Después de dos años de ausencia a causa de la covid-19 regresó el pasado mes de abril la Liga Superior de Baloncesto (LSB), edición a la cual llegó el equipo de Matanzas sin la etiqueta de favorito ante el declive que vive el deporte ráfaga en el territorio y el ascenso de conjuntos como el de Sancti Spíritus.
Saldo negativo acumularon los Guerreros en su andar por la fase clasificatoria al lograr solo tres victorias en 26 salidas al tabloncillo lo que ilustra el mal momento que vive una disciplina que, en su tiempo, fue reconocida como el principal espectáculo deportivo de la provincia.
A pesar de presentar un colectivo mezclado con figuras jóvenes y veteranas lo cierto es que desde el pitazo inicial afloraron carencias en todos los órdenes de juego, que dieron al traste con una actuación decorosa.
En declaraciones a Girón el director técnico de los yumurinos Reinaldo A. Delgado Torriente refirió los motivos que llevaron a estos resultados.
“Empezamos el campeonato con un equipo joven que, con el desarrollo de la competencia, fue mejorando. Tuvimos mucho déficit en el aspecto ofensivo, por ejemplo, no tenemos base-organizadores con experiencia competitiva; y esto afecta la conducción del juego, esencial en baloncesto”, acotó el estratega.
“Otro aspecto que nos perjudicó mucho fue la pérdida de dos de los referentes en el ataque, la joven promesa Daniel Babastro, por contrato en el exterior y Lázaro Sánchez, por lesión. Y quedamos dependiendo en demasía de Luis Alfredo Curtis, quien tuvo un excelente torneo, pero no fue apoyado lo suficiente por los demás jugadores, y así era muy difícil aspirar a la victoria”, argumentó Delgado Torriente.
Durante la mayor parte del campeonato el quinteto matancero desarrolló un tope parco, falto de ideas, con exceso de individualismo y con deficiencia en los principales aspectos técnico-tácticos que llevaron a otroras elencos del patio a los planos estelares del país: efectiva conducción del balón y juego perimetral; sin embargo en la despedida del torneo pudieron verse destellos que hacen pensar en un mejor futuro de cara a próximos eventos.
“Ya en esos dos desafíos finales contra Santiago prescindimos de los dos refuerzos, que muy poco aportaron a la causa y se vio un mejor juego por parte de los muchachos. Esa será la base de la nómina que participará en el próximo Torneo Nacional de Ascenso (TNA) con alguna que otra incorporación, para buscar los boletos a la LSB”, acotó el experimentado DT.
Mucho tendrá que trabajar el colectivo técnico yumurino para limar deficiencias con vistas al próximo TNA que se tornará difícil con cuatro conjuntos luchando por dos boletos y el wild card al próximo torneo élite del baloncesto cubano.
“Necesitamos estabilizar nuestro sistema base-organizador. Tenemos que trabajar con nuestros pívots, tienen la estatura, pero son atletas jóvenes que juegan muy noble bajo las tablas, y cuando ganen en experiencia lo harán mejor”.
“Tenemos que seguir capacitándonos, es cierto que no es el equipo de Matanzas al que está acostumbrada la afición, mas los resultados se verán en la medida en que se haga bien el trabajo”, refirió el entrenador conocido como Aguacate.
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A MEJORES CONDICIONES, MEJORES RESULTADOS EN EL BALONCESTO
El baloncesto es un deporte que exige mucho entrenamiento, repeticiones de tiros al aro desde todas las posiciones, jugadas que sorprendan al contrario para poder anotar puntos, que los integrantes se conozcan tan solo de mirarse; y eso solo se logra con las condiciones idóneas.
“Para nadie es un secreto que en Matanzas existe un solo tabloncillo, no tenemos una cancha para nosotros. Solo podemos entrenar entre 60 y 90 minutos en la Eide y eso no es suficiente para un equipo de este nivel. Además, tuvimos problemas con la transportación y el hospedaje y eso influyó en la preparación”, explica Reinaldo.
“Otra cuestión tiene que ver con el rescate de la academia, que no la tenemos en estos momentos y es la que asegura la reserva de atletas y garantiza el presente y futuro del deporte. Actualmente somos la única provincia sin academia, y aun así logramos clasificar a la LSB”, concluyó el técnico de los matanceros.
El baloncesto en nuestra provincia es una religión y, a pesar de no haber alzado aún el trofeo, son muchos los simpatizantes de esta disciplina que suspiran por el regreso de mejores resultados y por la terminación de una cancha para disfrutar de sus Guerreros. Un deporte que ha dado grandes jugadores como Rafael Cañizares, Félix Morales o Allen Jemmott. A ellos se lo debemos, y para eso se necesita del concurso de todos.
(Por Antonio Palma Enseñat)