: “Sargento, capitán”, y llamaba a toda aquella gente: “A sus órdenes, a sus órdenes”; y ahora se encuentra un barbudo a la entrada de Columbia (EXCLAMACIONES). ¿Qué le puede decir Batista a un barbudo? (EXCLAMACIONES.)
Eso quiere decir, señores, eso quiere decir que esta vez sí que, de verdad, ni él ni nadie parecido a él, puede venir a hacer lo que él hizo (APLAUSOS).
Yo quisiera orientar al pueblo, o al menos aclarar ante el pueblo algunos conceptos sobre la Revolución. Ustedes saben que después del 10 de marzo, en aquellos momentos terribles de angustia y de tristeza, en que todo el mundo se quedó impávido ante aquella puñalada, aquella traición, aquel regreso funesto a nuestra patria, como si todo el mundo comprendiera la sangre, el luto y el dolor que iba a costar, ustedes recordarán, que todo el mundo se dedicó a la tarea de conspirar. Ustedes recuerdan que todos los días venía una conspiración, todos los días daban un golpe, ustedes se acuerdan, ¿verdad? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Ese y el 20 de mayo, que si el 12 de agosto, que si el 27 de noviembre, todos los meses venía una guerra, y una conspiración y se acababa la dictadura.
El hecho cierto es que muchos dirigentes políticos, muchos dirigentes políticos, se dedicaron a hacer contacto con los militares, se dedicaron a conquistar militares para que les quitaran a Batista de encima; se dedicaron a fraguar conspiraciones para ver cómo un grupo de capitanes, un grupo de comandantes, un grupo de coroneles quitaba a Batista, y entonces convocaba a unas elecciones, restablecía algunos derechos y se resolvía el problema de Cuba. ¿Eso era revolucionario? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Por qué? (EXCLAMACIONES). Pues muy sencillo, esos líderes políticos no tenían noción de lo que era la Revolución. Los militares habían dado el golpe de Estado junto con Batista arrebatándole al país sus derechos, ¿y qué querían algunos seudorrevolucionarios? —que aquí han abundado mucho los seudorrevolucionarios y tenemos que tenerlos muy en cuenta—, pues querían que los militares vinieran y quitaran a Batista para poner a otro; después, cualquier día, esos militares se sentían con el derecho de quitar a ese que habían puesto y poner a otro, y, en definitiva, el pueblo no contaba para nada.
Los militares quitaban y ponían presidentes, los militares decidían todas las cuestiones; el pueblo, para esos líderes políticos, era un cero a la izquierda. Y a eso llamaban revolución, y a eso llamaban solución. ¡Qué distinto lo que ha ocurrido, compatriotas!
Nosotros nunca fuimos a los cuarteles a hacer conspiraciones, nosotros nunca fuimos a mendigar a las puertas de los cuarteles que nos ayudaran a resolver los problemas de Cuba. Nosotros nunca fuimos a guataquearles a los militares para que nos recobraran nuestras libertades, porque los derechos —como dijo el Apóstol— se toman, no se mendigan; se arrancan, no se piden (EXCLAMACIONES).
El ejército nos había arrebatado nuestra libertad y nuestra Constitución. ¿Qué había que hacer? Pues arrebatarle al ejército nuestra libertad y nuestra Constitución. ¿Qué hicimos nosotros? Reunir un grupo de fusiles 22, de escopetas calibre 12, de revólveres y de pistolas, marchar hacia Santiago de Cuba y ataca mendigar a los militares la libertad que había que conquistar a base de sacrificio, porque si no, sería una libertad efímera.
¿Se sentiría el pueblo hoy seguro y tranquilo si en vez de haberse librado esta guerra, hoy la libertad fuese consecuencia de que un grupo de capitanes o de comandantes se hubiese sublevado en Columbia? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Si estos derechos restablecidos hubiesen sido consecuencia de un golpe militar, ¿podría estar tranquilo el pueblo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Y no estaría tranquilo, porque es posible que las libertades que se conquistasen de esa forma, durasen lo que dura un merengue en la puerta de un colegio (EXCLAMACIONES)… (INTERRUPCION EN LA GRABACION)… porque el pueblo ha visto los cañones desfilar hacia La Habana, y sabe que esos cañones son del pueblo (APLAUSOS). El pueblo ha visto los fusiles desfilar hacia La Habana… (INTERRUPCION)… los sargentos se reunieron, botaron a los oficiales, quitaron a Carlos Manuel y pusieron una pentarquía. Al poco tiempo, quitaron la pentarquía y dejaron a uno, y a los tres meses quitaron aquel uno y pusieron a Batista que estuvo 11 años saqueando y asesinando cubanos. Esta vez quisieron hacer lo mismo, se dieron cuenta de que la dictadura estaba derrotada, tan formidables habían sido las victorias del Ejército Rebelde, que si dura 20 días más rendimos hasta la última guarnición de la república.
que aquella vez no había un Ejército Rebelde, y esta vez había un Ejército Rebelde, un Ejército Rebelde que actuó rápidamente y consumó en 24 horas una victoria, que ha constituido uno de los acontecimientos revolucionarios más asombrosos que han ocurrido en América Latina (APLAUSOS). No porque lo digamos nosotros, estaría mal que nosotros lo dijéramos, para que no se fuera a pensar que es vanidad del pueblo de Cuba y de nosotros, es lo que dicen los periodistas que vienen de todas partes del mundo, que toda la América está asombrada de cómo el pueblo ha podido desarmar al ejército entero; y todo el mundo está asombrado del civismo, del valor, de la agresividad, del patriotismo y del espíritu revolucionario del pueblo de Cuba, y eso que posiblemente no conocen al pueblo.
Si vieran lo que he visto yo, si hubieran presenciado estas manifestaciones multitudinarias, si hubieran hablado con el pueblo de Cuba como he hablado yo, es posible que la admiración que sintieran por nuestro pueblo fuera realmente más grande de la que sienten; porque para saber lo que es el pueblo de Cuba, era necesario haber recorrido, como hemos recorrido nosotros la isla de un extremo a otro, era necesario ver esas manifestaciones multitudinarias de hombres y mujeres delirantes, llenos de fe en su destino, decididos a todos los sacrificios, decididos a todos los esfuerzos y, sobre todo, con el entusiasmo, y con el cariño con que ofrecían su estímulo a los combatientes que iniciaron esta guerra en la Sierra Maestra hace más de dos años.
hacia la capital a la cabeza de la Columna, yo me he quedado atrás. (DEL PUBLICO LE PREGUNTAN: “¿Y Raúl?”) ¿Qué dicen? ¿Raúl? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Raúl, está en el Moncada (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
(LE DICEN QUE EL PUEBLO DE MATANZAS QUIERE SABER DE LOS ASESINOS.) ¿Los asesinos? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¡Ah!, nadie se preocupe por los asesinos, los asesinos van a recibir sencillamente el castigo que merecen (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS). Los que no tuvieron piedad para sus semejantes, los que no vacilaron en asesinar docenas de compatriotas, sin un solo sentimiento de escrúpulo para las madres que se quedaron sin hijos, los hijos que se quedaban huérfanos (EXCLAMACIONES DE: “¡Asesinos!”), para esos monstruos que destrozaban a los revolucionarios en los calabozos, para esos cobardes, para esos miserables que se ensañaban con el hombre impotente y desarmado, para esos no puede haber compasión posible (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
El pueblo, que es justo, está pidiendo para ellos la pena que merecen (EXCLAMACIONES). ¿Qué dicen? Que hable uno solo, que hable uno solo; no, no, a ver, hable usted, hable usted, ¿qué dice? ¿Los chivatos? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Los chivatos, los que delataban a sus compatriotas sin importarles que mataran lo mismo 10, que 15, que 20 (EXCLAMACIONES), los chivatos, esos tampoco escaparán a la justicia de los tribunales (EXCLAMACIONES). ¡Ah!, ¿pero creía alguien que los chivatos iban a escapar? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Yo sé que hay chivatos que se ponen un brazalete del 26 de Julio (EXCLAMACIONES); pero con eso no engañan a nadie, porque todo el mundo los conoce (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”), aunque se pongan 20 brazaletes, enseguida se aparece la gente del pueblo y dice: “Ese es chivato, ese es chivato” (EXCLAMACIONES). Y nosotros, que no tenemos compromiso con nadie, ¡con nadie!, dondequiera que haya un chivato, aunque se haya disfrazado de revolucionario, aunque se parezca…, aunque nos haya traído 25 cañones, a ese no lo salva nadie (EXCLAMACIONES).menor duda de eso, las tarifas y todo eso, y rápido (EXCLAMACIONES).
¿La electricidad? (EXCLAMACIONES)… (INTERRUPCION EN LA GRABACION…)
… ¿Tienen bibliotecas suficientes para la población de Matanzas? (EXCLAMACIONES.) Entonces no hay nada en Matanzas. Y supongo que el resto de la isla esté igual; luego, hay que trabajar mucho y será cuestión de tiempo, no se podrá resolver todo de la noche a la mañana, eso lo tienen que saber ustedes, ¿verdad? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Y eso es lo importante, que ustedes tengan confianza en nosotros y tengan la seguridad de que los problemas los vamos a resolver, cueste lo que cueste (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Bueno, yo quiero que ustedes sigan creando estados de opinión y sigan analizando las cosas que se necesitan (EXCLAMACIONES); pero todas las cosas en un día no, tienen que guardar algunas cosas para la próxima vez que vengamos a Matanzas, que yo pienso volver pronto a Matanzas (APLAUSOS). Y pienso venir menos cansado que hoy, porque ya venimos agotados de muchas noches sin descanso. (DEL PUBLICO LE PREGUNTAN: “¿Cuándo?”) Pronto, no les puedo decir exactamente, porque tengo que visitar muchos pueblos todavía; pero yo les prometo, eso sí, que volveré a Matanzas y no una sola vez, sino cuantas veces pueda (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Lo que, por nuestra parte, le vamos a pedir al pueblo de Matanzas es que a través de su municipio les erija un modesto monumento a los revolucionarios de esta provincia que han caído luchando contra la tiranía (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS), un monumento que lleve inscritos los nombres de José Antonio Echeverría, José Smith, Horacio Rodríguez, Enrique Hart, Mario Muñoz, Julián Alemán, Julio Reyes, René Fraga y a todos los compañeros que han caído heroicamente (APLAUSOS).
El hecho de que el pueblo de Matanzas diga uno por uno sus nombres, demuestra que no los han olvidado (APLAUSOS), porque el pueblo no olvidará jamás a sus muertos. El pueblo sabe que esa libertad que hoy se disfruta, el pueblo sabe que estos derechos que hoy se han conquistado, para que de ellos puedan sentirse orgullosos y puedan disfrutarlos todos los matanceros y todos los cubanos, todos los hombres y mujeres de este pueblo y de toda la república; para que esos derechos hoy los pueda disfrutar nuestro pueblo, fue necesario que muchos compatriotas hayan dejado sus vidas en el camino, fue necesario que muchas madres hayan perdido a sus hijos, fue necesario que muchas esposas hayan perdido a sus esposos, fue necesario que muchas familias hayan perdido a algún ser querido.
hubiera querido quedarme ahí (APLAUSOS); pregunté dónde estaban los micrófonos y me dijeron: En aquel balcón, y subí aquí, y realmente hubiera sido mucho más cómodo estar allí; a mí no me importa estar dentro del pueblo, ni me importa que pueda haber peligro de que se infiltre un traidor o un tirano (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Yo sé que para nosotros la guerra no se ha acabado, o sea, que aquí nosotros dejamos de disparar, nosotros ponemos las armas a un lado, pero que nuestros enemigos siguen armados; eso no nos importa, aquí también seguimos cumpliendo con nuestro deber en este campo de batalla.
Yo siempre estaré junto al pueblo. Esa advertencia se la hago a mis enemigos, a los traidores, a los esbirros, a los confidentes que queden por ahí, para explicarles que conmigo no tendrán muchos problemas, porque yo siempre estaré mezclado con el pueblo (APLAUSOS), y no necesitaré escoltas, ni fusiles, ni nada para andar junto al pueblo. Si llevo una escolta es para poder pasar, porque de otra manera ustedes saben que no puedo pasar; además, para que luego hasta me suelten, porque me dan la mano, son veinte los que me dan la mano y no me sueltan, y tengo que buscar ayuda para que me suelten: yo sé que todo eso es cariño del pueblo y simpatía del pueblo (APLAUSOS).
(DEL PUBLICO LE PIDEN HACER UN EDIFICIO PARA LA CRUZ ROJA.) Hombre, si hacer un edificio de la Cruz Roja no puede ser tan difícil para un gobierno revolucionario, cuenten con la ayuda de nosotros (APLAUSOS).
Volveré aquí, y mi mayor deseo es que el día que vuelva, pues venga después de haber dormido algunas horas y pueda dedicarle al pueblo de Matanzas más atención, más coordinación, incluso, de ideas; porque el cansancio y la falta de sueño nos hacen perder la voz, nos hacen perder, a veces, hasta el orden de las ideas, y de milagro no nos dormimos aquí en el micrófono: nos ha pasado algunas veces (APLAUSOS).
Esa es la única excusa que quiero pedirle al pueblo de Matanzas, reiterarle nuestra voluntad de llegar aquí y estar con ustedes el mayor tiempo posible, pedirles que me perdonen lo que les hice esperar durante toda la tarde (EXCLAMACIONES), darles las gracias por la atención que nos han prestado durante horas sin moverse de su sitio, darles las gracias por la confianza que tienen en nosotros, y darles las gracias también por las muestras de simpatía, que tan generosamente nos han dado en el día de hoy, muy superiores a nuestros méritos; porque creemos sinceramente (EXCLAMACIONES DE: “¡No!“), creemos sinceramente que hemos hecho muy poco, que los sacrificios realizados hasta aquí no son nada, que dos años y un mes combatiendo no significan gran cosa cuando estábamos dispuestos a luchar 40 años si fuera necesario (APLAUSOS). Que realmente todo para nosotros está por hacer, y que los mayores esfuerzos sin otra recompensa ni otros premios que los que ya sobradamente nos han dado… porque creo que más que por lo que hemos hecho, el pueblo nos está rindiendo tributo por lo que espera de nosotros (APLAUSOS); y nos ha demostrado tanto cariño, no por lo que hemos hecho, sino por lo que saben que vamos a hacer (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS PROLONGADOS).