Las manos constituyen una de las principales vías de entrada de las infecciones al resto del cuerpo, ya que están en permanente contacto con la nariz, los ojos y la boca. De ahí que lavarlas constantemente figure entre las más importantes medidas de la atención sanitaria.
De la higiene de nuestras manos depende, en gran medida, que nos mantengamos sanos como individuos y como sociedad. Y no solo frente a la covid-19, que nos enseñó además a usar desinfectantes para mantenerlas limpias, sino también frente a otras muchas enfermedades que encuentran en ella su puerta de entrada, tales como el resfriado común, la gripe, la hepatitis A, la meningitis, el herpes y la tos ferina.
Por la relevancia de dicha práctica también para el personal de la Salud, cada 5 de mayo se celebra el Día mundial de la higiene de manos, que en este 2022 tiene como máxima: “Únete a la seguridad de la atención sanitaria: límpiate las manos”.
La campaña insta a aunar esfuerzos y motivar a los profesionales sanitarios por su importante trabajo en primera línea de atención, y su papel crítico en pro de reducir las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y de prevenir la propagación de microorganismos multirresistentes.
Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada día se podrían evitar en el mundo 1,4 millones de casos de infecciones nosocomiales y otras enfermedades relacionadas con la atención sanitaria si los enfermeros y médicos aplicaran de forma correcta la higiene de manos durante su jornada.
En los países no desarrollados, el 25 % de los pacientes adquieren una infección nosocomial, mientras que en los países desarrollados la cifra oscila entre 5 y 10 %.
Para que los centros de atención de salud puedan mejorar este hábito y detener la propagación de enfermedades transmisibles, la OMS propone:
Utilización de desinfectantes para las manos.
Disponibilidad de agua, jabón y toallas desechables.
Capacitación y educación del personal sobre la forma de proceder correctamente.
Observación de las prácticas del personal y retroalimentación sobre el desempeño.
Uso de recordatorios en el lugar de trabajo.
Se trata de la medida más económica y eficaz, de la cual se derivan muchos beneficios: salvar vidas, mejorar la seguridad de los pacientes y lograr una atención más limpia para estos últimos y sus familias.