En el espacio simbólico en que convergen tradición y contemporaneidad, donde las raíces y la herencia tienen el mismo protagonismo que la frescura y la originalidad, ahí encontramos a la Orquesta Failde.
Esta formación musical matancera, que el 14 de abril cumplió una década de fundada, logró lo impensable: ha puesto a los jóvenes a bailar danzón, ha presentado, en un horario estelar de la televisión nacional, lo más autóctono del legado melódico cubano y ha paseado nuestro baile nacional por los principales escenarios de América. A todo eso se añade una intensa producción discográfica que en breve reunirá cinco discos de estudio y un DVD.
El periódico Girón conversó con Ethiel Failde sobre los logros, metas y aspiraciones del colectivo artístico del que es fundador y director.
—¿En qué sentido se ha encaminado la evolución musical de la Orquesta?
—En la madurez de nuestra propuesta artística, timbre, sonido, repertorio, imagen, lo que nos identifica. La Failde ha logrado cohesionarse. Hemos ganado experiencia sin perder la alegría y las ganas de comernos el mundo. Hicimos experimentos, concretamos algunas ideas y desechamos otras, pero siempre desde Matanzas.
—¿Cómo ha acontecido el recorrido de estos 10 años?
—Es una etapa que yo divido en dos. En el primer quinquenio todo ocurrió más lento, salimos a la palestra y fuimos cambiando lo que no funcionaba, escuchando al público y a los expertos, pero con una proyección muy local.
“Luego del concierto A Prado y Neptuno, a finales del 2015 y a lo largo del 2016 ocurrieron acontecimientos que nos marcaron. La pérdida de mi madre, que desempeñaba un papel esencial en la Orquesta; el primer disco con Egrem y la Asociación Hermanos Saíz; la aparición de Pedro Pablo Cruz para asumir el rol de manager y estratega; la celebración del primer Encuentro Internacional Danzonero. Perdimos integrantes y de repente no teníamos casi trabajo, pero ante todo eso nos unimos más, sacamos el extra y volvimos al camino con el apoyo de las instituciones.
“Durante los últimos cinco años hemos alcanzado una proyección nacional e internacional. La presencia en el Kennedy Center de Washington y en más de 20 ciudades de México, Canadá, Martinica y Perú; las colaboraciones con nuestra amada Omara Portuondo y Lizt Alfonso Dance Cuba; el Premio Cubadisco en 2019; la nominación al Grammy Latino en 2020 y las menciones a nuestro quehacer en medios como Billboard, The Washington Post o Songlines, son una muestra de ello”.
—¿Qué se mantiene igual que el primer día?
—La verdad con la que asumimos todo nuestro repertorio, partiendo del danzón. Esa sonrisa y esa manera de sentir la música no ha cambiado.
“El amor a Matanzas, su cultura y su gente, es algo que siempre estuvo y estará. Tenemos una premisa: por donde entre la Failde entra todo el talento matancero que quepa”.
—¿En qué proyectos se encuentran inmersos?
—Estamos terminando de grabar nuestro quinto fonograma, siempre bajo el sello Egrem, casa discográfica que nos abrazó desde el primer proyecto. Este nuevo álbum verá la luz a finales de mayo en plataformas digitales y contará con colaboraciones de artistas que admiramos mucho, como Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Alexander Abreu y Gaby Moreno, de Guatemala, por solo citar algunos.
“Trae danzones antológicos, nuevas composiciones y, por supuesto, son, guaracha, timba, bolero, chachachá, todo lo que hace normalmente la Failde en un concierto. Luego comenzaremos a trabajar en un disco de música para niños con Omara.
“Hay voluntad por parte de Cubavisión para que Danzoneando regrese a la parrilla de programación. Ya todas las ideas están listas, guiones y repertorio, para cuando nos den luz verde, algo que suponemos debe ocurrir en la segunda parte del año”.
—¿Dónde se propone estar la Failde dentro de 10 años más?
—En Matanzas, con más países y escenarios en nuestro aval, pero aquí. Dentro de 10 años puede que se nos quite la juventud, lo digo por los números y no por la energía, pero que no se nos cure nunca la matanceridad y que vivamos aquí entre la magia de los ríos, los puentes, el valle y la bahía.