Angola: el número 5 de Cuba

“Por mi forma de caminar, la gente seguro me ve y dice ‘no parece futbolista’, pero en el terreno ya es otra cosa. Con esa torsión en mi pie derecho, he jugado en muchas ocasiones y he marcado también muchísimas veces”, afirma Eduardo Morales ‘Angola’.


La fractura de su rótula derecha le causó una pequeña desviación en el pie, por lo que tuvo que parar su carrera activa en el fútbol y continuar como entrenador; aunque esa lesión no le impide jugar todas las tardes junto al equipo de Futsal de Matanzas.


“Mi vida deportiva comenzó desde temprana edad. El primer deporte que practiqué fue lucha, luego el béisbol y, un día cualquiera, después del entrenamiento, me quedé a jugar fútbol, y fue ahí donde me di cuenta de que ese era mi destino”, esclarece.


Inicialmente practicaba el fútbol por emoción. Más adelante, todos lo conocieron por su participación en campeonatos zonales y provinciales, y su nombre empezó a resaltar; hasta que lo llaman de La Habana para pasar a la preselección del Sub20 (modalidad de fútbol 11), en el año 2002. Fue la oportunidad de coronar con dos goles su primer partido oficial, contra Villa Clara.


En el 2003 estuvo en la discusión de la Copa Oro en los Estados Unidos, en los juegos panamericanos en Santo Domingo y en la clasificación para los juegos olímpicos, donde Cuba quedó fuera.


Según Eduardo, una de las cosas que más le han molestado siempre es la forma en que manejan este deporte en el país; además de que llegó un poco tarde y muchos de los jugadores que estuvieron ahí, en un momento determinado, no tuvieron la oportunidad de obtener contratas para equipos internacionales.


“El poco apoyo cuando estuvimos fuera fue lo más triste de todo; pero, como siempre digo, nuestro equipo era una familia. Había un engranaje futbolístico bello y un nivel técnico altísimo; con eso nos era suficiente.


“Uno de los futbolistas que más admiré siempre en el Fútbol 11, fue Ronaldo Luis Nazario Lima. El brasileño anotaba goles como quiera, era decisivo, peleador, amaba su camiseta, me demostró que es importante amar la camiseta de tu país y luego cualquier otra”.


Tras vivir tantas buenas experiencias en el Fútbol 11, decidió cambiar el ritmo y debutó con el Futsal en el 2004, en la clasificación para la Concacaf. Por primera vez participó en un mundial y clasificó.

“Aunque el que más me apasionaba era el Fútbol 11, en el Futsal obtuve los mejores resultados de toda mi carrera, por lo cual estoy orgulloso”.


Para Angola el Futsal fue lo máximo, pues consiguió ir a dos mundiales, en el 2007 y 2008; a un juego panamericano, donde tuvo la oportunidad de jugar con Falcao, jugador que admiró siempre por su talento y sencillez.


“Bueno, y si de malas experiencias hablamos, no se me olvida aquella vez que fallé un penal decisivo de desempate, en el juego final de la Concacaf contra Guatemala, pero bueno; fui campeón en todo lo que hice, y soy campeón ahora por estar dirigiendo el Equipo de Futsal de Matanzas, donde me aceptaron desde el inicio como entrenador, como persona y, sobre todo, como jugador.


“Hasta hoy creo que soy el mayor goleador del Futsal cubano, a nivel mundial, y para mí eso es importante. Me siento muy contento porque nunca imaginé ser capaz de tanto”.


Aún posee su camiseta, su número 5, que escogió al empezar la preselección para el equipo Cuba, por ser el 5 de marzo el día de su nacimiento, algo que le respetaron todos.


“‘El Pata’, mi entrenador en aquel entonces, me dijo al escoger este número: ‘Si usted es bueno, pues hágalo grande’, y así mismo fue. Luego de cada partido me abrazaba y me decía: ‘Ese 5 ahorita pesa’, y se hizo realidad. Muchas personas cuando se lo ponen y juegan recuerdan que hubo un muchacho, apodado Angola, que lo hizo grande, y eso es lo que quiero que lleven a un nivel alto, tanto en la parte ofensiva como defensiva”, destaca.

FUERA DEL TERRENO

Uno de los temas que más le preocupaban a Eduardo en esos momentos era la enfermedad de diabetes de su madre. Tenía que estar al pendiente de sus medicamentos, de que la presión no le subiera, al teléfono. Todo eso lo dejaba un poco tenso, mucho tiempo preocupado. Según ella, fue su medicina con todos sus triunfos.


“En cierta ocasión me dieron un terreno en Calimete y me dijeron estas palabras: ‘Si quieres hacer una casa, hazla por ti’. Me decepcionó mucho esa mala acción con un atleta de tan excelentes resultados, pues pensé que sería como a todos los deportistas que le daban su llave, una vez terminada la vivienda, señala.


“Dejaba de entrenar para poder construir, me daban permiso los viernes para ir el fin de semana a seguir haciendo cosas. Amigos míos me llamaban y me decían: ‘Angola, me dieron una casa, o un apartamento’, y me preguntaban: ‘¿Cómo, si eres el mayor goleador de Cuba, el mejor jugador de Futsal, no te van a otorgar una vivienda?’. Pues nada, por esfuerzo propio tuve que salir adelante”.


A pesar de su cansancio, luego de un fin de semana de construcción, y aunque el entrenador Clemente Reinoso le dijese: “Angola, siéntate, hoy no trabajes”, él entrenaba más y más, y le decía: “No profe, yo quiero ir al mundial”.

Así, Eduardo ‘Angola’, con todo el esfuerzo logró ir al segundo mundial de Futsal, anotar goles, apoyar al equipo, ganarse el número 5 y que lo conocieran a nivel internacional.


Explica que Yuniel García, su primo, fue su crítico número uno y su mayor aficionado. Estaba en todos sus partidos en La Habana y Matanzas. Asimismo, su familia, profesores, entrenadores y todo el pueblo de Calimete siempre estuvieron pendientes de cada paso.


“Me considero una persona humilde y sencilla, a la que nunca le gustó el favoritismo, ni que le tocaran la cabeza cuando hacía algo mal; prefería ser señalado fuerte. Así fue que con mis triunfos, goles y reconocimientos llegué a convertirme en Angola, en Eduardo Morales y en el número 5 de Cuba”. (Por: Roxana Rodríguez Martínez, estudiante de Periodismo)

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