Cuando en abril pasado se anunciaran las facultades otorgadas a jefes de cadenas de tiendas y otras entidades para aprobar precios minoristas en pesos cubanos, las reacciones no se hicieron esperar.
La decisión del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) de descentralizar el importe de un grupo de productos mediante la Resolución 81 de 2022, emitida por ese organismo en la Gaceta Oficial de la República de Cuba No. 38, produjo una ola de comentarios en sitios digitales que dejan en claro la desconfianza que produce en la población estas prerrogativas.
Como nunca antes se puede extraer el axioma que enfatiza que un gran poder conlleva a una alta cuota de responsabilidad. Sin embargo, pocas veces se puso de manifiesto atendiendo los antecedentes negativos de ciertos establecimientos comerciales.
Antes resultaba alarmante que una cadena de tiendas no pudiera fijar los precios de ciertos productos que sufrían caducidad, aguardando por una serie de trámites engorrosos; hoy muchos cubanos temen que esta facultad no goce de toda la transparencia necesaria.
Y es ahí precisamente donde surge uno de los principales planteamientos, ¿cómo ejercer un control popular de esa novedosa y necesaria dinámica comercial? Y más preocupante aún, ¿existirá un estudio serio y sensato que analice cada variable a la hora de fijar el importe de cada mercancía?
¿Ciertos directivos estarán dispuestos a brindar información sobre cada precio fijado? ¿Fluirá esta información para favorecer al pueblo o solo beneficiará a unos pocos “elegidos”?
La medida, sin dudas, despierta más cuestionamientos que respuestas claras, por más que el departamento de comunicación del Ministerio de Finanzas y Precios trabaje arduamente para brindar luz sobre este tema.
En un foro debate del sitio digital antes señalado, el organismo aseguró que dicha descentralización está encaminada a fortalecer las facultades del sistema empresarial.
“Las empresas no pueden hacer un uso arbitrario de estas potestades sino que deben aplicar principios y procedimientos que les permita cubrir los costos y gastos de comercialización. Ciertamente el proceso demanda de una supervisión y control que permita identificar las desviaciones, violaciones y rectificar oportunamente”.
Así respondían en abril pasado, desde la dirección nacional del MFP, a los internautas que publicaron más de 300 comentarios sobre esta decisión.
La inquietud reinante se debe a la escalada de precios que tanto complejiza el escenario nacional marcado por una galopante inflación. El sector es de los señalados al fijar precios que no responden a un estudio serio de calidad y costo de producción de ciertos productos.
A ello se suma que desde algunas cadenas de tiendas no han podido, o se han desentendido, de ciertas prácticas malsanas como la concupiscencia con revendedores y coleros, lo cual un buen directivo lograría eliminar solo con lanzar una simple ojeada a través del cristal de que resguarda su tienda.
Los mismos rostros de siempre son quienes logran conocer de antemano qué producto deficitario o de gran demanda llegará a la tienda; entonces, ¿cómo evitar que sean ellos los únicos beneficiados con esta nueva política?
Solo la debida transparencia permitirá que estas medidas no pasen a engrosar la lista de insatisfacciones de la población. Sería pertinente, además de las nuevas facultades para fijar precios, que se les permitiera brindar información oportuna a la prensa, sin los mecanismos engorrosos que todavía persisten.
Por su puesto que en nuestro país esta demasiado arraigado la mentalidad oportunista y de ello no están excepto lis cuadro que dirigen
No existe formula perfecta de dar facultades sin riesgo porque cada persona es un pensamiento
Siempre existirán cuadro que respondan y creen los procedimiento necesario para demostrar su transparencia en el proceso de rebaja
Pero si no es la institución en su serán los revendedores los que dupliquen lis precio
La verdadera situación es que esa facultad llega cuando ya no hay recursos de que VALE
Arnaldo, leí con interés tu comentario. Agradezco que periodistas como tú se arriesguen y se atrevan a poner el dedo sobre la llaga aún cuando la cura definitiva de ésta parezca estar mãs allá del horizonte. Muchas gracias por intentar ser la necesaria contraparte del poder y defender los intereses de los del lado de acá. Eso sí, quiero comentarte que tuve algunas dificultades tratando de entender algunos de tus párrafos. No soy especialista en gramática pero he leído mucho a lo largo de mis 70 años y me creo capaz de discernir cuando una oración no está bien construida. Y eso te recomiendo. A falta de alguien que nos revise y corrija el fruto de nuestro esfuerzo, leer, leer mucho. Para desarrollar ese sexto sentido que nos debe guiar al redactar un mensaje que debe ser lo más claro y comprensible para todos y a la vez, observar las normas que regulan la buena escritura. Por lo demás, felicidades y adelante: hay aún muchos entuertos por ayudar a enderezar en nuestro entorno.