Como una persona disciplinada y perseverante se define Laina Pérez; y según sus propias palabras, para que un deportista alcance sus metas debe tener ambas. Ha vivido momentos en que el cansancio y la desesperación casi la someten, pero supo sobreponerse a los retos y se convirtió en la mujer fuerte y segura de sí misma que conocemos hoy.
LOS INICIOS DE LAINA PÉREZ
“El tiro deportivo llegó por casualidad. Cuando cursaba la escuela primaria, unos profesores de la Academia de Jagüey Grande realizaron captaciones y una de mis amigas quedó seleccionada. La acompañaba cada tarde a sus prácticas y mi posición era de espectadora, hasta que uno de los entrenadores me preguntó si quería hacer las pruebas. Obtuve buena calificación y me incluí en la plantilla del centro, primero en la especialidad de rifle y luego con la pistola, que es la que me acompaña hasta hoy».
“Mis aspiraciones se encontraban en la escuela vocacional, pero decidí continuar con el tiro, que captó toda mi atención y era con lo que me sentía más segura».
“De esa etapa recuerdo especialmente a Santiago García y Abel Castillo, que fueron los primeros entrenadores. En ocasiones se minimiza la labor de los profesores, y siempre hablo de cómo ellos se sacrificaron por nosotros. Debemos agradecerles que el tiro tuviera excelentes resultados y que Jagüey Grande sea el municipio que ha aportado el mayor número de deportistas al equipo nacional”.
LAS COMPETENCIAS
“Mi primer evento en el extranjero fue el Centroamericano de Cartagena 2006. Un momento de mucho estrés; incluso necesité pedir permiso para hablar con mi entrenador porque no estaba concentrada. Una vez fuera, lo que hice fue llorar, no encontré las palabras adecuadas para explicar qué me ocurría. Aquel llanto compuso mis emociones y al regreso tiré de tal manera que conseguí la medalla de oro en la categoría individual y la plata por equipos».
“Me complacen los récords que he conseguido a lo largo de mi carrera, especialmente el del Panamericano de Lima, porque además de compartir la alegría de una marca personal, la alcancé con mi compañero del mixto Jorge Grau. Aquel año abrimos el medallero de Cuba, gané mi primera medalla de oro panamericana y un puesto en la cita olímpica de Tokio 2020, un sueño al que aspiraba desde que comencé en el mundo del tiro».
“De las competencias internacionales en las que he participado, ¿cuál adoro y cuál odio? Los atletas somos muy inconformes, aunque tengamos la puntuación máxima. Uno que amé fue el Panamericano de Río de Janeiro 2007. Ahora mismo recuerdo las sensaciones que tenía, estaba tranquila y cómoda, sentía la adrenalina suficiente para permanecer atenta, pero no preocupada».
“Sin embargo, una que odio es la que protagonizamos en Tokio. Inicié con el individual de aire con el cual no me encuentro satisfecha, pero en el mixto el sufrimiento fue mayor porque el resultado no solo me afectó a mí, sino a mi compañero. El dolor llega porque es una persona que se ha sacrificado en extremo y es muy dedicado. Siento que tengo una deuda con él y espero compensarlo en el futuro”.
MÁS QUE UNA DEPORTISTA
“Ser una persona sensible es un arma de doble filo. Cuando te entregas lo haces en serio, pero en ocasiones resulta intenso y puede pasar factura. Magnificas lo que sucede y es una característica que me acompaña y que me afecta más de lo necesario.
“Cuando no estoy entrenando prefiero estar con mi familia y mis amigos. Soy fan de los postres. Me gusta todo tipo de música, dormir, conocer nuevos lugares y el humor. Adoro la televisión y las series asiáticas e históricas. Disfruto de la lectura y de las personas bailando a mi alrededor. Soy una muchacha bastante tímida. Cuando estoy en un grupo, donde no conozco a las personas o no tengo suficiente confianza, puedo parecer seria porque no soy de entablar una conversación.
“Si tuviera que reprocharle algo a la vida, creo que sería la prontitud con la que me ha quitado a personas que amaba”.
JAGÜEY GRANDE
“Jagüey ha sido mi vida y mi hogar. Es un pedacito de mí. Siempre he tenido el amor del pueblo y, aunque no alcance los resultados que quiero, ahí están apoyándome. Recuerdo que, cuando en los Juegos de Guadalajara 2011 me posicioné en el cuarto lugar y mi compañera Dianelys Pérez en el primer podio, pasaron primero por casa a entregarme un ramo de flores y un reconocimiento. Esas cosas pequeñas son las que te hacen sentir agradecida y orgullosa de ser jagüeyense”.
